Cap 16.

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Es sábado y ya me han dado de alta, justo ahora estoy vistiendome con unos pantalones holgados, mi camiseta favorita y zapatillas deportivas. La abuela no pudo venir porque Annie no quería salir entonces tendré que irme en taxi. Terminé de vestirme y salí de la habitación, caminé por el pasillo hasta el ascensor, una vez en la planta baja me encontré con papá quien estaba hablando con unas personas en la sala de emergencias. Me despedí de él con un abrazo y diciéndole que nos veríamos luego. En la calle la caminé un poco y luego tomé un taxi que me llevara a la casa de mi abuela. Luego de unos minutos de recorrido llegué a la calida y cómoda casa de la madre de mi padre. Le pagué al taxista, caminé hasta la puerta, toqué el timbre y el que me abrió la puerta fue Ashton.

-Hermana.- me abrazó con fuerza, me dió mi beso y me examinó completamente.- como estas? Ya estas bién.

-Si pequeño Ashton, ya estoy mucho mejor, las soluciones me ayudaron bastante.- sonreí y entré.

Mi hermano me quitó mi pequeña mochila y la llevó a la habitación que siempre ocupo, entré y observé que todo estaba exactamente igual que la última vez que estuve aquí; la repisa con fotografías de cada uno de nosotros, fotografias de papá joven y de los abuelos; el gran reloj de madera en el rincón; la mesa del comedor a la izquierda; las pinturas de casas de campo en la pared que conecta con la cocina; los sofas y la television a la derecha; y las escaleras que dan a las habitaciones. Caminé a la cocina y tomé un vaso con agua, me asomé por la ventana y ví a la abuela en el jardín tratando de alcanzar algo que estaba sobre una repisa, deje el vaso y corrí hacia ella para ayudarla.

-Permíteme abuela.- me estiré y le pasé el abono que quería tomar.

-Gracias mi niña.- besó mi mejilla.- como te sientes?.

-Mucho mejor abue.- sonreí y la abracé.- te extrañé mucho.

-También yo mi niña, los extrañé a los 3.- acarició mi estómago.- ya comiste? Estas delgada.

-Si, comí en el hospital antes de venir.- acaricié su cabeza.

-Pero debes tener hambre, la comida de hospital es horrible, además mírate estas muy delgada.- me reprendio.

-Es el deporte abuela.- reí.

-Nada de eso, mientras estes aquí comeras bien.- caminó a la cocina.

-Siempre llego obesa al instituto cuando vengo contigo.- y es completamente cierto.

-A los chicos les gusta donde poder agarrar un poco de carne cariño, y tú solo les das huesos.- estalle en risas.

-Abue.- reproche y mi hermana me interrumpió.

-Es inútil, ya lo intenté pero ella insiste en que estamos delgadas.- dijo April apretando la pequeña pansita que se le formó al sentarse.

-Bien siéntate ya te llevaré tu comida.- suspire.

-Está bien.- reí y me sente frente a April en la barra.

La abuela sirvió dos grandes platos de pasta con salsa y los colocó enfrente de nosotras.

-Abuela pero si yo ya comí.- se quejo mi hermana.

-Come más niña flaca.- señaló el plato.

-Resignate.- me burle tomando un bocado y mi hermana me dió una mala mirada.

-Abuela pregúntale a _____ lo que me preguntaste cuando llegué.- se rio maliciosa.

-Ah si. Que hay de los chicos cielo? Ya deberías tener un novio.- continuó limpiando la cocina.

-Ahmm, no abue... no tengo novio aún.- continúe comiendo.

-Ahh ya.- dijo inocente caminando por todos lados.- Cuando piensas contarme?.

El Mar En Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora