Capítulo 44 (Últimos Capítulos)

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 - ¿Cuánto falta para llegar?-pregunté.

- Ya estamos.

Brian estacionó el coche frente al colegio. Las luces de los ventanales se encontraban apagados. Al igual que todo por dentro de la escuela, si alguien pasaba por enfrente no se darían cuenta de lo que estaba pasando allí dentro.

- Escucha-me pidió-, entraré yo. Quiero que te quedes aquí.

- ¡No, claro que no!-me quejé-, él me quiere a mi. Además no quiero que nada les pase ni a ti ni a Brianda

- No me pasará nada-me aseguró.

- No, yo entraré.

- Bien-suspiró-, pero prométeme algo. Si yo te digo que vuelvas, vuelves. Si te digo que corras, corres. ¿Entendido? Si te digo que te tienes que ir te vas.

- Está bien-acepté.

Ambos bajamos del auto y nos dirigimos a la entrada. Todas las luces estaban apagadas. El pasillo se encontraba tan oscuro que apenas podía ver por donde estaba caminando. Sabía que no estaría al lado de Brian todo el tiempo. En cualquier momento nos separaríamos y cada uno buscaría lo que tenía que buscar. Yo a Bri y él... bueno, él iba a tratar de encontrar a John para pararlo.

- ¿Brian?-susurré al ver que ya no sentía pasos-. ¿Estás aquí?

Efectivamente no. Ahora estaba perdida y completamente sola. Pasaba mi mano por la pared tratando de darme cuenta cuando cambiaba el recorrido. Si bien había venido a esta escuela casi todo el año no conocía muy bien el plano. No tenía ni la menor idea de en donde me encontraba. Apoyé mi mano sobre una puerta entre abierta y la abrí. La luz estaba encendida. Los bancos estaban todos en un costado y había una silla en el centro.

- Hola ____-me saludó John alegremente-. ¿Cómo estás?

- Tu...-espeté con odio.

- Sí yo-afirmó-, al parecer te has dado cuenta de todo. Pensé que nunca lo harías pero bueno, aquí estás. Vamos, toma asiento. Te estuve esperando.

- ¡No!-me negué. Él me tomó fuerte del brazo y me sentó en la silla. Me ató las manos con una soga.

- Bien, te diré una cosa antes que nada. Si tu no haces lo que te pido lo harás a la fuerza.

- Estúpido, viejo de mierda-le grité-. Suéltame.

- Primero me escucharas-dijo-. ¿No quieres quitarte un par de dudas?

- No, yo sólo quiero verlo muerto. Quiero que sufra por todo lo que le hizo a mi padre

- Oh... tu padre un hombre de mucha confianza-confesó-. Lo maté yo. Al parecer también sabes eso. Él tenía todo lo que yo deseaba. ¿Tu madre nunca te contó lo que pasó entre nosotros?

- Está loco, usted y mi madre nunca estuvieron en nada-dije mientras me tiraba para adelante tratando de soltar el agarre de las soga. Fue imposible pero de a poco se iba aflojando.

- Claro que sí-gritó-. Salimos durante dos años en los últimos cursos de la secundaria. Eramos felices pero luego apareció tu padre. No lo pude creer, me la había robado así como así. Entonces, seguí ese famoso dicho que dice 'Manten cerca a tusamigos, pero aún más cerca a los enemigos'. A medida que pasó el tiempo me había convertido en uno de sus mejores amigos, teníamos una empresa juntos...

- Farsante, estúpido, asesino...-grité-, suélteme. ¿Dónde está Brianda?- se acercó a mi y me pego una cachetada.

- Me escucharás y luego me darás la razón-me ordenó-. Cuando me enteré que tu madre estaba embarazada fue cuando confirmé que tenía que matarlo. El plan me llevó más de dieciséis años pero un día me cansé y lo maté sin seguir ninguna regla. Le apunté y lo maté.

Cold EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora