Capítulo 23: "La cantante de una sola rosa"

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El día transcurría, era muy soleado ya que se acercaba el verano, los rayos del sol cada vez se apoderaba más y más del salón, haciendo que algunos hombres sudaran de tal manera que se salpicaba parte de su sudor en la cara del otro, mientras que el otro hacia lo mismo, intercambio de sudor y saliva mezclándose con el fuerte olor a tabaco y el aliento a puro alcohol se sentía desde muchas partes, además la peste de algunos viejos que parecieran que nunca han conocido una ducha en su vida se sentía a la distancia, Dan sale a montar un pequeño toldo que sobresalía en el marco de la enorme ventana en la entrada de su local para hacer sombra dentro de su sala, enciende la luz en el interior, mientras que algunos hombres comenzaban a jugar póker a ver si la suerte los acompañaba hoy en recuperar todo lo que habían gastado ese día, mientras tanto Armin se hallaba lavando los platos, cubierto por un delantal de cocina, hacía mucho calor y no era de extrañar que el chico también transpirara, Dan abre la puerta y le ordena muy cerio

—Chico cuando termines con eso sal a tocar—

Armin asiente con la cabeza y el hombre cierra la puerta

Pasan veinte minutos y él sale a la cantina, observa a Dan puliendo sus vasos de vidrio con un pañuelo, él ve de reojo al chico y le hace un gesto con los labios apuntando hacia el piano, Armin comprendía a lo que se refería, era hora de trabajar.

La tarde poco a poco se transformaba en noche, se sentía la suave y fría brisa diurna de la playa, desde la distancia se escuchaba una hermosa melodía que combinaba a la perfección con la esencia de la noche en una costa, algunos pescadores estaban aparcando sus botes y voltean a ver de dónde viene y era del bar, algunos se acercan guiados por el oído, todo el ruido del salón se va pausando en un profundo silencio, solo se escuchaba la música del piano, revotando en las paredes hasta salir por las ventanas y puerta expandiéndose hasta perderse en el horizonte, todos los hombres veía al chico como si él los estuviera seduciendo con la música era algo indescriptible.

La música en el ser humano les hace manifestar muchas emociones, es como si ella guiara lo que sentimos, es como si acompañara nuestros pensamientos desde el corazón, gracias a ella podemos sentir alegría, amor y hasta odio expresándose en algo que no se puede ver pero lo podemos percibir de muchas maneras, Armin a pesar de no manifestar emociones expresa algo que pareciera ser inexplicable pero a la vez hermoso, es como si hablara a través de la música, es como si dibujara muchas emociones tallándose en el corazón de todos esos hombres, algunos de ellos se le aguaban los ojos, estaban muy cautivados, nadie decía nada, nadie susurraba nada, ni el mismo Dan no hacia el típico y chillante ruido puliendo sus vasos, todos estaban concentrado en la música, como si estuvieran hipnotizados.

Armin finaliza tocando con fuerza las ultimas teclas haciendo que el sonido rebote en las caras de todos esos hombres hasta desaparecer en un intenso eco, pasan unos segundos de silencio y el primer hombre comienza aplaudir de apoco y luego le acompaña otro y otro más, hasta que todos en el salón vociferaron del aplauso, el chico no se inmutaba ni los ve tan solo observaba las teclas de su piano como si ellos dos fueran los únicos en ese lugar, algunos hombres pidieron que siguiera tocando lanzándoles unas cuantas monedas en el piso, Dan como cochino revolcándose en el lodo se tira al suelo a recoger las monedas, Armin baja la mirada y ve como su dignidad va al suelo por coger unas cuantas monedas, Dan sube la cabeza bufando en ordenarle que continuara, él enseguida continuo tocando casi toda la noche.

Llegando el amanecer, la luz del sol entraba de apoco por la abertura de la puerta y en las ventanas, Armin estaba sentado recostando parte de su cuerpo sobre el enorme piano durmiendo, hasta que siente que alguien palpa su hombro derecho y se despierta lentamente estirando sus brazos y a la vez bostezando profundamente, hasta que logra ver quien lo despertó y era Dan con una pequeña paca de billetes, él se lo entrega a la mano diciendo —Chico necesito que vayas a comprar unos panes, aquí tienes para que compres 10—

Sin EmocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora