Capítulo 18: Silencio

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  -¿Qué haces acá? - repitió, de pronto muy despierta y consciente de que Niall Horan estaba en su puerta en la madrugada. ¿Qué mierda estaba pasando ahí?, pensó.

-¿Puedo pasar? - preguntó. Su actitud pasiva la sorprendió por completo, se veía muy tímido y cauteloso. La persona que estaba frente a ella no era el torbellino que solía recordar.

-Sí, claro. Pasa, pasa - recién entonces Juliana cayó en la cuenta que traía puesto una simple remera, que había pertenecido a Franco, que el bailarín le había regalado en un cumpleaños. El frente decía Bailarín nº 1 en blanco y por más que era varias tallas más grande y le tapaba la cola, Juliana se sintió de pronto desnuda - siéntate. ¿Quieres algo de tomar?

-Un vaso de agua sería genial - el ambiente era tormentoso y Juliana sabía que allí dentro explotaría una bomba.

Niall se sentó en el sillón que Zayn le había regalado y comenzó a mirar la casa con curiosidad y asombro, mientras la rubia conseguía una bata para cubrirse y un vaso de agua. Odiaba las batas, le parecían innecesarias y no solía encontrarle mucho sentido, pero su madre siempre le había dicho que necesitaba una y la había comprado solo para complacerla, pero ahora lo agradecía, porque no pensaba tener una conversación realmente seria con Niall Horan en una tanga y una remera.

-Aquí tienes tu vaso de agua - lo apoyó sobre la mesa y se sentó, mirando como tomaba el vaso y lo bebía de un solo sorbo.

-¿Estás bien? - le preguntó, preocupada. Se veía destrozado.

-No lo sé - se tomó la cabeza con las manos, mientras apoyaba los codos en sus rodillas. Se veía aterrorizado. Juliana le puso una mano en el hombro y apretó con fuerzas, haciéndole saber que estaría ahí para él. ¿Qué estaba pasando ahí? ¿Debería pedir refuerzos? Sin embargo, la preguntas que parpadeaba con luces de neón en su mente era: ¿Por qué acude a mí?

-¿Quieres contarme? - le preguntó tímida. Le había logrado sonsacar información a Isabel muchas veces como para no saber cómo proceder.

-Sí, por favor. De hecho, vine a hablar especialmente contigo - aún con las manos en su rostro, se volteó calvando sus ojos en los de ella. Juliana perdió el hilo de sus pensamientos por un momento cuando él la miró. Azules. Sus ojos eran intensamente azules y aquella noche brillaban con tristeza y miedo.

-Sí, puedo deducir eso si te apareces en mi casa a esta hora - bromeó con ligereza - ¿quieres otro vaso de agua?

-Por favor.

-¿Cómo supiste dónde vivía? - le preguntó desde la cocina, realmente intrigada.

-Zayn me lo dijo - soltó.

-Ok - Juliana pensó que algo realmente serio debió pasar para que su mejor amigo le diese la dirección a Niall, cuando no era su mayor fan.

-Aquí tienes - le ofreció el vaso y volvió a sentarse, esperando que él hablara primero, pero no lo hacía y el silencio comenzaba a aplastarla.

-Niall, ¿qué está pasando? Estoy muriendo aquí. Dime qué está mal. Dímelo - le pidió, ligeramente desesperada. Ver a una persona callada, muda, cuando suele ser muy parlanchina es escalofriante, pensó. Necesitaba saber qué estaba mal.

-Volviste a mi casa el día siguiente.

No era una pregunta. Niall estaba afirmándolo y no cabían las aclaraciones respecto de a qué momento de sus vidas él se refería, porque lo había entendido de inmediato.

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