UN POCO DE AYUDA
-¿Qué harás Haziel? La espada no es tan poderosa en tu mano como lo es en su portador verdadero. Ninguno saldrá de aquí y lo sabes. ¿Por qué mejor te rindes? Después de todo Agatha es mía, está marcada y cuando sepa lo que les sucedió, será vulnerable.
-¿Por qué te empeñas en ella? Habrá muchas brujas que desearían ser tu esposa, ¿Qué tiene de especial mi hija?
-Ella es mitad ángel, lo que la hace invaluable. Jamás renunciaré a Agatha, que te quede claro.
Para mi espanto la entrada a la caverna donde se encontraba Magdalena se cerró quedando encerrados entre sus cuatro paredes.
-No hay escapatoria. _Sonríe Adiraet victorioso. –Están en mis dominios, soy más fuerte aquí, mientras que ustedes están indefensos. Su única esperanza yace en tu mano, y no creo que Miguel esté muy contento cuando su sagrada espada caiga en mis manos.
-Basta de diálogo, esta conversación me aburre. _Espeto al tiempo que me lanzo contra él chocando las espadas que comienzan a repiquetear. Cada vez que se tocaban chispas salían disparadas iluminando la oscura bóveda. Adiraet es fuerte, más que yo, en algo tiene razón, aún con la espada de Miguel, mi fortaleza no se compara a la suya. Con cada embiste de Adiraet me voy debilitando.
-Es todo lo que tienes que darme, me decepcionas Haziel, esperaba más de ti y no un espectáculo tan mediocre.
-No peleas limpio demonio.
Me sonrió mostrando unos afilados dientes, se abalanzó sobre mí, apenas esquivando su golpe. Debía hacer algo, pero no tenía claro qué. Reivel me observaba con Magdalena inconsciente entre sus brazos, pensé en mi hija, no podía perder a ambos padres, ni podía poner la existencia de mi pupilo en riesgo, si moríamos aquí, nos quedaríamos en el inframundo.
Comencé a recitar unas palabras en hebreo, la espada resplandeció en su plenitud, una energía me recorrió el cuerpo, infundiéndome nuevas fuerzas. Adiraet perdió su sonrisa y sin dejarme recuperar estaba sobre mí otra vez. Esquivaba sus movimientos pero él era rápido, dejó ir la espada de fuego con tanta furia que cuando chocó con la mía, se desplegó una onda que tiró por los aires a todos los presentes, incluyendo a Adiraet que quedó tendido en el suelo.
Aproveche este momento y clavé la espada del arcángel en la pared, ésta brilló, comenzando a agrietarse la piedra, hasta formarse una abertura.
-Pronto Reivel. _Le indiqué, él cruzó con Magdalena que empezaba a recuperar el sentido.
Yo iba a ser lo mismo cuando sentí un agudo dolor en mi espalda, Adiraet sonreía mientras su espada me atravesaba a traición. Como pude me volteé y puse el arma sagrada entre mis dos manos, recitando en voz alta otra oración, la cueva comenzó a temblar, los suelos a rasgarse, otra onda más poderosa de energía que la anterior se desprendió expulsando a Adiraet lejos.
Cuando salí al otro lado, el hoyo se cerró, comencé a caminar. La herida me dolía mucho y sentía la sangre empatando mis ropas. No vi a Reivel, por una vez en su vida siguió mis instrucciones y se adelantó.
Escuché los gritos de enfado de Adiraet, sabía que era cuestión de tiempo antes que me alcanzara. Caí de rodillas sin poder continuar, me coloqué de nuevo de pie, Reivel necesitaba la espada para salir.
Tambaleándome continué mi camino, hasta que me topé con él que venía en mi dirección con Magdalena a su lado.
-¿Qué haces aquí? Te dije que no te detuvieras.
-¿Estás herido? _Más que pregunta ha sido afirmación.
Magdalena se coloca a mi lado izquierdo y él a mi derecho y entre los dos, me sirven de apoyo. Reivel toma la espada y a paso lento seguimos el recorrido. No avanzamos mucho ya que de la nada varios demonios aparecen, en total tres, vemos a Adiraet reunírseles.
-Fin de la odisea ángeles.
Nos recalca Adiraet con tono de satisfacción. Empuño la espada para enfrentarlos, son cuatro, pocas probabilidades de lograrlo, y estoy mal herido.
Antes de que iniciara el fatal encuentro, una luminosidad invadió la estancia y para nuestra sorpresa, el propio Zadquiel se materializó en medio de nosotros. Nos volvió a ver sonriéndonos, agregando: "Necesitan ayuda"
-No sabes cuánta. _Contesto con dificultad.
La espada desaparece de la mano de Reivel y emerge en la suya, empuñándola con agilidad y en posición de ataque contra los demonios, es un arcángel, por lo tanto, más poderoso que nosotros.
-Váyanse, he dejado la puerta abierta, pero no por mucho.
Nos retiramos y aunque los demonios intentaron detenernos, Zadquiel cubrió nuestra huida, quedaron atrás el sonido de las espadas en combate.
Para nuestro alivio no nos topamos con más sorpresas hasta que una luz al final del camino nos indicó que nos acercábamos. Caí ya sin poder mantenerme en pie, me costaba respirar, apenas era consiente que me hablaban.
-Resiste Haziel.
Fue lo último que escuché de Reivel, de repente el negro nubló mi vista.
**************
Me encontraba mirando a través de la ventana, impaciente, ya tenía un trillo de trasladarme de un lado hacia el otro nerviosa.
-Tranquilízate Agatha. _Me sugirió mi acompañante, pero no podía pedirme eso, no cuando la vida de mis seres queridos peligraba.
-Por favor que regresen con bien. _Oraba de corazón a Dios, rogando escuchara mi plegaria.
Al primero que vi llegar fue a Reivel y un enorme alivio me recorrió.
-Regresaron. _Le indiqué a Asaliah.
Ambas salimos aprisa de la casa. Miré a las espaldas de Reivel y una delgada mujer lo seguía. Las lágrimas poblaron mis mejillas de inmediato, corrí hacia ella.
-Mamá. _Nos abrazamos.
Ambas llorábamos sin poder creer, que de verdad estuviera bien. Estaba tan feliz que no noté que faltaba uno hasta unos segundos después.
-¿Y mi padre? _Me volví hacia Reivel.
Su rostro se ensombreció y el de mi madre también.
-No. _Susurré. _Por favor no.
-Trate de curarlo pero su herida fue hecha por un arma demoniaca. _Agregó Reivel cariz bajo.
-¿Murió? _Musité sin aliento.
-No, pero él.... ya no lo volverás a ver a Agatha.
-¿Qué? No entiendo.
Intercambié una mirada entre él y mi madre.
-Haziel ha regresado al cielo, cuando un ángel muere, regresa con el Creador pero pierde su forma humana.
Un dolor me taladró, los brazos de mi madre me rodearon y me refugié en ellos.
-Al menos sabemos que estará bien. _Añadió ella tratando de darme consuelo.
Debía alegrarme al saber que en realidad no había muerto, pero el hecho de no volverlo a ver, dolía. Acababa de encontrarlo, no estaba lista para dejarlo ir tan pronto.
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ENTRE SOMBRAS
ParanormalTINChoiceAwards2019 SINOPSIS Mi nombre es Agatha y soy una bruja. Mi linaje y legado provienen de la antigua Salem, donde la iglesia católica nos cazó en tiempos de la inquisición. No estoy orgullosa de mis raíces, pero tampoco es sencillo renunciar...