Y no estaba solo y Nicola recordó por qué. Recordó quién era esa mujer a sus espaldas, recordó que era la secuestrada de Yaco, y mucho... que se había enamorado de ella. Tal vez sentía lo mismo que Nicola, ese sentimiento tan fuerte, tan puro, tan sin igual, que los había llevado a amarlas muchísimo.
- Pensé que estabas... ...
- Volví. – Yaco se adentró. – ella es Natalie. – la mujer que era realmente hermosa. Tenía unos ojos completamente indescriptibles. Azules como el mar puro y tranquilo, y una bonita sonrisa. Ella estiró la mano. Lucía tímida. Tímida como Angie al momento de conocer a los amigos de Nicola, Nicola apretó su mano.
- Mucho gusto... - le dijo él. La verdad no había nada en ella que le llamara mucho la atención. Y es que Yaco y él siempre habían tenido gustos diferentes. – vale y...¿vas a explicarme que ha sido de ti?
- No tengo tiempo... - le dijo Yaco, entonces Nicola observó que ninguno de los dos, ni Natalie ni Yaco, traían maletas en alguna parte. Su amigo cogió la mano derecha de Natalie y la entrelazó con la suya. – necesito hablar contigo.
- Hablemos...
- No... Nicola, aquí no...
- ¿Por qué? ¿Qué mejor lugar que mi propia casa?
- Es complicado joder, entién... - Yaco bajó la voz. Los tres se voltearon a mirar quién estaba tras ellos, Angie entreabrió los labios. Al mismo tiempo que los ojos se le llenaban de lágrimas, sonrió y pronto se pondría a llorar, Natalie se apretó los labios, la miró con ternura, quería decirle muchas cosas, aquellas que jamás pensó que viviría con su propio secuestrador y ambas corrieron a abrazarse sin que alguien se los dijera. Unos llantos más y varias sollozos.
- Estás aquí... - Angie la miró enternecida, Nicola no le había comentado nada sobre ella y Yaco. Sobre la relación que tenían.
- Pensé que lo sabías. - susurró Natalie, solo para los oídos de Angie – Yaco y yo... - Angie se volteó a mirarlo, el solo hizo un gesto amable con la boca, parecido a una sonrisa. Debía admitir que Angie era preciosa, joder, en verdad lo era.
- Él es Yaco, mi amigo... - le presentó Nicola, ambos se saludaron. ¿Por qué no le había dicho antes que una de sus mejores amigas, por no decir que era la única que quedaba viva, salía con su mejor amigo? No sabía como interpretarlo.
- ¿Podemos salir a hablar un momento? – le preguntó Yaco.
- Sí. – contestó Nicola, al notar que Natalie y Angie ya se encontraban entretenidas entre las dos, por lo que ninguna se percató de la falta de ambos.
