Capitulo 3

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Lauren

-¿Camila, Lauren que están haciendo?-
Era Michael.

Me quede sin reacción, mi cuerpo se congeló y no supe como responder, por suerte estaba Camila que es una profesional de la actuación.

-Mike, no podía dormir así que baje para beber algo y en eso encontré a Lauren que del susto al verme se atragantó con el agua.- respondió con toda tranquilidad y una sonrisa en su rostro. Michael le sonrió y le dio un suave beso en los labios. 

Ese simple gesto hizo que se me hirviera la sangre, eran celos, celos por Camila. Oh vamos Michelle es obvio que la va a besar si después de todo es su marido ¿no es así?. Estúpido subconsciente.

-¿Te sientes bien Lauren? ¿También sufres de insomnio? - Me pregunto Michael poniéndose a su lado y abrazándola por la cintura.

Como puede ser que no haya notado la tensión sexual del ambiente!! Qué demonios Michael estuve a punto de besar a tu mujer y si no fuese por ti en este momento estaría en medio de sus piernas!

-Si, fue el susto nada más y con respecto al insomnio, en ciertas ocasiones me cuesta dormir cuando no me encuentro en casa.- mentí tratando de evitar la mirada seductora que me lanzaba Camila. ¡Que mierd!, ¿acaso no tiene vergüenza de que su esposo esté justo a su lado? Bueno al parecer no.
-Y tu, ¿porque no estas durmiendo? Y ¿qué haces vestido así?- pregunto Camila por fin dirigiendo su vista a Michael y notando que no traía su ropa de dormir. Estábamos tan pendientes de que no notara nada que no percibimos como iba vestido.

-Me han llamado de la empresa, al parecer quisieron entrar a robar pero no lo lograron, de todas formas debo ir-. Contesto sin ánimos.

Yo por mi parte quise que me enterraran viva, esto no me podía estar pasando a mi. Michael fuera de la casa, mis padres durmiendo, de seguro mi madre trajo sus pastillas para dormir, mierda! ¿porque demonios no se las pedí? Pero claro, con lo sucedido anteriormente con esta diosa parada frente a mi me olvide hasta de como era mi apellido. 

-Oh Mike, necesitas que te acompañe?- pregunto Camila haciendo que libere el aire que ni recordaba estar manteniendo. Si Michael, dile que sí, llévala lejos de mi por lo que más quieras! -

No es necesario cariño, tu ve a dormir que la fiesta fue agotadora y necesitas descansar al igual que tu Lauren, tenemos muchos planes para mañana en especial ir a navegar, tengo entendido que te fascina hacerlo.- ¡Me quiero morir! Vamos Mike, no me dejes en la boca del lobo justo en estos momentos! Por dios que Camila deje de verme así. 

-Si es cierto, me encanta. Bueno yo me voy retirando hacia la habitación, espero que se solucione pronto el problema.- le conteste con una sonrisa y evitando la mirada de Camila como pude, fuera de la cocina me dirigí a toda prisa escaleras arriba recordándome que cuanto mas lejos de esta mujer esté va a ser mejor tanto para mi salud física como mental.

Cuando estaba a punto de abrir la puerta para entrar a la habitación siento que alguien tira de mi haciéndome girar y apoyar mi espalda contra la misma, manteniendo así sus brazos a los costados de mi cuerpo dejándome atrapada por tercera vez en la noche, quien más podría ser si no era ella, Camila Cabello. 

-No me gustan las interrupciones y esa fue la segunda vez que te me escapas. ¿En qué estábamos?- susurro peligrosamente sobre mi boca. ¿Como ah hecho para llegar tan rápido?.

Después de unos minutos de estar hipnotizada por su hermosa boca y su sexy cuerpo en ese traje de encaje infernal, pude recuperarme del shock de tenerla tan cerca. 

Sacando fuerzas de no es donde trate de moverme y alejarla colocando mis manos sobre sus hombros empujando para escapar de su agarre, algo que fue inútil ya que ella aprovechó esto y tomó mis manos que la empujaban posándolas donde antes estaban las suyas logrando así una distancia casi imperceptible entre nuestras bocas y presionando su cuerpo un poco más contra el mío haciendo que nuestras caderas y pechos se rocen provocando más de un pensamiento erótico flotar por mi cabeza.

-Por favor Camila, esto está mal. Michael casi nos vio momentos antes y tu estas casada con el, dime ¿en qué piensas? ¿A qué juegas?- le hable con la poca cordura que me quedaba. Dios, no insistas que no voy a resistir mucho!. 

-Vamos Lauren, esto no está mal, noto como tu cuerpo responde a mi, no pienses en Michael ahora. ¡Dios, hueles tan bien nena!-. Respondió pasando su nariz por mi cuello haciendo que las vibraciones al momento de hablar produzcan que se me erice todo el cuerpo, ni hablar de escucharla susurrar "nena", en ese momento sentí como volvía la familiar humedad de hace unos minutos atrás nuevamente en medio de mis piernas. 

Trate de juntarlas para que no lo notara pero fue en vano ya que esta mujer sabía todo lo que podía provocar en mi perfectamente.
-Como no quieres que piense en el, si lo estabas besando frente a mi hace cinco minutos ahí abajo.- Le respondí tratando nuevamente de soltarme de su agarre y salir de donde me tenía atrapada. 

-¿Estas celosa?- pregunto alejándose de mi cuello y mirándome fijamente a los ojos mordiendo su maldito labio inferior. El deseo se reflejaba en sus ojos que ya estaban pintados de un color negro para estas alturas, los míos debían estar de la misma manera aunque tratara de ocultarlo. 

-No, no estoy celosa Camila-. Mentí nuevamente y ella, notando la mentira me miro fijamente y sonrió desarmandome por completo. 

-A quien quiero besar es a ti Lauren.- Lo dijo susurrando sobre mi boca y como sí no fuera suficiente con esa maldita voz que me hizo enloquecer.
No tenía escapatoria, estaba presa y a una distancia casi nula de su boca. Pero a quien trataba de engañar, si lo que menos quería era correr lejos de ella. 

Me moría de deseos por besarla, sentir sus labios, perderme en ellos, matar estas ganas de saber que se sentía ser besada por esta perfecta mujer. No se en que momento este deseo incontrolable por tenerla creció tanto, es hermosa si, pero también es una mujer súper provocadora que te deja a sus pies con sólo una sonrisa.

Sin siquiera darme la oportunidad de contestarle choco sus labios con los míos logrando que me quede sin suelo, que todo lo que conocía o sabía desapareciera en ese momento, sólo existíamos las dos y sentía que estaba en el paraíso, después de unos segundos y notando que no reaccionaba hizo lo que nunca debió hacer, pasó suavemente su lengua sobre ellos para que le de permiso de entrar en mi boca y le correspondiera. 

Eso hizo que mi escaso control sobre mi propio cuerpo se evaporara y me deje llevar abriendo lentamente la boca otorgándole así el permiso de que haga lo que quisiera conmigo. Para el momento en que nuestras lenguas se encontraron fui al cielo y al infierno en un segundo, la forma con la cual se apoderó de mi boca fue alucinante, estaba besando a Camila Cabello, esta mujer me dejaba sin reacción, al borde de la locura y lo único que pude hacer fue responderle de la misma forma, su sabor era indescriptible la forma en la que nuestras lenguas se unían era mágico, ella literalmente me comió la boca y no tenía dudas de que ese besó no lo olvidaría jamás.

Dejándome llevar presione más mi cuerpo junto al de ella y logre liberar mis manos dirigiéndolas a su pelo tirando un poco del el, ese simple gesto la hizo gruñir y apretar mi cintura, ¿como sus manos terminaron ahí? Sin previo aviso sentí como las metía dentro de mi remera rozándome la piel, provocando así que se me erizara y que un gemido se me escapara sin que lo pudiera evitar. Sonrió sobre mi boca y sus besos se dirigieron a mi cuello recorriendolo con besos suaves mientras yo me volvía loca al punto de no controlar los sonidos que querían salir de mi boca, de un momento a otro siento como sus manos comienzan a dirigirse más arriba y el pánico invade mi cuerpo al darme cuenta de a donde se dirigía esto y de donde nos encontrábamos, estábamos en el medio del pasillo de su casa, que compartía con su esposo y nos podrían encontrar en cualquier momento si alguien se despertaba. 

El terror y la culpa invadieron mi cuerpo haciendo que la separe bruscamente logrando alejarla así de mi, me mira sin entender mi reacción y sin darle tiempo de decir nada me giro y entro al cuarto.

Me recuesto en la puerta sin poder creer lo que hice y todo lo que provoco en mi, estaba tan arrepentida y al mismo tiempo contenta, excitada, era una mezcla sin fin de emociones. Camila sin dudas fue mi mejor beso y la persona más seductora, sexy y hermosa que alguna vez conocí. 

Pero había un problema, Camila estaba casada, para ella yo era sólo un juego, lo que yo no sabía es que para mi ella iba a ser mi perdición y ese beso fue sólo el comienzo.

¿Qué hubiera pasado si no la detenía en ese momento? Fue la pregunta que no me dejo dormir en toda la noche.

La esposa de mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora