Una historia, diferente...

Maraton: Bodas. Boda de Joe Black y Hazel Button.

-¡HAZEL BAJA YA!-Gritó la señora Button.
-Pero me da miedo.-Gritó Hazel.
-¿Miedo de que?-Preguntó su madre más tranquila.
-De caerme, ósea, estos tacones son enorme.-Dijo Hazel.
-Estás exagerando.-Dijo su madre.
-Bueno, si me caigo el día de mi boda, serás responsable.-Dijo la chica.
-Será una buena anécdota para mis sobrinos.-Dijo una castaña que iba entrando.
-¡HERMS!-Gritó Hazel.
-¡Hazel!-Exclamó Hermione.
-¿Me veo bien?-Preguntó la chica.
-Te ves excelente.-Dijo Herms.-Sólo que baja rápido, Joe está temblando.
-JAJAJAJAJAJA ¿JOE? ¿TEMBLANDO? TENGO QUE VER ESO.-Gritó Hazel y salió directo al jardín.
Se puso al lado de su padre y tomó su brazo, la música comenzó a sonar. Y tal cómo lo dijo su cuñado, Joe Lynx Black Ross estaba temblando ante el altar. La chica de mordió la lengua para no soltar la carcajada.
-Por favor, tomen asiento.-Dijo el ministro.
-Y por favor señor Black deje de temblar.
-JAJAJAJAJAJAJAJA.-Empezó a reír Hazel.
-Señorita Button modérese.-Dijo el profesor Snape que se encontraba a un lado del ministro.
-Estamos aquí para celebrar el matrimonio de estos jóvenes insolentes.-Dijo el ministro haciendo reír a todos.
-Los anillos por favor.-Gritó Grace Amapola Waters Lancaster.
Y en ese momento pasaron Luna y Theo dejando los anillos.
-No haremos votos porque sé qué dirán tonterías.-Dijo él ministró lo que hizo reír a todos nuevamente.-Ahora Joe Lynx Black Ross, aceptas a Hazel Amapola Button Waters, con su insolencia, y todo, prometes amarla hasta que la muerte los separe?
-Acepto.-Dijo Joe.
-Y tú Hazel Amapola Button Waters aceptas a Joe Lynx Black Ross, con su inconsciencia y todo, prometes amarlo y cuidarlo hasta que la muerte los separe?-Preguntó el ministro.
-Acepto.-Dijo Hazel.
-Por el poder que me da el ministerio los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.-Dijo el ministro.
Y Joe así lo hizo la beso, pero se separaron al ver algo.
Una señora sollozaba.
Joe fue rápido y se acercó.
-¿Porqué lloras?-Preguntó el chico.
-Porqué has crecido tan rápido, ya no eres mi pequeño, estás haciendo tú vida y una nueva familia.-Dijo la señora sollozando.-Siento que apenas fue ayer cuando te tuve entre mis brazos y te cantaba canciones de cuna.-Volvió a decir, ocasionando que al chico se le fueran llenando los ojos.-Siento que apenas fue hace unas horas cuándo te lleve a King Cross con tú hermana, o cuándo ganaste en tú primer partido de Quidditch, e incluso cuando dijiste tus primeras palabras.
La señora sollozaba y todos guardaban silencio y escuchaban todo, muchos con lágrimas en los ojos.
-Madre, sabes que te amo.-dijo el chico y la abrazo.-Se que para ti no es fácil que tú hijo se vaya, lo sé, cómo también sé que no será nada fácil para ti ni para papá afrontar lo del Lunes.
-Hijo, en verdad que no tengo las palabras para decirte lo orgullosa que estoy de ti.-Le dijo Anne.
-Estamos orgullosos de ti, de que seas feliz.-Dijo Sirius acercándose y abrazando a su esposa.-Recuerda que tienes que proteger a tú familia con uñas y dientes, y que los hijos, son la mejor bendición que te puede dar la mujer que amas.
-Yo también estoy orgullosa de ti, sé que tal vez nunca te lo dije, o que incluso fui grosera contigo.-Dijo Hermione.-Pero tú sabes lo mucho que se me complica expresar mis sentimiento, hermano, no puedo decirte lo feliz que siempre me hiciste en mi vida con tus bromas, tú capacidad para meternos en problemas y molestar a papá y mamá, en verdad que deseo que seas tan feliz cómo puedas.
El chico abrazo a sus padres y hermana.
-Siempre seremos los Black Ross, y los llevare en mi corazón gracias por enseñarme el valor del amor.-Dijo el chico.
Y así, todos aplaudieron y se dedicaron a bailar. Una nueva familia se formaba, la Black Button.