El lunes llegó, y con él los nervios de ambos por no saber cómo reaccionarían al verse.
Esa mañana Aria se levantó antes de que le sonara el despertador. Abrió el armario y examinó una a una todas sus prendas de ropa, quería estar perfecta para él después del ridículo que supuso que hizo la noche de carnaval. Al final optó por unos pantalones negros y un jersey gris, con el hombro al aire.
Lucas se puso unos vaqueros oscuros y un jersey gris, igual que Aria. Desayunó y preparó la bandolera donde siempre llevaba el material para sus clases, aunque desde hace unas semanas atrás llevaba un cuaderno extra: en de las canciones. Cogió su termo de café y se fue al instituto con la esperanza de que Aria no se acordase de lo que ocurrió aquella noche.
-Buenos días borrachina.-La saludó Gabi entrando a clase.-Acabo de ver a Lucas entrando al insti.-Dijo sonriente.
-Vete a la mierda, Gabi.
-Perdona, que era broma.
-No sé ni cómo le voy a poder mirar a la cara...-Se sentó en su mesa, contigua a la de la rubia.-¿Y si... Y si la lié cuando estábamos a solas?
-No creo, pero vamos, que no te rayes, tú actúa con naturalidad.
-"Naturalidad" esa palabra dejó de tener sentido para mí hace mucho tiempo.
-¿Por qué?
-Porque lo "natural" si quieres a una persona es estar con ella, no estar en este baile macabro que no es bueno para ninguno de los dos...La conversación entre las dos amigas acabó cuando entró por la puerta Ismael y comenzó a dar clase.
Un par de plantas más abajo, Lucas intentaba lidiar con niños de trece años a los que intentaba explicarles.
"Sácatela de la cabeza, Lucas, esto no es bueno para ninguno de los dos..." Se repetía a modo de mantra mientras que esperaba a que aquellos pequeños diablos terminasen los deberes que les acababa de mandar. "Le vas a hacer daño, como se lo hiciste a Mónica... Eres un hijo de puta y la vas a destrozar..." "Es sólo una niña, ni si quiera ha cumplido la mayoría de edad..."
Sus atormentantes pensamientos se vieron interrumpidos por el timbre que indicaba el cambio de clase.
-Gabi, voy al baño, ¿me acompañas?-Dijo Aria levantándose de su silla.
-Claro.Salieron del aula y empezaron a esquivar a adolescentes por los pasillos. La mirada de Aria cambió cuando entre las cabezas de los chicos vio la suya, caminar hacia donde ellas estaban. "Joder, qué vergüenza... No le puedo mirar a la cara." Pensó Aria.
-Tía, pensándolo mejor, me vuelvo a la clase, quiero repasar algo antes de que llegue el profesor.-Dijo a escasos metros de Lucas y se dio la vuelta por donde había venido.
"Se acuerda de todo y por eso no me quiere ni ver... Seguramente le diría algo que no debía y ahora quiere que desaparezca..." Pensó Lucas al ver la reacción de aquella chica que le traía de cabeza. Pero lo que él no sabía era que ella se dio la vuelta por la misma razón por la que él se había tomado ya tres cafés en lo que iba de mañana: miedo a que la otra persona recordase lo que pasó en carnaval, aunque ninguno de los dos lo recordara en realidad.
Ese secreto se lo quedarían las paredes de aquel callejón que los acurrucó durante algunos minutos.
Y así pasaron la mañana aquellos amantes torturados, entre miradas esquivas y miedo al pasado que ninguno de los dos recordaba.
Lucas llegó a su casa tras la jornada laboral, y hizo algo que debió haber hecho hace mucho tiempo.
-¿Mónica? Sé que esta llamada te pilla por sorpresa, pero necesito verte y pedirte perdón. Ha pasado el tiempo y aún me sigo torturando por lo mal que te traté. Llámame cuando oigas este mensaje.
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Prohibido
RomanceAria era una chica normal de 17 años. Lucas se había pasado desde los veinte encerrado en un caparazón. ¿Podrán luchar contra viento y marea por su amor? ¿Será verdad eso que dicen de que en el amor no hay edad? ¿Se enfrentarán a todo, incluso a l...