HISTORIA DE LAS GRANDES GUERRAS. "G - 2° Gran Guerra"

Libro de la Resistencia

Capítulo 5

—¡Pero no me explico por qué mató a Maurice!

Luis pronunció las palabras con honda pena, que todos los presentes respetaron con un largo silencio. Todos conocían a Maurice. Él había sido uno de los héroes del "Éxodo", y nadie hubiese puesto en duda su valor para con la raza humana y su lealtad a la resistencia.

—No sabemos seguro si fue él.

—¿Quién si no? —estaba enfadado, Maurice era su mejor amigo, su compañero y no estaba para escuchar tonterías—, o ¿qué piensas, Antoine, que lo mataron los Sutras?

—¡Calmaos! —tercio el comandante en jefe—. Así no vamos a conseguir nada. Los hechos son los hechos y no podemos oponernos a la voluntad de la FGA.

Hubo un silencio de aprobación, incluso por parte del Jefe de los Servicios de Inteligencia. La "Bestia Negra" era demasiado fuerte y poderosa, además de querida por el pueblo, que veía en ella la esperanza de la libertad. Luis no podía dejar de pensar que el ser humano como individuo podía y debía ser justo, pero que la masa era y debía ser estúpida.

—Ciñámonos —comenzó de nuevo el comandante en jefe—, al asunto de esta asamblea de urgencia. Todos los aquí presentes —dijo, a la vez que abría su portafolios—, sabe o tiene conocimiento de la invasión que se nos ha vaticinado tendrá lugar, en breve, sobre la zona libre y desde tres puntos bien definidos —se detuvo un momento, sopesando la información—. Ya hemos tenido en cuenta el riesgo de accidente nuclear que va a correr la parte oriental de Siberia, y el traslado de refugiados a zonas protegidas, tal como ha indicado nuestro benefactor —recalcó estas dos últimas palabras deliberadamente—. También hay que estudiar su petición tácita de envío de fuerzas hacia Europa occidental, más concretamente —ojeo sus notas—, al estrecho de Gibraltar —levantó la vista de sus papeles y con la mirada cedió la palabra a cualquiera de los reunidos.

—Señores, señor Presidente —Sin Xinei tomaba la palabra—. Enviar tropas a esa zona, es dejar nuestro territorio sin defensas. Aunque, tan sólo, mandáramos un pequeño ejército de distracción, todos sabemos que no tienen la menor oportunidad de sobrevivir tan lejos de casa —los asambleístas estaban a la expectativa—. Debemos ocuparnos del ataque que sufriremos por el sur, y conminar a la "Bestia Negra", y al "Compañero", a que realicen en Europa un tan excelente trabajo como el que vienen realizando, este último año, en pro de la Tierra y su pueblo.

Hubo un escueto silencio, tan sólo roto por pequeños murmullos y por la mirada glaciar con que el comandante en jefe diseccionó al Ministro del Interior. Tan sólo el hecho de que perteneciera a la etnia oriental, y el numeroso contingente de esta población que había huido a la zona libre, le salvaba de ser destituido.

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—Ese maldito chino tiene razón Nicolaiev, ¿vodka? —mientras le servía el licor, Luis miraba de reojo el semblante abatido de su líder militar—. Con el material de la valija, y lo que nos han enviado nuestros desconocidos benefactores de la resistencia intergaláctica podemos hacerles frente, si no dividimos nuestras tropas.

—Eso no es lealtad para quien nos ha dado tanto —se bebió de un trago la copa y esperó a que su amigo se la volviese a llenar.

—Tenemos que hacer lo que debamos, caiga quien caiga —se sentó frente al comandante con un vaso de bourbon, el vodka le producía dolor de cabeza.

Nicolaiev se levantó del sillón y se acercó al bar a servirse un tercer vaso.

—Nuestras tropas no están preparadas aún —sostuvo la mirada de Luis—, no podrán enfrentarse a Instructores altamente cualificados sin una ayuda exterior.

—¿Das por supuesto que van a morir allí? —preguntó inquisidor.

—¿Diecisiete millones de guerreros contra dos?, ¿tú, que crees que va a pasar? —volvió a apurar la bebida.

—No lo sé —contestó apocadamente—, son muy buenos ¿no? Tremendamente buenos.

—Si sobreviven... —contestó mirando fijamente a los ojos del jefe de los Servicios de Inteligencia—, lo vamos a pagar —y añadió rotundo—, con sangre.

Luis desvió la mirada y observó como, a través del bourbon, todo se volvía de una tonalidad rojiza.