El Mar En Tu Mirada

Cap 33.

**Lean con esta hermosa canción de fondo, es muy emotiva y significante en este capitulo**

-Oh, Cariño tu nariz esta bastante morada.- Lauren hizo una mueca de dolor y un puchero.

-Me duele.- fingí llorar.

-Tranquila amor, mañana iré a verte.- sonrió.

-Esta bien.- suspire.

¿Estará bien si le cuento acerca mi encuentro de ayer con Cara?, debería. No, no lo haré. Mejor consulto con Kate primero, le preguntaría a Lena, pero vamos es su hermana. Mordí mi labio y sonreí apenas.

-¿Que sucede?.- me miro atenta a través de la pantalla.

-Nada.- negué con la cabeza.- estoy cansada.

-Entonces descansa.- Jesús, como amo sus sonrisas tranquilizadoras.- te quiero mucho amor.

-También yo.- me despedí con la mano y corte la conexión.

No creo conveniente llamar a Kate a estas horas, allá debe ser madrugada y de seguro me mata. La puerta se abrió y me dejo ver a April en ella con una sonrisa de burlona.

-Te buscan abajo.- se dirigió hacia su habitación.

Me levante con sumo cuidado de no lastimar mi puta nariz de remolacha, hinchada y morada. Tome un pañuelo y me lo coloque en esta para que no vieran el estado de mi pobre nariz malograda. Acomode mi short que se había enrollado un poco y baje mi camiseta. Al salir de la habitación lo primero que hice fue asomar mi cabeza por el barandal de las escaleras para ver quien era, pero no había nadie. Baje con sigilo y al estar abajo no vi a nadie, que mala broma April.

-April Marie, te matare por hacerme levantar de mi cómoda cama sin ningún motivo.- grite caminando a la cocina por un vaso de agua, al menos no perderé la caminata.

-Oye, deberías dejar de amenazar a tu pobre hermana menor.- Jesús, que voz mas ronca, mi piel se erizo y me gire lentamente creyendo que todo es una alucinación.

Cara se encontraba en el marco de la puerta secando sus manos en sus pantalones holgados, examine su vestimenta fugazmente y llevaba una camiseta que se me hacia conocida con la frase "La lengua se hizo para lamer". Fruncí el ceño tratando de recordar donde había visto esa camiseta antes, joder claro que si, es mía.

-Que?.- se rió.

-Ah.- negué con la cabeza.- nada... solo que tu camiseta... nada, olvídalo.

-Me pareció linda así que si, la tome prestada de tu armario.- rió y yo fruncí el ceño.- tranquila fue hace mucho...

Tome el agua de mi vaso y lo coloque en la alacena para prestarle la debida atención a Cara. Ella me sonreía de una manera dulce mientras me observaba atenta.

-No me invitaras a sentarme?.- pregunto sacándome de mi trance en sus ojos.- tengo un poco de migraña.

-Ah... ah... si claro.- pase por su lado rozando nuestros brazos débilmente, que sensación mas placentera.

La guié hasta la sala, ella se sentó sin dejar de mirarme y yo le pedí que me esperara mientras iba por sus calmantes. Tal como había dicho ayer, llego con migraña, le di un vaso de agua junto con la caja de pastillas. Ella tomo la píldora sin dejar de mirarme a los ojos en ningún instante si no hasta que un fuerte estruendo nos hizo saltar un poco sorprendidas. Un rayo. Dos, tres rayos y comenzó a caer una fuerte tormenta.

-Mierda el auto.- salto del sofá y corrió a la puerta.

La vi salir corriendo a la calle, subió de un salto al auto que ahora no tenia techo. Esperen, ayer tenia techo, de seguro es un convertible. El techo termino de cerrarse y ella salio soltando maldiciones, estaba completamente mojada y yo solo observaba como su ropa se pegaba a sus curvas. Dios, que caliente. Calma _____, tienes novia y ella es tu ex. Tome el paraguas detrás de la puerta y camine hacia ella cubriéndome.