Capítulo 23

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Realmente si me preguntaran que me imaginaba que iba a encontrar al momento de abrirla, nunca hubiese sido lo que realmente encontré.

Toda la habitación estaba decorada con flores, había un camino de pétalos que hacían camino a la cama y sobre esta estaba Camila Cabello desnuda y en todo su esplendor.

Por el shock que recibí con la visual de esta mujer no había notado que de fondo sonaba una canción hasta que la vi moviéndose al son de la misma. Su cuerpo seguía el ritmo a la perfección y yo estaba alucinada con todo lo que se presentaba ante mi.

Sin poder emitir palabra alguna y mover ni un músculo de mi cuerpo ella decidió tomar la iniciativa y con una sonrisa seductora comenzó a acercarse, haciendo que cada segundo sea eterno para mi cuerpo que estaba en llamas pidiendo a gritos tocar y besar el suyo por completo.

Cada movimiento suyo era exquisito y provocaba desastres en mi, ella lo sabia porque esa sonrisa no se le borraba por nada del mundo.

Cuando la tuve frente a mi de repente solté el aire que estaba manteniendo y no lo había notado, su sonrisa se hizo mas grande y deposito un suave beso en la comisura de mis labios.

-Sabes Jauregui, no tienes idea de como me pone el verte de esta manera- Me susurro mientras giraba a mi alrededor.

No me pude controlar ni un minuto mas y mis manos se dirigieron con prisa a su cuerpo, queriendo tocar cada parte de el, ella al leer mis futuras acciones se alejo negando con la cabeza.

-Recuerda algo mi amor, la jefa aquí, soy yo.- me dijo viéndome directamente a los ojos.

Listo esas fueron las palabras que me llevaron a la tumba y al cielo.

No hubieron mas palabras después de eso, ni las habría por un largo tiempo.

Con eso dicho me empujo suavemente hasta sentarme en el banco que estaba detrás de mi y que no lo había visto hasta el momento.

Ella empezó a moverse al copas de la música y se meneaba solo para mi, quería saber hasta que punto podía provocarme, y por lo que me conoce sabia que no iba a soportarlo mucho mas.

Mientras se movía mi cuerpo se encendía cada vez mas, quise nuevamente tocarla y me quito las manos de una manera sutil.

-Yo diré cuando me puedes tocar.- Me dijo mientras me daba suaves besos por todo el cuello.

-Necesito tocarte bonita, esto es tortura y lo sabes.- Le dije consciente de que esto era lo que quería escuchar, que le este rogando el poderla tocar.

-Se que puedes aguantar un poco mas- Termino de decir y se puso encima de mi, mis manos sin poder controlarlas mas intentaron tocarla, acción que fue inútil ya que algo las tenia presas, esta maldita me había esposado en el banco y de lo absorta que me tenia no lo note en ningún momento.

-Eres de lo peor Cabello- Grite al cielo mientras ella aprovechaba ese movimiento y comenzaba a besar cada parte de mi, que al tener una camisa le fue mucho mas sencillo desnudarme y empezar por mis pechos, a los que les dio mucha atención.

Quería matarla, pero al mismo tiempo con la forma en la que me besaba cada parte del cuerpo, provocaba el deseo que no se detenga por nada del mundo.

De a poco fue desciendo y se encontró con el problema de mis pantalones que no le costaron tanto trabajo como me lo imagine.

Tenerla arrodillada ante mi y desnuda es una imagen que se quedara por siempre en mis recuerdos.

-Eres solo MIA Jauregui.- Me dijo, enfatizando el ¨mia¨, dando a entender que Keana nunca fue una amenaza para ella y que yo siempre le pertenecí.

La esposa de mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora