- ¿Y tú? - le preguntó Angie y no se quedaba atrás en lo absoluto. ¿Por qué no lo iba a decir? Ardía en celos por cualquier otra mujer que se le acercara, Nicola era suyo, y nada más que suyo.
Nicola se quedó callado.
- Sabes que no me enfadaré... - mintió ella.
Él negó con la cabeza, tal vez riendo por dentro... por Dios, ¡la conocía como a la palma de su mano! Era increíble como ella aún no lo podía notar.
- Conocí a alguien. - admitió Nicola, suavemente acarició el muslo desnudo de Angie con los dedos, entretenido. - y vale, sí... no hicimos grandes amigos...
- Grandes amigos... - asintió Angie - ¿crees que no te conozco?
- No estoy mintiendo, nunca pasó nada más.
- Dime que no te acostaste con ella... - Angie puso los en blanco, sonriendo como si aquello le hubiera causado gracia, cuando en realidad le dolía muchísimo preguntárselo, Nicola subió la mirada hacia ella.
- No lo hice.
Y entonces aplastó sus labios sobre los de Angie, saboreando lentamente el sabor de su boca. Un beso pequeño. Tibio. Sutil. Ella se dejó besar.
- No quiero seguir hablando sobre lo que pasó... - le pidió él, Angie lamió sus labios después de a vérselos besado. Aquello hizo que las cosas subieran de temperatura. - quiero hablar sobre nosotros.