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-Aria, ¿te sales en el recreo a la cafetería? Tengo que comentarte algo.-Le preguntó Jose, su ex, en un cambio de clase.
-No sé si al ser menor me dejarán salir...-Era obvio que si la dejaban salir, simplemente lanzaba evasivas para no quedarse a solas con él.
-Venga, va, por favor, es importante.
-No sé, ya veré.

Aria sabía que si se quedaba aunque fuera solamente un minuto a solas con Jose, intentaría volver con ella, y Aria era la persona más directa del mundo para estas cosas, pero no quería hacerle daño, al fin y al cabo se tenían que ver todos los días.

Lucas se había dado cuenta de que no podía dejar de verla, se había convertido en su rutina matinal, no se podía sacar sus ojos de su mente, su sonrisa, su voz cuando le habló a él por primera vez.

Aria también pensó mucho en ese momento. ¿Le había sonreído directamente a ella o es que estaba simplemente feliz? No lo sabía, prefería pensar que era lo primero para darle más emoción a sus mañanas.

Sin saberlo se habían convertido en drogadictos el uno del otro, se necesitaban mutuamente, pero ninguno de los dos sabía lo que el otro sentía, o más bien tenían miedo a saberlo. 

-Lucas, ¿nos vemos en el recreo en la sala de profesores?-Le preguntó Ismael.
-Qué va, lo siento. Es que me he dejado el termo de café en casa y estoy que me caigo de sueño, así que me voy a salir a la cafetería de enfrente, a ver si me espabilo.
-Está bien. Luego nos vemos, que tengo clase con mi tutoría.
-Que te sea leve.-Le deseó Lucas imaginándose a Aria atendiendo en clase.
-Lo mismo digo.-Respondió Ismael antes de salir por la puerta.

Cuando Ismael entró en clase todos se sentaron en su sitio, pero Jose, esta vez se sentó al lado de Aria.

-¿Este que quiere ahora?-Le preguntó con un susurro Gabi a su otro lado.
-Lo de siempre, supongo. Dice que quiere hablar conmigo en el recreo.
-¿Y vas a ir?
-Ay, yo qué sé. No me rayes.-Se giró para prestar atención.

La clase continuó, pero terminó antes de lo previsto haciendo que los chicos tuvieran diez minutos libres; diez minutos que aprovechó Jose para hablar con Aria como si nada entre ellos hubiera pasado.

-Oye, Aria, ¿te acuerdas cuando fuimos a casa de Guille y la liamos?-Posó una de sus manos sobre la rodilla de Aria.
-Sí, fue guay.-Contestó por mera educación y se giró hacia Gabi para que Jose dejara de tocar su pierna.

Aria y Gabi se pusieron a hablar de sus cosas hasta que tocó el timbre. Jose salió inmediatamente de la clase no sin antes dedicarle una mirada de complicidad a Aria.

-Tía, creo que voy a ir.
-¿En serio?
-Sí, seguramente no habrá mojado en todas las vacaciones y querrá probar conmigo, a ver si me pilla con la guardia baja.
-Seguro.
-Así que voy, le dejo las cosas claras por enésima vez y vuelvo.
-Vale. ¡Chilla si intenta hacerte algo!-Bromeó  Gabi mientras que Aria salía por la puerta.

Aria salió del instituto camino a la cafetería, donde le estaba esperando Jose.

-¿De qué quieres hablar?-Dijo nada más llegar sentándose en frente suya.
-De nosotros.
-¿Nosotros?
-Perdonad chicos.-Interrumpió la camarera.-¿Qué queréis tomar?
-Yo un café solo.-Contestó Jose rápidamente sin apenas dirigirle la mirada.
-Yo un capuchino con la leche caliente y canela espolvoreada.-Le dijo Aria sonriente.
-Ahora mismo lo traigo.-Le devolvió la sonrisa y se fue.

ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora