La semana de vacaciones de primavera llegó, el rostro de Aria se recuperó y las cosas entre ella y Lucas seguían igual.
Tres días habían pasado ya desde que se vieron por última vez.
Aria estaba cenando en un bar con sus padres, cuando de repente la puerta se abrió y entró un tipo muy parecido a Lucas, cualquiera hubiera dicho que era su hermano gemelo. Se quedó mirándolo fijamente, el parecido era realmente perturbador, hasta que el chico se colocó bajo una lámpara y Aria pudo comprobar que efectivamente no era él.No hubo ni un sólo día en esa semana en el que Aria no pensara en Lucas tratando de no olvidar su cara.
Lucas, en cambio, estuvo toda la semana en casa de su hermana, con ella, su cuñado, y su sobrina Elena. Intentaba apartar todas esas pesadillas que habían aparecido justo cuando Aria desapareció de su vista. Poco a poco lo estaba consiguiendo.
Llegó el día de volver a la rutina, eso significaba que en un mes dejarían de verse para siempre, que a partir de entonces serían dos extraños que se conocen.
-¿Le has visto ya?-Preguntaba Gabi.
-Que va.-Respondió Aria pasando del tema.
-¿Quieres que salgamos y lo busquemos?
-No. Se acabó. Se acabó el buscarle por los pasillos. Se acabó estar pendiente de él a cada rato. Se acabó ponerme guapa para él. No quiero seguir así sabiendo que en un mes se acabará todo. No me puedo permitir hacerme daño. Me duele, te juro que me duele, pero no quiero pasarlo mal a final de curso.-Dijo seria mirando al infinito.Lucas se preguntaba desde la sala de profesores qué le podría ocurrir a Aria, porqué ya no la veía, incluso se llegó a confundir pensando que lo más probable sería que hubiese vuelto con Diego.
Él también quería hacerse a la idea de que en varias semana no volverían a verse, y al igual que a Aria, eso le carcomía por dentro.-Chicos tenéis que ir a ayudarme a colgar unas cosas en el tablón de anuncios de al lado de la sala de profesores durante la hora siguiente.-Comentó Rocío, la de literatura, a la clase de Aria.
Como Lucas tampoco tenía clase a la siguiente hora, continuó en la sala de profesores sin más acompañamiento que su termo de café y una montaña de exámenes finales para corregir.
-Aria, ¿me vas pasando celo para pegar los carteles?-Le dijo Ana.
-Claro.-Contestó sin más y se apoyó en la pared.Aria pasaba mecánicamente trozos de celo a Ana mientras miraba a la nada, recordando lo que le había dicho a Gabi horas antes.
Intentaba autoconvencerse cuando Lucas se asomó al pasillo para ver a qué se debía el escándalo que los alumnos habían armado.Nada más girar la esquina se la encontró, apoyada en la pared, con los ojos perdidos en cualquier parte... Daría lo que fuera por conocer lo que le rondaba la cabeza. Al verla se le olvidó porqué había salido al pasillo, qué hacía allí... Ya le daba igual, la había visto, estaba disfrutando de ella durante más tiempo del normal.
Miraba sus piernas, sus largas piernas que tanto le gustaría recorrer de arriba a abajo; su cintura, que se moría por agarrar; sus manos, aquellas manos que deseaba que se posaran sobre las suyas para siempre; su boca, se moría por poder morder su boca.
Siguió allí parado, a unos metros en frente de Aria hasta que ésta salió de sus pensamientos y posó sus ojos castaños en los grises de Lucas.
"Mierda, seguro que se ha dado cuenta de que llevo un rato observándola." Pensó Lucas.
"Joder, ¿cuánto tiempo llevará ahí? Da igual... Ya todo da igual..." Rondó por la cabeza de Aria haciendo que desviara su mirada, apartándola de la de Lucas. "Tengo que olvidarte. Ayúdame."
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Prohibido
RomanceAria era una chica normal de 17 años. Lucas se había pasado desde los veinte encerrado en un caparazón. ¿Podrán luchar contra viento y marea por su amor? ¿Será verdad eso que dicen de que en el amor no hay edad? ¿Se enfrentarán a todo, incluso a l...