Capítulo 22: El Támesis

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Juliana no recordaba en qué momento exacto se le había ocurrido una idea tan estúpida. Ya había comprobado que salir de compras con las novias, ahora esposas, de sus amigos era por demás agotador, pero ahí estaba de nuevo, comprando con ellas. El casamiento de Louis era más que eminente y tenía que buscar un vestido si es que quería ir. Por lo que le había comentado la propia novia, sería en una chacra apartada en Doncaster, por lo que necesitaría un vestido práctico y cómodo. No pensaba estar en un apretado vestido de lycra y taco aguja, si debía caminar sobre el pasto.

-Juro que eres más difícil para comprar que mi madre - soltó Eloise, bufando.

-No soy difícil, solo que no me gustan estos vestidos - puntualizó.

-No te preocupes - le aseguró Gemma a la novia - la vez anterior, estuvimos hooooooras dando vueltas, para que ella terminara comprando un vestido en una tienda vintage - ni siquiera sabía por qué Gemma estaba allí, pero podía sentir que la miraba de un modo especial. Se preguntaba si sabía qué había pasado con su hermano.

-¿Por qué no empezamos por ahí? Gemma tiene razón, la última vez la tienda vintage funcionó- propuso Sophia.

-Ni siquiera tengo ganas de comprar nada - confesó la rubia.

-¿Problemas de amor? - aventuró Eloise.

-¿Problemas con Niall? - se arriesgó Gemma, que parecía conocer cada rincón de su cerebro.

-¿En serio vamos a tener esta conversación en el pasillo? - les preguntó, procurando desviar el tema.

-Solo que sepas que tarde o temprano hablaremos de Niall - le aseguró la hermana de su amigo.

-Será mejor que entremos a esa tienda - dijo Sophia para salvarla. Juliana le sonrió, agradecida. Ni siquiera ella misma tenía en claro que sentía por Niall como para escupirlo en una charla de mujeres. No había sabido absolutamente nada del irlandés desde aquel mensaje, que ella nunca había contestado. Es que... ¿qué iba a decirle? Juliana sabía que había veces en que era mejor callar.

Las cuatro muchachas deambularon por la tienda, hablando de tonterías, sin realmente prestar atención a la ropa que estaba frente a sus narices. Estaba claro que el embarazo había ablandado el corazón de Sophia, de cualquier otro modo, sabía que ella dirigiría la expedición.

-Me gusta ese - señaló, después de unos cuantos minutos.

-Es lindo - se limitó a comentar Eloise, sin mucho interés. Estaba claro que su propio vestido era un tema mucho más importante para ella. Por lo que había dicho, el diseñador aún no lo terminaba y eso la traía muy nerviosa. Juliana se ofreció para presionarlo, segura de que con la debida presión tendría el vestido cuanto antes. No hace falta, había dicho, pero estaba segura de que lo estaba reconsiderando.

-Ese color te sentará fantástico - exclamó Sophia, impresionada.

Juliana tomó la percha con la prenda y se fue hacia los probadores. Las tres mujeres se quedaron fuera, conversando sobre lo que se pondrían para la boda.

-Yo soy la que va de blanco - bromeaba Eloise.

-Yo tendré que ver si algo me entra - dijo compungida Sophia.

-Oh, por favor, no exageres - le dijo desde el probador - apenas tienes tres meses y medio de embarazo. No se te nota, ni estás gorda. Cualquier cosa te quedará bien - le aseguró.

Esquivando se llega a One directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora