10. Canción del despertar.

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Anuncio. No tengo nada en contra de My Chemical Romance, lo que le sucede a Liz en esté capítulo tiene que ver con otros asuntos que se deben a enfermedades, no quiero que se de a creer o entender que le sucede eso porqué la canción es buena, o no. Gracias por leer.

Al día siguiente, Liz bajó las escaleras y se encontró con Dafne en el sofá. Con el televisor encendido y una taza de café en mano. Pensó que era imposible que Dafne se hubiera servido un café, y que hubiera encontrado el control del televisor por sí sola. Se preocupó inmediatamente. Tomó actitud seria (aunque no pudiera ver su ceño fruncido) y se acercó a Dafne cruzada de brazos para decir.

    — ¿Quién te ha ayudado al café y el televisor?

    Dafne se sorprendió ligeramente, no había prestado atención a sus pasos, se remangó las mangas de la generosa blusa color granate que cubría su pecho y estómago. Esbozó una sonrisa.

    — Ha venido el vecino, por lo que escuché quería hablar con Violet pero ella no estaba. Así que se ofreció a ponerme el televisor y preparar café—explicó Dafne—También te ha dejado un bocadillo por ahí.

    La mano de Dafne señalaba hacía una bolsa color café. Que contenía un par de pedazos de pizza, gigantes. Liz se sorprendió gradualmente, ¿Por qué Benjamín haría esas cosas?

    — ¿Dices que el vecino vino a hablar con Violet pero ella no se encontraba aquí?

    — Bingo—respondió Dafne en una exclamación.

    Algo no estaba bien con esto. Liz tomó la bolsa, la olfateo para optar por tomarla entre sus manos. Besar la cabeza de Dafne y elegir salir de casa. Con dudas en la cabeza. Se encaminó a la puerta de la casa de Benjamín, y llamó al timbre. Atendió su padre. Un señor de porte adecuado, con traje y cabello rubio gratinado de canas provenientes de la edad.

    Liz sonrió con amabilidad antes de abrir la boca para decir a lo que venía.

    — Buen día señor padre de Benjamín. Quería preguntar por su hijo, sucede que necesito hablar con él.

    El señor mayor alzo las cejas, se escuchaba de fondo dentro de la casa con ventanas irregulares; una melodía de una canción de rock, los primeros acordes de una guitarra eléctrica y los compases de una batería. Proveniente de una habitación de arriba. Liz frunció el ceño, insegura de que Benjamín escuchará esa clase de música. Parecía un chico tranquilo y reservado, nunca se conoce completamente a una persona, decía la gente. Tal vez era hora de escuchar lo que las personas decían.

    — Una chica se encuentra en su habitación. Dijo que era novia de Benjamín y que quería dejarle una carta porque se iba de la ciudad, así que le he dejado pasar. Sí eres algo de la chica te recomiendo pasar y acompañarla—explicó el padre—De paso, ¿Podrías decirle que si baja un poco el volumen de la música? La madre de Ben está durmiendo.

    Liz juntó ambas cejas, deseando que la persona que se encontraba allá arriba no fuera la misma que tenía en mente.

    El padre de Benjamín la dejó pasar, subió los escalones de dos en dos cuando el cantante de la canción de rock gritaba algo que tenía que ver con 'mamá', comenzó a reconocer esa canción. No le daba buena pinta que la estuviera escuchando en una casa ajena y mucho menos cuando Benjamín no se encontraba presente ahí.

    Abrió la puerta, se encontró con sus ojos azules y la boca pintada de rojo centellar. De una palmada puso en pausa la canción cuando casi terminaba. Violet le miró indignada con un disco musical en la mano, sí, definitivamente. Era de My Chemical Romance.

Increíblemente SarcásticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora