Capítulo 11.

133 8 0
                                    

Cuatro horas después de la conversación que había tenido con Justin, me llamó.

- Hola Val ¿podemos hablar?

- Sí, claro. - contesté con sorna.

- ¿Dónde quedamos?

- Ves a Omaha Mall. - le dije.

- Está bien. - dijo volviendo a colgarme sin despedirse.

Ya podía darme una buena explicación.

Omaha Mall era un centro comercial conocido de Toronto, que para mi suerte, tenía al lado de casa. Estaba lleno de tiendas y restaurantes, así que ya sabía cuál iba a ser mi entretenimiento al día siguiente.

Al cabo de quince minutos, Justin apareció con su coche. Se le notaba cansado. Y yo empecé a llenarme de dudas. Más todavía, si eso era posible.

Me saludó con un beso casi imperceptible.

- Hola - dijo en un susurro.

- Justin, sé que te pasa algo. ¿Podrías ir al grano? Por favor.

- Verás... No sé si sabrás como funcionan las relaciones entre los famosos, pero la mayoría de las veces, las relaciones entre estos son solo temporales para promocionarse. Lo que vulgarmente se conoce como 'estar con alguien por dinero'. Lo creas o no, viene en el contrato. Pues bien, me han impuesto a alguien. Selena.

- ¿Selena Gómez? - pregunté atónita. Ya podía despedirme de Justin...

- Sí. - contestó cabizbajo - El caso es que en un periodo de un mes, tenemos que publicar nuestra relación.

Y juro por Dios, que en ese mismo instante noté como mi corazón se hacía añicos.

- Por favor, vete - le pedí en un susurro.

- Valeria... Encontraremos una solución. - me dijo agarrándome los hombros.

- No me toques. - susurré. - ¡He dicho que te vayas! - terminé gritando antes de echarme a correr.

Corrí como nunca antes mientras las lágrimas amenazaban con ahogarme, y yo no sé si Justin me seguía o no. Mis sentidos habían desaparecido, solo escuchaba como poco a poco mi corazón perdía fuerza en sus latidos.

Por suerte mi madre y mi hermana habían salido, así que estuve llorando al menos dos horas tumbada en mi cama.

Cuando me calmé, sin pensar en la hora que era, hice una videollamada a tres. Necesitaba con urgencia hablar con mis amigas.

- ¡Pero qué te pasa! - exclamó Laura al verme.

- Justin... - sollocé.

- Venga, Val - dijo Meri - Tranquilízate y cuéntanos ¿Vale?

Me limpié los mocos en la manga del pijama - un gesto muy femenino, todo hay que decirlo - y al cabo de unos minutos se lo conté todo a mis amigas.

- ¡¿Qué?! - exclamó Laura - O sea, que te deja por Selena.

- Vaya gilipollas. - dijo Meri.

- No quiero verle más... Justo ahora que me vengo a vivir a Canadá... Os lo dije.

- ¿El qué? - preguntó Meri.

- Que la vida es una balanza. Tienes momentos buenos y momentos malos. Por igual. Cuantas más cosas buenas te pasen, más dura será la hostia después.

- Bueno, cariño... - continuó Laura - Espera a ver como fluyen las cosas ahora ¿Vale?

- Y no dudes en llamarnos en cualquier momento. - dijo Meri.

- Te queremos muchísimo.

- Y yo a vosotras, chicas. Muchas gracias. - dije lanzándoles un beso y cerrando Skype.

Nunca digas nunca. Historia de una Belieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora