CAPITULO 22

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                LA REVELACIÓN

-Vámonos Agatha. _ Reivel me extendió su mano, entrelazando nuestros dedos.

-¿Qué son pareja? _El joven sonrió con sarcasmo.

Reivel no contestó, pero sus hermosas facciones se endurecieron.

-Ya te ibas. ¿No es así? _Consultó mi ángel sin quitarle la vista de encima.

-Así es. _Respondió el chico dándose la vuelta para alejarse.

-No espera.

Ambos me miraron al mismo tiempo, Reivel con sorpresa y el hombre con extrañeza.

-¿Cómo te llamas?

Mantuvo silencio unos instantes pero luego vi una simulación de sonrisa y expresó: _Adriel.

-Adriel, tenemos una misión importante y requerimos de toda la ayuda. ¿Te gustaría unirte a nosotros?

Reivel soltó mi mano y me miró frunciendo el ceño, estaba molesto, se notaba a leguas.

-No lo necesitamos. _Me afirmó.

-¿Qué clase de misión? _Al menos capté su interés.

-Debemos enfrentarnos al aquelarre de brujas que está situado después del bosque.

Él pareció pensarlo, meditándolo unos segundos. _Trabajo solo, un placer Agatha.

-No, por favor. _Me vi insistiendo.

-Déjalo Agatha. _Me reprochó Reivel. –No lo necesitamos.

Pero la verdad era que sí, sin él, posiblemente estaríamos muertos.

-¿Cuál es tu precio? _Le grité.

Se detuvo en seco mirándome con ojos inexpresivos.

-¡Mi precio! Es eliminar a cada bruja que exista en el planeta._ Escupió con rabia.

-Entonces ayúdanos Adriel, Sarangel sabe dónde encontrar a la Bruja Madre.

-¿Estás de broma?

El propio Reivel me miró dubitativo.

-Sabes que si destruimos a la Bruja Madre, los demás se desorientarán. Cada sacerdotisa asignada a los aquelarres conoce su paradero.

-¿Y por qué querrías hacer eso? Eres uno de ellos.

-No por elección. _Le sostuve con seguridad.

Pareció meditarlo nuevamente.

-¡Demonios! Sé que me arrepentiré pero tu oferta es demasiado tentadora para simplemente dejarla ir.

-Entonces te quedarás con nosotros. _Señalé esperanzada.

-De acuerdo.

-Reivel ¿te parece bien?

-Acaso mi opinión te importa. Ni siquiera sabemos quién es, cómo confiar en alguien que acabamos de conocer.

-Tú dímelo, eres el ángel, sé que puedes ver en el interior de las personas. ¿Podemos confiar en él?

Reivel agachó la cabeza para luego añadir: _Es inestable emocionalmente lo cual lo hace peligroso, pero sí.

-Gracias. _Indiqué agradecida.

-Bien ¿Y ahora qué? _Adriel nos mira vacilante.

-Necesitamos un plan, además Agatha debe aprender a manejar el fuego celestial antes de enfrentar a nadie.

-¿Y qué con su don? _Indaga Adriel.

-¿Su don? _Reivel arquea una ceja sin entender.

-Es una bruja, por ende hay un poder de por medio. _Sostiene con total naturalidad.

-¿Acaso no es el fuego celestial? _Alego con duda.

Adriel pone los ojos en blanco y exclama algunos improperios para luego volvernos a ver.

-¿Es enserio? No me están tomando el pelo ¿Verdad?

Tanto Reivel como yo, le devolvimos una mirada de interrogación.

-El fuego celestial es su don por ser mitad ángel, pero ella como bruja debe tener su propio poder. ¿Hiciste el ritual de iniciación o no?

Me estremezco al recordar y sólo asiento.

-¿Qué poder se manifestó? _Arqueó una ceja.

-Sólo el fuego celestial. _Completé confusa.

-Imposible, tuvo que haberse revelado algo más.

-No en realidad. _Lo miré comprendiendo lo escuchado.

-Entonces Agatha, aún no sabes que tienes otro don, uno que te hace inmensamente poderosa al tener ya el fuego celestial.

-¿Será posible? _Vuelvo a ver a Reivel quién se encuentra con la mirada perdida en el suelo analizando lo dicho. -¿Reivel? _Lo llamé.

-Él tiene razón, no sé por qué no lo dedujimos.

Abrí la boca en una O, esto me tomaba por sorpresa.

-Bien brujita, tenemos la tarea de sacar tu don a flote, ya que parece dormir. Tienes que entrenarte, porque a pesar de ser tan peligrosa para ellos en este momento, si no sabes utilizar su poderío no nos sirves y únicamente serás un estorbo. Ya tuvimos una prueba hace minutos, te quedaste congelada, no diste apoyo a tu compañero, me doy a entender.

Me miró a través de aquellos ojos cenizos, él tenía razón, bajé mi cabeza avergonzada.

-Ella es nueva en esto. _Me defiende Reivel.

-No la excuses, queremos guerreros fuertes, no débiles a quiénes se les justifica sus fallas.

-¡Suficiente! _Exclama Rei con tono de advertencia.

Adriel se encoje de hombros y empieza a caminar.

-¿Vienen? _Nos incita.

Reivel me sonríe con dulzura pero al intentar devolverle la sonrisa no me sale bien y aún cariz baja, seguimos al misterioso cazador mitad ángel que acababa de hacernos una importante revelación.

ENTRE SOMBRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora