(Look de Leanne en multimedia)
Pasé saliva lentamente y traté de calmarme para poder hablar de nuevo. Giré hacia la puerta y si hasta ahora no me había desmayado, estaba a punto de hacerlo. Ignazio se encontraba allí, mirándome.
No podía creerlo, simplemente no podía.
-Ignazio Boschetto -repetí, más para convencerme a mí misma que por la presentación. Los niños aplaudieron, pero ninguno de los dos reacciono, simplemente estábamos allí, a un par de metros de distancia, mirándonos como si solo existiésemos nosotros.
Era imposible explicar todo lo que pensaba, todo lo que sentía. No era posible que después de tantos años, un día simplemente entrara por la puerta, así nada más, que fuese él quien me ayudaría con mis clases, que tendríamos que compartir diariamente durante un mes.
Asombro, miedo, felicidad, nerviosismo, ansiedad e incluso rabia. Era injusto, injusto que todos mis esfuerzos por olvidarlo a lo largo de cinco largos años ya no sirviesen de nada, pues lo tenía frente a mí, y era imposible no recordar todo aquello que habíamos vivido.
Sacudí levemente la cabeza tratando de calmarme. Debía mantener la compostura, al menos mientras estuviese allí adentro.
-¡Ignazio! -escuché un casi chillido. Volteé y vi como Isa se levantaba a toda prisa de su silla y corría hasta él para abrazarlo. Él sonrió y la cargó.
Y para colmo, la escena me enternecía.
Aclaré mi garganta y le dediqué una sonrisa un poco forzada a los niños, quienes al parecer, no habían notado nada extraño. Debieron haber sido un par de segundos nada más, aunque para mí, fue una eternidad.
-Creo que... -¿Lo trato de usted? ¿O lo tuteo? Estaba perdiendo el control de mí misma, no sabía ni cómo hablar. -Deberías contar un poco sobre ti a los niños.
-¡Oh, claro! -me sonrió.
Asentí mientras sentía mis piernas flaquear, por lo que decidí sentarme. Esa sonrisa perfecta me ponía mal.
-Bueno... mi nombre es Ignazio Boschetto, tengo 26 años y soy pianista, vivo en Italia y durante el próximo mes estaré aquí para ayudarlos con su recital, espero...
Siguió hablando con los niños durante un rato, hablando de su trayectoria, de lo que quería enseñarles, preguntándoles cosas a ellos... Pero yo había dejado de prestarle atención hacía un largo rato, solo lo miraba disimuladamente mientras no me veía. Estaba más delgado y musculoso, puede que un poco más alto, su piel estaba más lisa e incluso debió haberse arreglado los dientes. Fuera de todo eso, había algo más, que no sabría especificar, pero que me encantaba. Quizás era más hombre ahora, o simplemente era el no haberlo visto en cinco años... Pero definitivamente estaba guapísimo, más que nunca.
Escuché un siseo e inmediatamente miré a Isabella, quien tenía una enorme sonrisa en el rostro. Miró a Ignazio, luego a mí y sonrió de nuevo, con ilusión. Yo le respondí con una sonrisa cortés y luego dejé escapar un suspiro. Ella nunca supo nada de lo ocurrido. A sus cinco años se tragó fácilmente el cuento de que me marchaba solo por la beca y ni siquiera había preguntado por él. Para cuando se mudó a Londres, jamás mencionó el tema, por lo que asumí que lo había olvidado. Sin embargo, sabía que me esperaba un fuerte interrogatorio cuando llegase a casa.
Ignazio había tomado un perfecto control de la clase sin mi ayuda, lo cual agradecía, ya que aún seguía procesado todo. Estaba sentado en el suelo con los niños a su alrededor. Esta primera clase sería para conocerse, lo que era un alivio.
Puse al día algunos registros diarios, sin embargo, era imposible concentrarme, pues una nueva idea me tenía inquieta, y era el hecho de que su reacción había sido tan diferente... no se vio en shock, ni nervioso siquiera, al contrario, parecía feliz.
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Paura D'Amare [Ignazio Boschetto]
FanfictionLos seres humanos estamos condenados a temer al cambio, a lo desconocido y a lo que creemos que podría dañarnos. Preferimos estar en una zona de confort, creando murallas a nuestro alrededor en inútiles intentos de alejarnos de aquello a lo que teme...