Capítulo 7: Nuestro año

363 61 9
                                    



Anne

Maura salió medio dormida cuando Gemma la despertó. Anne llevó a Niall y Harry hasta la cama.

-Gemma, trae del cuarto de la lavadora los baldes de meter la ropa limpia y sucia.

-¿Para qué?

-Están demasiado borrachos para ir hasta el baño y no voy a dejarlos tirados en el suelo del baño toda la noche.

-Oh... es una de esas borracheras.

-Si, Gemma. De las de mátame y haz que deje de sufrir.

-Lo siento, mamá -repitió Gemma mientras Anne le empezaba a quitar la ropa sucia a Harry y Niall intentaba ayudar quitándose la suya.

-No importa, Gemma -dijo Harry.-Lo hemos pasado muy bien. No es tu culpa.

Maura llegó y lograron ponerles el pijama y acomodarlos. Anne llevó los baldes, toallas y agua y se dispuso a una noche larga.

Ella y Maura se encargaron de vaciar regularmente los baldes a medida que los chicos vomitaban, de limpiarles la cara, de mojarles con agua fría en la frente y la nuca y de calmarles cuándo ellos se asustaron porque en vez de encontrarse mejor se encontraban peor, de cogerles la mano para ser un punto fijo en medio del mareo. Anne no esperaba menos. Demasiado alcohol y mucha mezcla para dos crios que sólo habían probado la cerveza.

Hasta que se quedaron dormidos. Niall se durmió primero, acurrucado y abrazado contra Harry. Harry se quedó dormido después. Anne les cubrió y Maura recogió los baldes.

-Esperaremos a reñirlos a que se les pase la resaca. Mañana les queda un día duro. Pero tienen que aprender a beber y a saber cuándo dejarlo.

Niall

Niall entreabrió los ojos muy despacio. Tenía la lengua pegada al paladar y un dolor de cabeza horroroso. Levantó despacio la cabeza y se movió. Corrección, un dolor de cuerpo horroroso. Especialmente del hombro. Entonces le vino a la cabeza una imagen de él y Harry cayéndose de una mesa, y comprendió el dolor del hombro. Tras la imagen de la caída entraron en torrente muchas más de la fiesta, aunque no la fiesta en su totalidad. Lo siguiente que recordaba era estar en esa cama vomitando el estómago por la boca, pero cómo había llegado hasta allí exactamente, no. Despertó despacio a Harry. Éste abrió un ojo, gimió y luego abrió el otro.

-¿Para qué me despiertas?

-No sé. Para no estar sólo en la desgracia.

-Sí, la verdad es que nos pasamos mucho ayer.

-Bueno... Quizá debimos dejar de beber primero, pero no me arrepiento de nada. Lo pasamos genial.

Harry se rió y luego se quejó.

-No me hagas reír, me duelen hasta los pelos. Sí, lo pasamos bien.

-No me dijiste que esto dolía tanto -se quejó Niall apretando la cabeza contra la almohada.

-No fue para tanto en Irlanda -Harry se apretó la frente -Ésta resaca es mil veces peor. De noche creí que me moría si no paraba de vomitar.

-He sentido voces -Anne abrió despacio la puerta-¿Cómo estáis?

Anne les llevó agua y zumo, les dio pastillas para el dolor que no funcionaron demasiado y les dejó descansar y recuperarse sin una mala cara. Para media tarde reunieron fuerzas para ducharse y bajar al salón. Fue entonces cuándo Anne y Maura les echaron el discurso. No es que Niall no creyera que no se lo mereciera. Lo comprendía.

-¿Dónde está la alfombra? -preguntó Niall.

-En la tintorería.

-Te la pagaré, mamá Anne. En cuánto cobremos.

-¿Os parece bien las condiciones en que llegasteis ayer?

-No, pero no creímos que nos fuera a sentar tan mal...

-Hay que saber cuándo parar, Harry. Y un consejo: no mezcles tanta mierda. Así os pasó lo que os pasó. Pero eso es lo de menos. Tenéis un contrato. Y ayer perdisteis mucho el control. Un amigo de Gemma os grabó. -Anne les mostró un vídeo que hacía ineficaz cualquier excusa. Harry miró a su madre.

-¿Mami?

-¿Si, Harry?

-¿Me lo pasas?

-Luego te lo mando por Bluetooth. Harry, Niall. No os voy a decir que no bebais. No os voy a decir que no os emborracheis. Todos lo hacemos. -Maura se mantuvo en silencio. Anne manejaba mejor esas situaciones- Pero procurad mantener un control sobre lo que hacéis. Si vais juntos, y uno bebe, es mejor que el otro se mantenga bien. Es mejor que no mezcleis tanto y menos si son bebidas fuertes.

-Mami, me duele la cabeza. Lo hemos entendido, de verdad.

-No queremos volver a poneemos tan mal.-dijo Niall.

Harry se rió.

-Pero lo pasamos de puta madre.

-¡Harry Styles! -Anne se levantó -mañana vas a limpiar el patio y a quitar las hierbas por descarado. -Anne se fue a la cocina para que no la viera reír.

-¡Una estrella del pop no limpia hierbas! -gritó Harry.

-¡Yo no veo ninguna estrella del pop en esta casa! -gritó Anne.

-Dame algunos meses -dijo Harry sonriendo. Gemma entró en la salita y les miró con un poco de rencor.

-Me he pasado la noche limpiando lo que ensuciasteis y mamá no me dará la paga la semana que viene.

-Lo sentimos, Gemma -dijo Niall. -Te hubiéramos ayudado.

-No importa, me lo merezco. Debí mirar como estábais y haber sido yo la que os iniciara, no esos idiotas que sólo querían haceros la novatada.

Pasaron el resto de la tarde ayudando a poner la mesa para Nochevieja.

Se acababa un año que había sido bueno. Aguantaron risitas por su falta de apetito en la cena y de sus quejas de ardor de estómago. Cuándo estaban a punto de dar las doce Anne les miró y se rió.

-¿Vais a beber una copa?

Ellos negaron con la cabeza. Aún no tenían el estómago para burbujas y alcohol. Pero brindaron con los demás.

Empezaron el año besándose con toda la pasión del mundo. Niall no había disfrutado nunca tanto de unas Navidades, ni de pequeño. Harry le abrazó.

-Va a ser un año increíble, Niall, ya lo verás.

-2011 será nuestro año.

-Nuestro año -asintió Harry, apretándole contra él.

Conociendo La famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora