Lucas se sentó en una mesa en frente de otra mesa donde había un alumno del instituto y la espalda de una joven que le sonaba mucho. Era Aria, pero ella no se había dado cuenta de que él estaba ahí.
-Aquí está el café solo para el chico y el capuchino con leche caliente y canela espolvoreada para la chica.-Dijo la camarera sirviendo los cafés.
Al oír esto a Lucas se le abrieron los ojos. ¡Desayunaba lo mismo que él!
-¿Qué le pongo?-Preguntó la camarera acercándose a la mesa de Lucas.
-Capuchino con leche caliente y canela.-Dijo algo más alto de lo normal para ver si Aria se giraba, pero estaba tan ensimismada que ni se dio cuenta.
-Parece que esa bebida está de moda.-Comentó la camarera.
-Supongo.-Le dijo Lucas decepcionado.En la mesa de al lado, el ceño de Aria se fruncía cada vez más.
-¿Para qué me has traído aquí? Déjate de rodeos.
-Verás, Aria, he estado pensando en lo nuestro.
-Para.-Le cortó Aria.-Punto número uno: no hay ningún "lo nuestro", ni ningún "nosotros" ni nada por el estilo.
-Bueno, pues en lo que tuvimos, y creo que no merecemos ese final.
-Pues tú decidiste darle ese final.-Contestó firme.
-Lo sé y lo siento. Si supieras la de veces que me he arrepentido de ello... Por eso quiero que volvamos a intentarlo.
-¿¡Qué!? Qué cara tienes Jose... Me tuviste un año detrás tuya, y cuando por fin empezamos a salir me dejaste justo cuando lo empecé a pasar mal con la enfermedad de Mina... No te mereces ni que te mire... Que sepas que no quiero volver contigo porque no siento nada por ti, ¡nada!Lucas estaba a la distancia suficiente como para escucharlo todo y se quedó asombrado al ver la firmeza con la que hablaba Aria. No podía dejar de sentir una extraña clase de orgullo hacia ella que hacía que no parase de sonreír.
-No me creo que no sientas nada por mí.-Le dijo Jose arrogante.
-Pues créetelo, porque para mí sólo eres uno más del resto. Ahora sé cómo eres en realidad y no volveré a caer.
-Joder, Aria...
-Ni joder ni hostias, además ¿sabes qué? Que me hiciste un favor dejándome, porque yo ya me estaba cansando un poco, y no te lo digo a mal, pero es la verdad.
-Eres una...
-¿Una qué?-Digo Aria cruzándose de brazos.
-Nada, déjalo.Jose se levantó y se fue con la cabeza agachada para intentar darle pena a Aria. Realmente se veía ridículo.
Aria no se dio cuenta en ningún momento de que el chico que le gustaba estaba tras ella, tomando lo mismo que ella y fascinado por la endereza que había mostrado ante Jose.
Apenas conocía su nombre, pero ya le odiaba por el simple hecho de haber abandonado a Aria cuando más le necesitaba.
Aria se terminó tranquilamente su capuchino, lo pagó y cuando estaba recogiendo su cartera para irse, una voz tras ella la petrificó.
-Has hecho bien, te mereces algo mejor.
Aria giró su cabeza para ver si había sido quién ella creía, y al girarse vio a Lucas alejarse de espaldas.
-No puede ser...-Susurró para sí misma.
¡Lucas no podía aguantarse más las ganas de hablarle y lo hizo! Le susurró al oído que se merecía algo mejor, ¿quizá se refería a él mismo? Aria no lo sabía, pero en ese momento su corazón saltaba de alegría. Se quedó paralizada viendo cómo el cruzaba la acera hasta llegar al instituto.
El sonido de su móvil la despertó de su sueño.
-¿Cómo ha ido?-Preguntó la voz de Gabi.
-Luego te cuento.
-Pues vente ya que acaba de llegar el profesor.
-Ya voy, dile que me retraso.
-Tía, Jose está aquí con un caretazo...
-Luego te cuento Gabi, que es largo.
-Vale, date prisa.
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Prohibido
RomanceAria era una chica normal de 17 años. Lucas se había pasado desde los veinte encerrado en un caparazón. ¿Podrán luchar contra viento y marea por su amor? ¿Será verdad eso que dicen de que en el amor no hay edad? ¿Se enfrentarán a todo, incluso a l...