-¿Que hiciste qué?-Ruth no daba crédito a lo que la boca de Lucas le decía.
-No pude evitarlo. La vi sola, después de que ese hijo de puta la tratara como a una mierda... Sé que hice mal, pero ya está hecho.
-Lucas si tú no pones de tu parte yo no te puedo ayudar.-Le replicó la psicología seria.
-¿¡Que no pongo de mi parte!?Lucas se levantó del diván y empezó a andar por la habitación blanca.
-¡Claro que pongo de mi parte! Pero no sabes lo duro que se me hace verla por los pasillos y no mirarla, estar detrás de ella y no poder respirar su perfume... ¡Me siento como una puta mierda cada vez que le tengo que volver la cara por miedo a que se me note que bebo los vientos por ella! Así que no me digas que no pongo de mi parte.-Dijo serio mientras se quitaba una lágrima con mucho genio.
Tras esto, volvió a sentarse en el diván negro e intentó contener las lágrimas que se le caían a causa de la impotencia.
-Lucas, sigue, te estabas abriendo, eso es muy bueno.-Le animó a continuar Ruth.
-No quiero. Te juro que no quiero que sufra, y menos por mi culpa, pero cada día que pasa me cuesta más no pensarla y ni buscarla...
-Pero es lo que tienes que hacer. Deja de buscarla entre horas.
-¿¡Cómo coño pretendes que viva yo así!?-Su cara cada vez estaba más roja y las venas de su cuello más hinchadas.
-Pues como vas a tener que vivir a partir de mayo cuando se vaya del instituto. Lo tienes que asumir ya, Lucas.
-No puedo... Aunque lo intente... Es imposible.
-No lo es.
-Para mí sí, para cualquier persona como yo sí.
-Lucas, no pienses así, tú ya superaste todo eso.
-Por el bien de Aria, espero que estés en lo cierto y ya haya superado toda la mierda que me atormentaba...
-Claro que sí, sólo tienes que confiar en ti mismo.
-Pero el simple hecho de pensar en dejar de verla...-Tuvo que para de hablar para frenar también sus lágrimas.-No puedo...
-¿Hacemos una cosa? Cuando todo esto empezó, me dijiste que le componías canciones, ¿no? Pues cada vez que sientas ganas de verla componle, así no tendrás que buscarla y estarás ocupado.
-Lo intentaré, pero no te prometo nada.Lucas se dirigió hasta la puerta para irse, la abrió y antes de salir por ella, se giró para mirar a Ruth.
-¿Sabes algo de Mónica?-Preguntó nervioso.
-Está casada, y tiene dos niños.
-Si la ves, dile que me alegro mucho de que esté bien, ¿vale?
-Descuida.Mónica había sido la novia de Lucas durante tres años, desde los 17 hasta los 20, cuando el infierno en el que Lucas vivió de pequeño se interpuso entre ellos.
Lucas salió de la consulta con la cabeza baja, mirando el móvil para evitar encontrársela por casualidad también en la calle. Era mucha casualidad, pero no se quería arriesgar.
"Perdóname, Mónica, te prometo que no voy a hacer pasar a Aria lo que tú pasaste conmigo. Perdóname..." Pensaba mientras caminaba.
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Prohibido
RomanceAria era una chica normal de 17 años. Lucas se había pasado desde los veinte encerrado en un caparazón. ¿Podrán luchar contra viento y marea por su amor? ¿Será verdad eso que dicen de que en el amor no hay edad? ¿Se enfrentarán a todo, incluso a l...