Nunca digas nunca. Historia de una Belieber.

Capítulo 29.

[VALERIA]

Acababa de vivir mi primera vez - aunque bueno, hacía tres horas que prácticamente me había comprometido - y no sabía cómo me sentía. O sea... ¿De verdad estoy comprometida? - pensé - Para dentro de unos años, sí, pero comprometida al fin y al cabo.

Y mi primera - y tercera - vez. ¿Cómo me sentía entonces respecto a eso?

Estoy tranquila y nerviosa a la vez... - pensé - ¡Oh, Dios santo... quiero más!

Por la noche salimos a dar una vuelta por Nueva York con unos amigos, y a la mañana siguiente volvíamos a Canadá, así que tenía que ir haciendo una lista mental de todo lo que necesitaba para la fiesta.

[JUSTIN]

Antes de subir al avión me metí a Twitter para responder algunas felicitaciones.

El día tres de marzo, es decir, al día siguiente era el cumpleaños de Val. Y aunque todavía no había celebrado el mío, ya tenía su regalo. Lo tenía incluso antes de que se fuera de mi lado.

- ¿Te apetece salir a tomar algo cuando lleguemos para celebrar mi cumpleaños? - le dije a Val cuando estábamos en el avión.

- Mmm, sí. Claro. - respondió - Aunque podríamos ir todos juntos.

Con "todos" se refería al grupo que habíamos formado desde el primer día con Caitlin, Christian y el resto.

Teníamos un grupo de Whatsapp, así que mandé por allí un mensaje preguntando qué les parecía la idea. Imaginaba, que como todos los años estarían deseando quedar, porque los cumpleaños siempre habían sido algo muy importante para nosotros, pero para mi sorpresa todos estaban ocupados.

- ¿Nadie puede? - dijo Val al leer el grupo - ¡Qué lástima!

- Sí... - dije. Me había cambiado el ánimo la negativa de mis amigos.

- Yo tengo que ir primero a casa. - me dijo ella - ¿Me acompañas?

- Claro. - dije yo asintiendo.

Al llegar allí, mi madre nos estaba esperando. Nos llevó a casa de Val y los tres nos encaminamos hacia dentro cuando llegamos. Hacía meses que nuestras madres se conocían, así que ya éramos como una gran familia. Aunque... estaba seguro de que Amanda se sorprendería al vernos allí después de lo mal que se lo había hecho pasar a su hija. ¿Cómo reaccionarían ante la noticia del compromiso?

Cuando entramos en la casa, estaba todo oscuro y al fondo se encendió una pantalla. En ella estaban proyectando un vídeo con fotos mías. Duró apenas tres minutos, pero cuando acabó, se encendieron las luces y vi allí a toda mi gran familia: Val, mi madre, mi padre, mis abuelos, Jazzy y Jason, mis amigos de siempre y algunos famosos... Os juro que fue uno de los momentos en los que más completo me sentí. Me encantaba estar rodeado de mi gente.

Minutos más tarde, tras saludar a todo el mundo, descubrí que cuando aún estábamos en Nueva York, Val se había encargado de organizar todo esto e incluso había hecho este vídeo desde su móvil. Pequeños detalles que siempre me gustaron de ella.

Me dieron algunos regalos aunque ¿qué se le regala a una persona que ya tiene de todo? No necesitaba más que eso: a mi familia, a mi novia y a mis amigos. Todo lo demás podía desaparecer.

En un momento de la fiesta que Val había organizado en su casa, me la llevé a la habitación.

- ¡Justin! ¿Por qué tanta prisa?

- Te echaba de menos... - le susurré en el oído. Su carne se puso de gallina. Cerré la puerta de su cuarto detrás de mí y la tumbé en la cama.- Te echaba realmente de menos.

Tardamos cuarenta minutos en volver a aparecer por la fiesta.