Azules. Sus ojos eran intensamente azules. Juliana había olvidado eso. Con el tiempo, había olvidado que se veían muy oscuros contra la luz artificial y que el sol los hacía ver celestes. Azules. Procuró memorizar cada rasgo de sus ojos, para poder recordarlos con alegría. Sonrió, plena y segura de la vida que llevaba. Miró a Zayn, que posaba los ojos en ella y en Niall una y otra vez, y le sonrió con amplitud. Louis, Liam y el resto de la mesa la miraban como si estuviesen esperando un colapso nervioso. Lo cierto era que Juliana ya había tenido todos los colapsos nerviosos que se pueden tener en una vida, y había aprendido a sobrellevar las dificultades con tranquilidad. Respiró hondo y dejó que se acercaran.
Todo seguía en cámara lenta, sin embargo, por lo que Juliana se tomó el tiempo de observarlo, como queriendo cerciorarse de que era feliz. Después de todo, lo había amado y siempre le desearía lo mejor. Se veía diferente, reflexionó. Parecía más maduro, más experimentado, más hombre. Sin embargo, el cambio más notorio era su apariencia. Niall era castaño, tenía barba y usaba lentes. Por un segundo, Juliana pensó que se veía realmente hermoso, pero enterró el pensamiento bajo pesados libros de Historia en cuanto surgió con la suficiente nitidez.
Los ojos de la mesa seguían en ella.
-¿Y tú, Louis? - volvió a preguntar con calma, retomando la charla en donde la habían dejado. Se acercaban. Los podía ver por el rabillo del ojo, pero Juliana estaba ya por encima de todo ese drama.
-Hace tres años que estoy con Eloise - la sonrisa en su rostro evidenciaba que era un hombre feliz y, de no ser porque la situación era un tanto incómoda, la rubia tenía la certeza de que lo abrazaría. Aún recordaba que, una tarde triste en Londres, le había aconsejado que la reconquistara.
-¿En serio? Oh, Lou, me siento tan feliz por ti - estaba segura de que, por el tono de su voz, Louis sabía que lo decía honestamente.
-Juliana - volver a escuchar la voz de Harry fue alentador y la rubia le sonrió.
-Harry, ¿cómo estás? Siento lo de hace un rato en el ascensor. Es que llegaba tarde a un curso - tuvo ganas de pararse y aplaudirse a sí misma por hablar con tanta naturalidad.
-No te preocupes - respondió con liviandad.
-Juliana - si la voz de Harry había sido alentadora, la de Niall le trajo recuerdos gloriosos.
-Niall, ¿cómo estás? - si antes se hubiese aplaudido a sí misma, luego de ese comentario probablemente hiciese un saltito de triunfo, puesto que su voz sonó tan normal como siempre. No podía negar que la reconfortó no alterarse ante su presencia inmediata.
-Juliana - repitió, escueto. Era tan extraño verlo a través de los lentes. Sus ojos parecían más brillantes y más azules a través de ellos, pero a la vez le quitaba la posibilidad de tener un contacto directo. Justo entonces recordó que también ella tenía los lentes puestos.
-¿Tomamos té? - Juliana sonrió de lado al descubrir que, incluso con el paso de los años, Louis siempre sería un caballero sujetándola cuando no podía caminar sola y necesitaba apoyo, tal como había hecho durante la premiere de la película de Aerosmith.
-Por favor - accedió Lou, que no era para nada fanática de las tensiones incómodas.
-Yo no me puedo quedar mucho - anunció ella, decidida a llegar a su casa cuanto antes.
-Yo mismo te llevaré si hace falta - le dijo Zayn con solemnidad.
A medida que se iba sumando más gente a la mesa, Juliana entró en calor y tuvo que sacarse el abrigo al que se había refugiado. Sacarse el abrigo era lo más normal del mundo, y lo sabía, pero por alguna razón, sintió que al hacerlo, quedaba expuesta. Agradeció mentalmente haber tenido un buen día a la mañana y haber combinado la ropa. Si algo no había perdido con el paso de los años, era el buen gusto. Ese día llevaba un jean gris oscuro, una camisa blanca, un buzo rojo oscuro, botas de taco negro a juego con el abrigo. Era su look de docente seria y respetable.
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Esquivando se llega a One direction
FanfictionHace mucho tiempo que dejó de ser una simple fan... Fue amiga. Fue novia. Y terminó con el corazón partido. Juliana tiene que sanarse a sí misma antes de volver a enfrentarlos. Mientras tanto... los esquiva.