Capítulo 45: "Juntos por siempre" (Final)

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Regresando al momento de la boda, cuando Anabel se fue, dejándolo plantado en la tarima, todos estaban sobresaltado murmurando unos con otros << ¿Qué pasó?, ¿Estará nerviosa?, ¿Por qué se fue? ¡No va a ver boda!, ¿ósea que le dijo que no?, al parecer dijo que no, ¡No puede ser!>> Jeth se sentía humillado, primera vez en la vida le hacen pasar por aquel sentimiento y menos en su primera boda.

Todos los presentes andaban apenados por él y algunos lo tomaron como una gracia inesperada, para otros era el escándalo del momento, la madre de Jeth como toda madre preocupada por el bien de su hijo se le acerca diciendo mientras le soba el hombro izquierdo —Tranquilo hijo, debe estar nerviosa y por eso reacciono así, ya se calmara y regresara, tenemos que ser paciente— él asiente para calmar a su compresible madre, sabiendo que la realidad es diferente, se aparta de ella y va directo a donde sus amigos, le susurra al quien le tiene más confianza —Se a donde fue ¡Vamos a buscarla! terminare los ajustes con alguien, así que avísale a los demás pero que no se enteren los invitados ¿Entendiste?— el amigo asiente y se dirige a los otros a llevar la noticia.

Jeth sin llamar la atención aprovecha el alboroto por parte de los invitados, sale del jardín hacia afuera a buscar su vehículo, mientras que enciende el coche saca adentro de la guantera una caja negra, la abre y extrae de ella una pistola, la guarda adentro de su saco, al parecer estaba pensando en eliminar definitivamente a Armin y posiblemente a Anabel.

Mientras que el carro va saliendo sus tres amigos lo esperan afuera, entran y se dirigen al teatro de la ciudad.

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Cuando llegan, estacionan el vehículo en la calle, salen de él dirigiéndose a la recepción pero son detenidos por un vigilante diciendo —No pueden entrar, está cerrado— Jeth molesto contesta

—Vine a buscar a alguien ¡Déjenme pasar!

—No puedo, si quiere deme su nombre y le llamo

—Usted no entiende ¡Déjeme pasar!

—Por favor si no colabora me temo que se tendrá que ir

Jeth sacude de un jalón las rejas, retrocede y desliza su mano sobre su cabeza, tratando de mantener la calma en respiros eufóricos y susurros insultantes, hace dos vueltas para no caer en una impulsiva reacción, regresa y le propone al vigilante mientras saca dinero de su billetera —Amigo hablemos en el mismo idioma ¡Sabes! ¿Cuánto me costara para poder buscar esa persona?— aquel joven uniformado de azul se le chisparon los ojos por ver diez billetes de alto valor, a escondida le pide con los dedos la cantidad que quiere y Jeth se lo da, entonces el sobornado vigilante les abre la reja dejándolo pasar.

Adentro de la recepción Jeth y sus amigos se esparcen por todo el recinto a buscar a Anabel pero él deduce que anda en algún sitio donde está la tarima, abre la puerta y baja la rampa escalonada, observa en diferentes direcciones — ¿En dónde estarás?— susurra de forma pensante, sube la plataforma, la sala no está completamente oscura pero no se logra distinguir lo que había adelante, Jeth no tenía claro en dónde buscarla, desiste en regresarse hasta que percibe una suave melodía, gira su oído, retrocede unos pasos para escucharla mejor y reflexiona —Donde viene esa música posiblemente esté allí— se mete en la envolvente oscuridad de las cortinas, guiado por su oído camina directo al sótano de los vestíbulos.

No podía ver muy bien, tropieza con algunos cajones y la cortina de telaraña le cayó en la cara, se estremece un poco del susto pero no desiste en regresar, sigue adelante, la música se oía más fuerte, al fondo había una puerta y detrás de ella salía una suave luz con la música mezclada.

Sin EmocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora