Capítulo 20.

117 4 0
                                    

[JUSTIN]

Llegamos a mi antiguo apartamento.

Kenny estaba en el sofá cuando entramos. Nos dijo que Scooter había salido y que volvería pronto, así que empezamos a hablar con él. Valeria casi me quitaba la palabra para defenderme y dar argumentos para que me dejaran volver.

- Kenny, por favor - dijo ella - Sé que depende de Scooter pero, ¿tú no puedes hacer nada?

- No, Valeria.- dijo mirándonos a ambos muy serio - Justin, has metido la pata hasta el fondo. No podrías haberte pedido unas vacaciones, no. Tenías que romper el contrato.

- Lo sé - dije - Lo siento. No sabes lo que me arrepiento, pero te juro que no podía vivir siempre con esa carga encima. Para mí el amor es una de las cosas más importantes en la vida de una persona, lo que pasa es que eso no lo sabía cuando lo firmé.

Al cabo de unos segundos llegó Scooter. Se quedó muy serio al vernos en el apartamento.

- Hola, Scoot. - dije

- Hola, ¿qué quieres? - me preguntó

- Hablar. Me gustaría saber si puedo volver...

- Estoy al tanto de vuestras ganas de volver. Me acaba de llamar Selena pidiéndome que te perdone. Al igual que tu madre.

- ¿De verdad? - preguntó Val demasiado efusiva. No sé por qué no me extrañaba que ella tuviera que tener algo que ver con lo de Selena.

- No Justin - siguió Scooter - No puedes volver. No hay contrato. Has dejado sin trabajo a muchísima gente y además has ninguneado el trabajo de todos nosotros.

- Sí - contesté yo un poco cabreado - ¡Trabajo que tienes gracias a mí!

- Tendrás cara...

- Este apartamento es mío ¿Lo sabías? - dije desafiándole. - Te puedo echar de aquí en cualquier momento.

- Yo te hice famoso. - concluyó él

- Sí - reí - Pero el talento lo tengo yo. No te olvides de eso.

- Chicos... - dijo Val. Pero Kenny le hizo callar con un gesto. Él muy bien sabía ya que cuando Scooter y yo discutíamos, era mejor no meterse.

- Se acabó, Justin. - dijo Scooter - Acéptalo.


[VALERIA]

Sabía que Justin tenía paciencia pero no sabía cuánto iba a aguantar, así que me lo llevé de allí.

- ¡¿Qué hago ahora?! ¡Joder! - gritó dándole una patada a la rueda de su coche.

- Justin, cielo, tranquilo...- dije - Encontraremos una solución. Hay muchísimos managers en Canadá.

- Sí, pero ninguno como él. Seguramente todos buscarán dinero. Única y exclusivamente dinero.

- Entonces yo seré tu manager. - dije sacándole una pequeña sonrisa.

En ese momento aparecieron unos paparazzis que nos habían estado siguiendo prácticamente todo el día. Uno de ellos se empezó a acercar demasiado.

Justin apoyó su mano, la cual noté muy tensa, en mi espalda para acompañarme hasta la puerta del copiloto, pero le paré.

-¿Quieres que conduzca yo?

- Vale, por favor. Estoy muy tenso todavía.

El paparazzi estaba muy cerca de nosotros. No paraba de decir sandeces y de insultar a Justin.

Él quitó la mano de mi espalda para abrir la puerta del copiloto y justo cuando estaba apunto de subirse, al tercer insulto, su paciencia llegó al límite y termino saltando.

- ¡¿Qué has dicho?! - gritó.

Yo todavía estaba ahí al lado de la puerta así que le puse una mano en el pecho para pararle, ya que salió disparado hacia el paparazzi. Mi contacto pareció devolverle a la vida.

- Lárgate - espeté al paparazzi - Tú eres el único que va a salir perdiendo si él pierde los papeles.

Obligué a Justin a entrar al coche, después lo hice yo y al final arranqué para salir pitando de ese barrio que había hecho dar un giro de 180 grados a la vida de mi novio.

Tenía la sensación de que a partir de entonces todo iba a ser muy difícil.

Y no me equivocaba.

Nunca digas nunca. Historia de una Belieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora