Capítulo 39 (Maratón 3/5)

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Estuvimos haciendo ese estúpido trabajo más de tres horas. Terminamos como a las ocho y media, mi mamá se propuso a ayudarnos pero no queríamos que nos distraiga o intente cambiar lo que habíamos hecho. Por suerte logramos finalizar el trabajo, no sabía si había quedado del todo bien pero que lo habíamos terminado, lo terminamos.

- ¿Quieren algo de cenar, chicas?- preguntó mientras se dirigía a la cocina-, ____ sobro pizza de ayer si tienes hambre come eso.

- Lo siento, me encantaría cenar con ustedes pero debo irme- se lamentó Bri mientras guardaba el trabajo en la mochila-, mi madre quería que cenemos juntas, supongo que me debe estar esperando.

- Oh, no te preocupes- dijo mi madre-, algún día de estos puedes venir ¿si?

- Claro, lo tendré en cuenta.

Brianda se fue y me dirigí a la cocina. Tenía hambre, ayer no había cenado y la pizza que estaba en la heladera me estaba llamando a gritos. Me senté en la mesada mientras la comida se calentaba en el microondas.

- Estoy cansada- dijo mi madre-, últimamente hay mucho trabajo en la oficina. Estoy llena de papeles y papeles y personas estúpidas que llaman para preguntar cosas sin sentido.

- ¿Para que tantos papeles?- pregunté-, no veo que puede llegar a anotar ese hombre.

- No son solo papeles de él- me dijo-, hay un montón de otras personas que trabajan con él y esas cosas. El otro día tuve que ordenar algo de la esposa, esa mujer vive de compras.

- Me imagino-dije-, otra cosa más interesante no debe tener para hacer.

- ¿Te molesta si me voy a dormir? además ya es tarde y creo que tu también debes ir.

- Terminaré de comer e iré a la cama- le avisé-, claro ve a dormir no me molesta.

Mientras mi mamá subía la escalera yo me dediqué a comer la pizza. Enserio parecía estar cansada, espero que solo sea durante unos días. Ella siempre suele estar de buen humor y radiante no me acostumbraría a verla apagada y sumamente agotada.

Subí a mi habitación, dormiría en ropa interior ya que me moría de calor por las noches. Pedía por favor que Brian no irrumpiera hoy, no tenía ganas de salir o bueno al menos eso creía yo. Me acosté, aunque había cerrado los ojos y estaba durmiendo una parte de mi se encontraba sumamente concentrada en los ruidos que procedían de afuera. Estaba segura de que Brian vendría en cualquier momento, tan segura que cuando sentí a alguien entrar a mi habitación no me asusté.

¿Ahora que hacía? no podía levantarme para que me viera en ropa interior ni tampoco me haría la dormida para que se de media vuelta y se vaya. Ahora que lo sentía cerca mio las ganas de salir habían vuelto. Sentí un peso en el lado de mis pies, se había sentado.

- ¿Hola?- preguntó-, sé que estas despierta tu respiración es irregular.

- ¿Qué haces aquí?- me quejé, tendría que hacerme la difícil-, te dije que no saldría a ningún lado.

- Quería invitarte a conocer California ¿vienes?- preguntó-, el otro día te vi algo emocionada por estar allí. Supuse que no conocías la parte centro de la ciudad.

- No gracias, paso- mentí- ahora puedes irte.

- ¿Quieres que te alcance la ropa así no te gastas en levantarte y aceptas venir?- preguntó.

- Iré pero solo porque quiero conocer California -dije-, pero necesito que me hagas un favor.

- ¿Qué quieres, ángel?

Cold EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora