Se recomienda escuchar Mama de My Chemical Romance al leer esté capítulo :)
Al día siguiente era cumpleaños de Violet Monroe, la otra inquilina del hogar de Liz. Se había ido a recostar en la cama con los ojos cerrados fingiendo ronquidos para qué Dafne los escuchara, y creyera qué estaba durmiendo. Se había ido de escapada nocturna a media noche para celebrar sus dieciocho años, con la soledad cómo mejor compañía. Había cosas qué habían sucedido en la pelea del metro qué no les había contado ni a Liz, ni a Dafne, ni mucho menos a cualquier otra persona qué no lo hubiera presenciado. Violet se había metido en problemas. La pelea se debía a ella, no a algo más, Andrew le decía qué debería salir con él o golpearía al amigo de Liz. Porqué todo el mundo sabía lo mucho qué Liz le importaba a Violet, y los amigos de esta misma. Por lo qué, esa noche, se dio la oportunidad de salir con Andrew Less.
Se acercó sigilosa, Andrew le miró con una sonrisa picara y un cigarrillo en mano. Violet le sonrió antes de arrebatárselo apresuradamente y tirarlo al suelo para pisotearlo sin piedad. Andrew frunció el ceño confundido.
— Vuelvo a ver algo como esto en esta noche y te asesinaré—advirtió Violet.
Andrew se rió.
— Vamos, linda, sólo quiero qué conozcas a Abril.
— ¿Quién es Abril?
— Mi novia—culminó Andrew, Violet se confundía a cada segundo más—Ella te admira más qué nada.
Violet continuaba confundida. ¿Por qué alguien la admiraría?
— ¿Por qué?
— Toca al clarinete, ha visto varios videos en youtube de tus antiguos conciertos y ella quería conocerte, es su mayor sueño conocer a alguien qué tocó en...
— Lo siento, pero no—interrumpió atormentada por el casual torbellino de recuerdos. Su mano había comenzado a temblar por el recuerdo de la sensación de sus dedos moviéndose en los agujeros qué producían sonidos acomplejados—El clarinete es pasado, prefiero concentrarme en mis estudios ahora.
Andrew le sonrió, Violet se cruzó de brazos para comenzar a retroceder. Sí no le decía nada ella regresaría a casa, no tenía por qué romper las reglas en un día tan especial como ese.
— Escucha sí eso era todo, me gustaría irme, disculpa—confirió Violet girándose para caminar hacía la casa de Liz y Dafne, donde a unos cuantos pasos de la ventana había una bonita escalera, qué la ayudaba en todo momento a hacer lo qué tenía qué hacer. Se escucharon unos pasos detrás de ella. —Andrew, ya enserio. No iré con Abril, ni aunque me pagues dinero, no lo haré.
Tras unos segundos de silencio, Violet se giró a ver de quién se trataba. Le entraron ganas de gritar, él ya lo tenía por hecho por lo qué posó un dedo en los labios de nuestra querida Violet.
— Cállate, ¿Qué acaso quieres despertar a Liz?—remilgó él.
— ¿Qué rayos haces aquí? Entiéndelo, Liz es feliz, déjala serlo, ¡Por dios!
Él chico negó con la cabeza, se negaba a ver la realidad, no quería abandonarla.
— No, esto no tenía por qué terminar así—renegó.
— Ella ya no te quiere, A—sinceró Violet—Ella ya ni siquiera te recuerda, es una adolescente. Ella tiene trece años, ya la olvidarás igual como ella lo ha hecho.
Él sintió como una lagrima corría por su mejilla, continuaba negando con la cabeza.
— No sé porqué eres tan dura con todo el mundo, Violet—río icónicamente—Sé qué lo eres por lo qué sucedió, pero sí continuas así nunca tendrás una vida, ni a alguien que quiera compartirla con alguien como tú—contraatacó.
Él chico comenzó a alejarse despiadadamente, con las lágrimas cayéndole por las mejillas, abrió la puerta de la camioneta que conducía y sacó un par de globos violetas, con una cara sonriente y una cara triste. La personificación de las artes dramáticas.
Violet sentía un revoltijo en el estómago, por la realidad qué ese sujeto le había soltado tan despiadadamente. Pero su vida consistía en hacerle creer a la gente qué le daba igual.
— ¿Qué es eso?—preguntó ella.
— Es para ti, Feliz Cumpleaños—le entregó los globos extendiendo con fuerza una de las manos de su amiga. La qué siempre le había ayudado con Liz, la qué ese día 20 de febrero en la madrugada le había roto el corazón con la verdad pura y fría.
La única verdad.
Después de eso, él se subió a la camioneta y condujo hacía un camino no muy lejano, lo suficientemente lejos para no volver por un buen tiempo. Odiaba los corazones rotos, y también los recuerdos qué estos mismos conllevaban a más dolor.
Para explicar mejor, se puede decir qué Liz había estado enamorada de una persona qué también estuvo enamorado de ella, pero como siempre pasa, hubo complicaciones qué dieron paso a ese dolor, y esa persona quería recuperar el objeto qué provocaba ese dolor, por qué era masoquista, pero Violet no iba a dejar qué eso sucediera. Porqué ella no era fanática del dolor, y sabía a la perfección qué ni Liz, ni Dafne querían eso en su vida. Por lo qué Violet se encargaría de alejar a esa persona qué continuaba enamorada de Liz. Porqué así las cosas serían mejores. Y todos podrían vivir en el territorio de la adolescencia feliz. En especial las personas qué más se amaban sin querer algo a cambio. Por eso Violet había sido dura esa vez, y a pesar de todo... Lo qué le había dicho ese chico le había afectado, porqué tenía una pizca de verdad.
Sin remilgar, sin llorar, sin ganas de gritar, ni sollozar subió por la ventana y tiró la escalera a un lado del pastizal de enfrente. Ya quién la encontrara se encargaría de ella, Violet solo debía cuidar qué la escalera no diera con la casa de los vecinos. Sólo quería continuar durmiendo esperando un extraño día mañana, pero al terminar de subir se encontró con una Liz enfadada con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
— ¿Dónde estabas y quién estaba ahí abajo?—inquirió directamente.
— En mi próximo cumpleaños espero una mejor felicitación de tu parte—ironizó Violet torciendo los labios al lado derecho, no quería discutir a primera hora.
— Hablo enserio, Violet. Dímelo ya—recriminó Liz, estaba completamente enfadada. Y ni siquiera sabía aún qué le esperaba.
— Salí con Andrew, quería qué conociera a su novia Abril qué me 'admiraba' por el clarinete—Liz abrió los ojos, Violet negó con la cabeza---Estoy bien, no he ido. Regresaba y me encontré con ya sabes quién aquí abajo y me ha regalado estos globos violeta por mi cumpleaños—Liz continuaba estupefacta—Le he dicho qué se vaya y la verdad no quiero pelear, Liz.
Y entonces Liz lo entendió, cuando Violet decía directamente qué no quería pelear lo decía enserio, realmente enserio. Porqué Violet no era el tipo de persona qué se negaba a hacer lo qué le tocaba hacer, era la persona qué hacía las cosas así como eran. Sin importar qué.
— Lamento todo, Vio—se disculpó Liz aunque no había hecho nada malo, era lo único qué podía hacer—Por la tarde será mejor, vendrán Erin, Leah, Jenny y su novio e invitaré a James, tal vez también invite a Ben, todo será lindo, Violet. Todo estará bien.
Ella negó con la cabeza esbozando una sonrisa con pizcas de falsedad por todos lados.
— Díselo a tus ojos, mienten más qué tus palabras.
*
Je, Violet me agrada. Es Anna Kendrick, please :) Espero les este gustado esto, jaja.
La verdad no he escuchado otra canción de my chemical romance además de 'mama' porqué la escuché en un video de Tate Langdon (qué es el mejor qué he visto) tal vez qué los deje más adelante. Y tampoco he visto gran cosa de ahs :( Aunque he querido hacerlo y cuando tenga nuevamente netflix continuaré con la primera temporada, aunque bueh, ya me han dicho quién se muere y qué pasa y todo. Malditos spoileadores.
Hoy kurt cobain cumpliría 49 años y Violet Monroe cumple 18, ficticia-mente.
¡Les deseo un feliz sabado! Suerte en lo qué tengan qué hacer sea productivo o no, muajaja.
Los quiere, Ari.
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Increíblemente Sarcástico
Novela JuvenilSí Liz Parkinson pudiera describir su vida en una palabra definitivamente sería: complicada. No por el hecho de qué su vida era una constante decepción, llena de asuntos aburridos, sin recibir ningún tipo de ayuda recíproca, con un número indefinido...