capítulo 4

19.7K 478 121
                                    

No dejo de sentir sus labios en los míos, ni el rastro que sus manos dejaron en mi muslo con sus caricias. Recreo la escena en mi cabeza, y veo sus manos recorrer mucho más de lo que en realidad lo hicieron, su lengua entrar mucho más de lo que hizo. Suspiro cada vez que lo recuerdo. Aaron es mayor, y el riesgo de que lo único que busque sea algo físico y superficial es extremadamente alto, pues dudo que pueda verme como algo más. Debo tener cuidado, pienso, pero más de lo que debo cada vez que salgo con alguien nuevo. Aaron es un ser impredecible en mi opinión, dada su aparente falta de experiencia con chicas de mi edad.

La próxima vez que lo veo es en el departamento de Alex. Me ha invitado a una pequeña reunión con amigos y, si no fuera consciente de las regulares fiestas que hace, ocho personas dentro del departamento se verían como demasiadas. El departamento es relativamente pequeño, pero sientes que puedes respirar incluso con muchas personas por su altura. Es moderno y gris, pero nunca ha dejado de demostrar ser un lugar alegre y de diversión para muchos. Desde el balcón, puedo ver a algunos de mis amigos, con una cerveza en mano, sonriendo y conversando con la tranquilidad que sólo una reunión con amigos puede ofrecer. Justo al tiempo en que enciendo un cigarrillo, veo entrar a Aaron y a uno de sus amigos. Mi respiración se detiene por un segundo cuando mis ojos encuentran los suyos, pero se regulariza cuando finge no haberme visto y se acerca a los demás para saludar. Exhalo. Así de sencillo, mis sospechas se confirman. Aaron no busca nada más que algo... Pero, ¿acaso busca algo siquiera? Me pregunto cuando lo veo sentarse. Todo este tiempo he pensado en qué es lo que busca Aaron, pero no me he detenido a pensar si es que busca algo. Si me besó, debe buscar algo, ¿no? Mi cabeza da vueltas.

—Siempre te veo con un cigarrillo en la mano —Reactivo mi consciencia cuando escucho a Alex. Se acerca a mí y se apoya conmigo en la barandilla—. Eso no debe ser bueno.

Me alzo de hombros.

—Y yo nunca te veo sin una cerveza en la mano —replico, y decido ignorar su comentario.

Touché —Alex levanta su cerveza en mi dirección antes de darle un sorbo.

Mis ojos inevitablemente regresan a la cabeza de Aaron, y me propongo el objetivo de no dejar que mi resolución me afecte. No debo darle importancia, cuando incluso yo no sé lo que busco con él. Al fin y al cabo, la atracción física puede ser sólo eso. No es necesario que las cosas se compliquen, considerando que ahora lo veo con más frecuencia que antes de que mis padres lo contraten como mi canguro. Que yo misma haya encontrado razones para que me atraiga no significa que deba hacerme caso.

Alex rompe el hielo y vuelve a preguntarme si Dan se ha puesto en contacto conmigo.

—Imposible —murmura, antes de sacar su teléfono. No me deja opinar nada cuando descubro a quién ha decidido marcar—. Dan —sonríe, y unos pequeños hoyuelos se le forman. El sol de la tarde hace que sus castañas pestañas brillen, pero no puedo admirarlo por la molestia que siento hacia él. No escucho lo que Dan responde, pero Alex decide ponerlo en altavoz antes de decirle—: Ey, amigo. ¿Qué pasó con Leah? ¿Lograste conquistarla? —pregunta, y pongo mis ojos en blanco para evitar la indudable anticipación que siento por escuchar su respuesta.

Silencio. No sé si incómodo, pero yo lo siento así. Escucho una pequeña risa nerviosa salir del parlante del teléfono mientras trato de controlar mi impulso por salir corriendo, como si lo estuviera confrontando en persona. Dan me había gustado cuando lo conocí, y no escuchar de él en tanto tiempo me ha dado señal suficiente para saber que no está interesado en mí.

—No sé, amigo —su tono es vacilante, como si le hubieran preguntado algo extremadamente bochornoso—. No quiero problemas —su respuesta me desconcierta. Alex me mira, también confundido—. No quiero involucrarme con ella —dice al fin—, ya la tienen bien cuidada.

TravesurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora