CAPITULO 24

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Hola, perdón por tardarme tanto en actualizar. Como saben tuvimos un ganador en cuanto a quién sería Reivel, para los que no se enteraron, ganó la opción #3, así que nuestro querido ángel ya tiene carita jajaja. Bueno, acá les dejo el capítulo, espero les guste, comienza a haber química entre Agatha y Rei, sé que muchos esperaban este momento. Saludos.

         DÍA DE ENTRENAMIENTO

-No Agatha, debes dejarlo fluir con libertad, sentirlo como emana fuera de ti. Intentémoslo de nuevo. –Me indica Adriel, que resultó ser un impaciente instructor. Me estaba enseñando a canalizar el fuego celestial ya que hasta el momento, hacía uso de éste, únicamente cuando estaba en peligro y no era muy consiente de cómo controlarlo.

Llevábamos horas practicando y me sentía exhausta, al menos había logrado hacerlo aparecer pero no canalizarlo hacia algún objeto. En la mañana entrenaría con él y en la tarde con Reivel.

No he intentado convocar mi don nuevamente, Reivel ha dicho que mientras que no lo domine es riesgoso usarlo y estoy de acuerdo. De vez en cuando teníamos audiencia de las coquetas ninfas, merodeaban curiosas distrayendo a Adriel. ¡Hombres! No pueden ver un par de bonitas piernas y una cara agraciada porque ya pierden la cordura.

Al fin tomamos el preciado descanso, almorzamos pero la verdad apenas pude probar bocado. Estaba ansiosa, sabía lo que se aproximaba, y recordé las palabras de mamá "Formar alianzas" bueno accidentalmente encontramos a Adriel, pero ¿Qué otra clase de ayuda podríamos buscar? ¿Más ángeles quizás? No he discutido con Rei esa posibilidad, pero ella se refería a otras brujas lo cual es confuso.

Nunca fui muy social, me caracterizo más bien por ser reservada, no puedo decir que "Tengo amigas". La clave está en el libro, tal vez exista algún conjuro que me muestre cuáles brujas me darían su apoyo, sé que no todas están de acuerdo con ser desposadas por demonios, lo hojearé en la noche, si sobrevivo el día.

Adriel ingresa comiendo una manzana, a veces no comprendo su actitud, en eso mi ángel y él son similares. Parece bipolar, pero la mayoría del tiempo no es tan mala persona.

-Te llama el amargado.- Era el apodo que eligió para Reivel, la relación diplomática entre ellos no es estable. –Está listo para iniciar. -Agrega terminando su manzana y encestándola en el basurero.

-Podrías intentar llevarte bien con él.-Le aconsejo.

-No prometo nada, tu novio es complicado.

-"Mi novio" no es mi novio.

-Sí claro, como sea. –Pone los ojos en blanco.

-No somos pareja. –Le recalco. –Él es un ángel.

-¿Y? mi padre también lo es.

-Touché. –Le expreso viendo que dio en el clavo.

Sonrió victorioso, y se devolvió.

-Estaré con las ninfas, en caso que me necesiten.

-No escuchaste a Reivel ¿Verdad? –Lo reprendo.

-Asumiré el riesgo. –Contestó cerrándome el ojo y perdiéndose en dirección al bosque.

Suspiré exasperada, Adriel no tiene remedio. Salgo en dirección al claro detrás de la casa y me encuentro a Reivel "Sin camisa" sólo lleva unos pantalones deportivos de algodón que le ajustan perfectamente y hacen resaltar su marcado y firme trasero. Me pilla admirándolo y no puedo evitar tomar el color de la sangre.

-Si ya terminaste el escaneo. –Replica serio.- Comenzaremos a enseñarte defensa personal, cuando estés lista por supuesto.

Realmente desee que me tragara la tierra, pero ¿Cómo pretende que me concentre mostrando todos sus atributos al natural? Va a ser una tarde muy larga.

ENTRE SOMBRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora