Nicola le acarició un brazo.
- Me has hecho hacer el amor a las siete de la mañana... - reclamó ella ahora con las manos desatadas, definitivamente todo le había gustado muchísimo. ...
- Siete y media, guapa.
- Lo mismo.
- Pero te ha gustado... no mientas...
- Ajá claro, yo siempre creyéndome el mejor en el sexo... - se burló ella, lamió su dedo lleno de chocolate, había sobrado algo dentro del frasquito. Al verla... le hizo recordar aquel fenomenal sexo oral de hace un rato.
- No soy el único aquí que es bueno en eso.
- ¿A no? Tendré que descubrirlo por mi cuenta. - bromeó.
- Me refiero a ti. - la miró mal, una inofensiva broma podía ponerlo muy celoso, Angie se subió sobre su cuerpo, pegadizo por a ver estado lleno de chocolate hace unos buenos minutos. Nicola le acarició el culo.
- ¿Tú crees?
- Sí... creo que sí... - le alcanzó los labios y se los besó.
Angie le correspondió el beso. Ambos rieron, apestaban realmente a chocolate pero en exceso. - oh...
- ¿Qué?
- Te juro que he olvidado por completo que no estamos solos en esta casa. - esbozó una sonrisa pícara. A Angie se le subieron los colores, había gritado tanto, e involuntariamente... que también había olvidado que dos hombres más estaban en la casa.
- Facundo y Diego... - susurró ella aterrorizada y a la misma vez avergonzada.
- Seguro lo han escuchado todo y me puedo imaginar lo que habrán hecho mientras escuchaban... - Angie le lanzó una almohada.
- ¡Nicola!
- ¿Qué? Sabes que es verdad. Cualquiera que nos escuche hacer el amor se pone caliente...
Ella intentó no reír, pero las ganas le terminaron venciendo.
- Niégalo. - le retó él.
- Ya basta con el tema.
- Ha sido un fenomenal sexo oral... - dijo solo para molestarla.
- ¡Basta! - río ella, volvió a lanzarle otra almohada e intentó colocarse de pie, necesitaba de un baño.
- Ven aquí. - él la jaló de una brazo. - ¿estás avergonzada?
- Sí y es tu culpa.
- Facundo y Diego duermen hasta las doce mi amor, te puedo asegurar que no han escuchado nada...
- Vale. - Angie se mordió un labio. Poniéndose a pensar verdaderamente si es que ellos no habrían estado despiertos antes. Si ellos eran como Nicola... entonces sí habrían escuchado todo, le dio un último beso a Nicola y caminó hasta la puerta del pequeño baño personal.
- Eh...
- ¿Dime? - gritó ella desde el baño.
- Quería bañarme... ya sabes... los dos...
- ¿Nunca te cansas?
- Solo será un baño... - ella salió del baño de nuevo y caminó hasta Nicola, que estaba sentado aún en la cama. Le besó la boca e hizo algo que volvió a calentar a Nicola un poco.
- Déjalo descansar. - palmeó el pene de Nicola con cuidado. Este tragó saliva, pero cuando intentó hacer algo al respecto, ella ya había regresado al baño.