Me dirigí hacía donde estaba Brian. Me coloqué detrás de el, tal vez desde donde estaban los chicos creerían que le estaba hablando. Parecía estar bastante concentrado en el juego.
- Sé que estas ahí- dijo sin quitar la mirada del juego-, te he visto desde que entraste.
- ¿Qué haces aquí?- pregunte en busca de una explicación.
- He venido a divertirme, ¿acaso tus amigos piensan que te estoy siguiendo?- agregó girándose. Se apoyó contra la máquina y me miró unos segundos.
- Querían venir a decirte que te vayas de aquí- le conté y se echo a reír-, por eso he venido, en realidad no sé si me estas siguiendo. Lo del otro día en el centro... me ha dejado mis dudas.
- ¿Por qué tus amigos me miran como si quisieran matarme?- preguntó-, los únicos decentes son Brianda y el chico musculoso.
- Matt- le corregí-, ya te he contado el porque.
- Entonces... déjame ver si entendí. ¿Quieres que me vaya de la sala?
- Sería una buena idea- admití mientras miraba de reojo a los chicos. Todos estaban atentos a nuestra conversación.
- ¿Es qué ahora son ellos los dueños del lugar?
- No, pero ellos piensan que eres un tipo de acosador que me esta buscando.
- Acosador...- se quedó pensando unos segundos y me miró fijamente-, una palabra bastante interesante.
- ¿Vas a irte o no? No quiero que mis amigos se pasen la noche mirando a ver si sigues estando aquí.
- ¿Quieres dar una vuelta por el parque conmigo?- pregunto sin darle importancia a lo que dije. Odiaba cuando hacía eso.
- ¡Brian, vine aquí para estar con ellos!- señalé la mesa de tenis de aire.
- Te veo en la montaña roja, a menos que tengas miedo y no te animes a venir- dijo, desafiante.
Sin decirme más nada se fue directo a la salida. No lo podía creer, a veces se comportaba tan estúpido que me daban ganas de golpearlo. Me dirigí a la mesa donde estaban todos quienes ahora fingían haber comenzado al partido.
- ¿Se ha enojado?- pregunto Bri-. ¿Qué le dijiste?
- Que ustedes pensaban que me estaba acosando y que sería conveniente que se fuera.
- ¡Nos has mandado al frente!- se quejó Bri-, pensé que le dirías otra cosa.
- Lo siento Brianda pero yo no quería hablar con el...
Jugamos un rato largo a los juegos que había en ese salón. Jimmy y Jessie ya habían hecho rancho a parte y nos estaban comenzado a dejar de lado. Matt estaba buscando el momento para decirle a Bri lo del collar y Zacky... Zacky se había ido con la prima de Jimmy, Meaghan. Al parecer me quedaría sola nuevamente.
Recordé que Brian dijo que me iba a estar esperando en la montaña rusa, así que se me ocurrió una idea para no levantar sospechas
- Bri... ¿sabes si hay algún carrito que venda algodones de azúcar?
- Sí, he visto uno en la entrada. ¿Irás a comprar?
- Creo que iré, necesito algo dulce, creo que tengo la presión alta.
- Tráeme uno si te alcanza- me pidió-, yo también quiero. Se veían deliciosos.
Salí del salón de juegos. Una ráfaga de viento me invadió enseguida, había olvidado que afuera hacía frío. Ya había oscurecido completamente y la cantidad de personas dando vueltas había disminuido un poco. Me dirigí a la entrada donde supuestamente estaba el carrito con los algodones de azúcar. Estaba por cerrar cuando me acerqué.