Estaba pensando seriamente la idea de mandarle un mensaje a Bri para preguntarle como le había ido, pero seguramente ella preferiría contármelo personalmente, el despertador sonó, mi mamá se dio cuenta que en realidad no estaba roto sino que yo lo había desactivado para no ir a la escuela, obviamente me regañaron pero bueno, nada del otro mundo, me vestí con uno de los conjuntos que Bri se había probado ayer y bajé a desayunar:
- Ahí tienes las tostadas, la leche esta en la heladera.- mi madre parecía apurada.
- ¿Pasa algo?.
- El señor Smith me ha llamado, tengo que terminar de ordenar la oficina, el lunes comenzaré a trabajar.
- ¿Por qué tienes que ir a ordenarla tu? Todavía no es tu oficina, tu trabajo empieza el lunes.
- _____, yo me ofrecí a hacerlo.
No tenía palabras para responderle a mi madre, al parecer ella tenía ansias por empezar a trabajar, claro, porque ella no veía al jefe de mi padre como yo lo estaba haciendo, ahora estoy rezando para que los días pasen lo más lento posible, no quiero que mi madre comience a trabajar no solo por el hecho de que todo en ese trabajo me parece sospechoso si no que tampoco quiero tener la casa para mi sola, no me gusta estar sola ni tampoco sentirme así:
- No tengo hambre.- dije dejando el plato con las tostadas de lado.
- Adiós que tengas un buen día.
Me colgué el bolso en el hombro y salí de casa, no sabía porque le planteaba esta escena a mi mamá, ella no tenía la culpa de haber aceptado el trabajo, por mala suerte Brianda no me estaba esperando con su auto, tendría que caminar esas veinte largas calles hasta el colegio y lo peor, mi celular no tiene batería así que no podré escuchar música, odiaba el camino a la escuela, sabía que no era tan largo pero si ibas solo y no tenías nada para hacer mientras era lo más aburrido del mundo.
- ¡_____, hola!.- Jessie corrió hacía mi.- Estoy buscando a Bri.
Ambas nos encontrábamos en la puerta de entrada del colegio, al parecer era temprano y todavía no habían abierto:
- Es temprano todavía.- dije.- Brianda siempre llega después de que abren las puertas.
- Tienes razón. ¿Cómo crees que le fue?.
- Bien, estaba nerviosa, había pensado en mandarle un mensaje, pero sé que ella preferiría contarnos personalmente.
- Sí, yo pensé lo mismo.
- ¿Has hablado con Jimmy?.
- No, Matt me había dicho que intentaría hacernos hablar pero yo tampoco me animo, aunque estoy decidida, si hoy no me habla buscaré alguna excusa para hacerlo yo.
- Así se habla.
Cuando abrieron las puertas nos corrimos a un costado, esto de pasar en manada no me gustaba mucho ya que terminaba con los pies destrozados, decidimos esperar a Bri en la puerta para que no se nos escape, sabíamos que tal vez le daría vergüenza contarnos lo que paso:
- Hola chic...
- ¡Cuéntanos todo, hasta el más mínimo detalle!.- la interrumpimos Jessica y yo.- ¿Cómo ha sido?, ¿A donde han ido?.
- Ya chicas, no me taladren la cabeza, se los contare en la cafetería.
- ¡No podemos esperar hasta la hora del almuerzo!.- me queje.
- Pues tendrán que hacerlo.- Bri miró su reloj.- Se esta haciendo tarde, tenemos que apurarnos porque no llegaremos a la primera clase.
Había olvidado completamente que nos encontrábamos en el colegio, aferré mí bolso al hombro y corrí hacía mi casillero, por suerte la primera clase del día era biología y no lengua, aunque teníamos esa asignatura hoy por la tarde, saqué los libros del casillero y me dirigí al salón 16.