—2 años después—
Estaba ensayando en la tarima de mi colegio, mi música favorita "El cascanueces" pero esta vez andaba con mi malla de danza sin la falda, era blanca y muy reluciente, seguía la fina melodía dando con suavidad y elegancia los giros que percibía a través de mi oído en seguir la tonada, levantaba mi dos manos y luego mi pie izquierdo dando al mismo tiempo un leve giro manteniendo el equilibrio, me sentía unido a la música como si mi cuerpo fuese una letra musical variando el signo a través de la posición de mi cuerpo, por un instante de tiempo cerré mis ojos para sentirme unida a él hasta que de repente sonó la música de "El fantasma de la ópera" en la imponente melodía de órgano , abro del susto mis ojos y la música cada vez se ponía más siniestra, era muy inquietante pero a la vez hermoso como si la luz y la oscuridad estuviesen danzando junto a mí pero me sentía perturbada, algo no está marchando como debería "¿Quién habrá cambiado la música?" pero a pesar de todo seguía a través de mis pies la melodía imponente de aquella tonada, sin detenerme, tan solo danzaba como si fuese lo único que podía hacer acá, era algo muy difícil de explicar.
La tarima comenzó a oscurecerse y la música agarraba más fuerza como si quisiera devorarme, el suelo emano neblina, de la nada surgieron unos escalofriantes candelabros de nueve velas con un pequeño cráneo en medio de sus nueve brazos, subiendo desde abajo, pareciera que alguien los estuviera levantando desde lo más profundo y oscuro de la profundidades y yo seguía moviéndome al ritmo del piano, una luz roja me cubría encima "Ya me estaba aterrando" pero no corría ni gritaba tan solo danzaba, de repente al fondo de donde se supone que están los asiento se aproximaba un bulto negro, no sabía que era pero sentía una extraña sensación de que no era algo agradable, yo giraba velozmente como bailarina de juguete de cuerda, tratando de alejarme de dicho bulto, brincaba y flexionaba mis rodillas siguiendo la espeluznante música, pareciera que se estuviese apoderando de mi como si me lanzara cadenas invisibles y me estuviese manipulando al igual que un títere, el bulto extendía una deforme tela negra, parecía una enorme y temible mano huesuda, tan oscura que la luz roja que resplandecía se evaporaba con solo tocarla, quería correr pero no podía, quería gritar pero nada, sentía que la neblina me estuviese deteniendo como si me agarraran de los tobillos, la profunda y oscura tela se aproximaba hacia mi volando en el aire, comiendo todo a su paso, ya no podía seguir moviéndome, estaba resignada a que me devorara, hasta que de repente aparece una luz blanca parecida a la del sol surgiendo del techo como si viniera del cielo, la tela negra comenzó a evaporarse, gemía y gruñía tan fuerte como animal cuando está a punto de morir, era algo abominable.
La celestial luz comenzó a perseguir al bulto negro que huía desesperado e incluso gruñía despavorido para que no lo tocara pero le fue demasiado tarde, se partió en un montón de cristales negros y brillantes, cayendo al suelo y evaporándose a la vez, de repente la avasalladora música de "El fantasma de la ópera" empezó a desvanecerse y cambio a una música que no sabía cómo llamarla pero me era tan familiar que sentía que fuera parte de mi como si estuviera saliendo desde mi corazón.
Ahora empecé a relajarme, sintiéndome segura, me movía con mucha delicadeza pero a la vez vigorosa al igual que la melodía, enseguida veo que la oscuridad a mí alrededor se estaba resquebrajando como vidrio y en sus grietas entraba el resplandor de la luz celestial hasta que no pudo aguantar y se partió en el momento exacto en que la música agarro más fuerza, yo me movía con gracia y agilidad como si le estuviese agradeciendo de a verme rescatado a través de mi baile, los escombros de oscuridad se evaporaban con la luz hasta desaparecer y la neblina se esfumaba como el humo de una pequeña vela, ahora comienzo a ver nubes blancas a mi alrededor, parecía que estuviera en el cielo, de repente veo algo inesperado; la celestial luz de arriba baja lentamente, viniendo directamente hacia mí, comienzo a notar que no era una luz ya que tenía la forma de un humano "¿Acaso será Dios?" seguía muy intrigada en saber quién emanaba tan radiante presencia, ya faltaba poco para aproximarse y comienzo a sentir en lo más profundo de mi pecho, emociones muy mezclada, entre alegría y tristeza a la vez como si fuese a recibir a alguien muy deseado pero al mismo tiempo despedirme de él, era muy difícil de explicar.
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Sin Emociones
General FictionEn nuestra vida hemos experimentado diversas emociones como la alegría, la sorpresa, el temor y principalmente el amor. Esas sensaciones que dan color y sentido a la vida enriqueciendo el alma pero también experimentamos el dolor aquellos dolores qu...