Últimos capítulos
- Qu...¿Qué? – susurró Angie. No supo por qué, pero las lágrimas no le salieron, simplemente estaba harta de tantos problemas y ahora resultaba que su propia familia era quién se los seguía dando. ¿Por qué? ¿Acaso querían verla destruida por el simple hecho de a ver preferido una vida con Nicola y no una vida de mierda con ellos? ¿Por qué coño no la dejaban en paz de una vez? ¿Qué más querían de ella?
- Tú y yo sabíamos que esto iba a pasar. – le dijo él, pegando su cuerpo más al de ella, Angie no se había atrevido a mirarlo todavía. Estaba avergonzada, mucho. Muchísimo, avergonzada de ella, de su propio padre. – sabíamos que ellos te buscarían... - volvió a decirle. – lo supimos el mismo día en el que huimos de Las Vegas.
- ¿Qué quieren de mí? – preguntó ella con un hilo de voz. – He estado encerrada por un año Nicola, sin poder salir a donde yo quisiera, sin poder hacer lo que a mí me gusta... ¿Qué más quieren de mí? ¿quieren encerrarme de nuevo, es eso? – la voz se le hizo más pequeña, perdiendo fuerzas. Sus ganas de seguir hablando disminuyeron, hasta sentir los fuertes brazos de Nicola abrazarle el cuerpo. – lo único que quieren es hacerme daño...
- No llores. – le dijo él. - Angie Arizaga es más fuerte que todos estos jodidos problemas ¿vale? Lo eres. Me lo has demostrado.
- Ya no puedo más, Nicola...
- Sí puedes, nena. – la abrazó aún más fuerte, impidiendo de miles maneras que Angie no derramara ni una lágrima más. – sí puedes, gatita. – ella soltó una risa, mezclada con cierto dolor en su voz. – somos más fuertes que todo lo que nos está pasando. – sus cuerpos se tocaron cada vez más, juntos. Unidos. ¿Qué podía salir mal si lo estaban? Eran más fuertes que todo en el mundo, a pesar de que todo el mundo estaba en contra de ellos. Eran el equipo perfecto, la mejor historia, se amaban... y no había nada que pudiera detener eso. – tenemos que acabar con esto...
- ¿A qué te refieres? – le contestó ella.
- Tenemos que enfrentar a tu padre.
- No...no Nicola, tú no lo conoces, por favor... - se sentó sobre las sábanas, Nicola hizo lo mismo. – tú no sabes de todo lo que puede ser capaz si es que tú te le enfrentas...
- Oye... - le acarició una mejilla. ¿Qué acaso no tenía claro todavía que él podía hacerlo todo por ella? – todo va a estar bien.
- No lo hagas por favor... - sus manos se tocaron. Un fuerte espasmo recorrió el cuerpo de Nicola al sentir la piel de Angie. – solo vámonos de aquí, que nadie nos encuentre nunca.
- ¿Y si mejor cambiamos de táctica esta vez? – él le dedico una sonrisa preciosa, no se lo había dicho, pero ya tenía todo arreglado y perfectamente planificado para encontrarse con el gran Luis Arizaga mañana. Para enfrentarlo de una vez por todas y después de eso... por fin... los problemas se habrían acabado...- esta vez no quiero escapar. No más... quiero que tu padre sepa que me has cambiado como nadie.
- No quiero que te haga daño, Nicola... - los ojos de Angie brillaron en la oscuridad. Lloraría. Pero no por los problemas, si no por él. Tenía una ligera sensación en el corazón que no la dejaba en paz. Un presentimiento. – y...¿y si no te vuelvo a ver?
Nicola la besó en la boca, sus labios. abrieron los de ella con suavidad. Jugó con su lengua. Amaba besarla de esa forma. Tan sensual, tan excitante, tan único, Angie le correspondió el beso.
- Si no me vuelves a ver... - le dijo entre besos, Angie derramó la primera lágrima. - debes contarle a tus hijos que fuiste la única que logró cambiar al hombre más duro de todo el mundo. - Angie sonrió... - y que llegaste a seducirlo tanto... que hasta daría la vida por ti.