Diario de Juan

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5 de agosto del 2° año de ocupación.

Querida Justine:

¿Cómo estás? Yo estoy bien, condenadamente bien. No debes preocuparte innecesariamente por mí, pues ya sabrás por las cartas que no he podido enviarte que estoy, cuando menos, vivo y que las esperanza de que volvamos a reunirnos son tan remotas como supongo imaginarás...

Perdóname, nena, no siempre tengo el día bueno, a veces me derrumbo y soy un idiota, ha sido una ironía fuera de lugar. Debo dar gracias a Dios mil veces de estar, si no junto a tí, por lo menos vivo.

He tenido un sueño, y no es la primera vez que lo tengo. Los sueños son lo único que me une a esta realidad de silencio. Creo que sin ellos, y sin los recuerdos que me proporcionan, ya hubiese terminado con mi vida.

Esta vez no es contigo, a causa de las inmensas ganas que tengo de sentirte en mis brazos y hacerte el amor. Este sueño se ha repetido íntegramente, hasta en sus más íntimos detalles dos veces más. No sé exactamente qué significa, trataré de describírtelo de la forma más fiel que recuerde, aunque jamás vayas a leerlo. Al menos este monólogo me ayudará a no olvidarte, y sobre todo a no olvidar cuál es realmente mi meta, aunque parezca que mi hermano ya no lo recuerde y que por lo menos, para mí, es volver a tu lado.

Me encuentro en una loma, con mi padre. Él está mirando como el viento del norte dobla los tallos de trigo sin llegar a partirlos, y yo me sujeto a su mano, pues, aunque temo al viento que sopla con fuerza sobre mi espalda y levanta mis ropas, se positivamente, que si no me suelto, éste no podrá conmigo. Estoy sereno, seguro. De improviso siento un fuerte empujón y me encuentro atravesando una pared. Esa es la sensación, pero la realidad es que la pared se me ha echado encima, ha caído sobre mí e intento liberarme de su tremendo peso que me asfixia y me deja en la más absoluta oscuridad. Con gran esfuerzo logro salir por debajo, por mis pies, donde descubro una claridad y tambaleándome me toco el cuerpo para ver si todo está en su sitio. Estoy lleno de sangre reseca, señal de que llevo tiempo inconsciente, y me doy cuenta de ello. Miro detrás de mí y me siento en una silla que aún permanece de pie, llena de polvo. Me sujeto la cabeza con las dos manos y apoyo los codos en mis rodillas, miro al suelo y trato de calmar mi estómago. Un golpe de aire refresca mi cara y revuelve mi pelo, entonces miro al frente y la ciudad ya no existe. Estoy sentado en el salón del cuarto piso de un hotel sin fachada, y delante de mí, no hay más que un precipicio que da a un cráter inmenso que cubre toda la vista. Me levanto y miro hacia abajo, veo las alcantarillas, las galerías, las antiguas cloacas, todo seccionado con la precisión milimétrica de un cirujano, y vomito, vomito hasta que me duelen las entrañas. Entonces noto la mano de mi padre agarrando la mía, la serenidad envuelve mi espíritu y me despierto.

Extraño ¿verdad? No lo entiendo, sin embargo, su exactitud con las otras dos veces me da escalofríos, además, siento que sé que estoy dormido y que con sólo abrir los ojos podría despertarme, ¿entiendes?, soy consciente que estoy soñando, aunque todo parezca tan real. En fin, todavía no voy a preguntarle a Ícaro, creo que voy a ver un poco más allá, si es que se repite.

Nos hemos trasladado a la costa de Malabar, en la India occidental. Estamos descansando en una pequeña base subterránea de observación y estudio Sutra. Sólo hay seis en todo el planeta, y la más importante era la de los Montes Malditos, en la que estuvimos hace unos meses ¿recuerdas? Esta tiene la peculiaridad de tener la mitad del complejo sumergido en el mar. Matar a todos sus ocupantes nos ha llevado casi medio día. Aunque, debo puntualizar que, lo que nos ha llevado más tiempo ha sido incomunicarlos con el exterior y bloquear sus rutas de escape. El resto ha sido muy fácil ya que apenas había Instructores.

En la última acción fui herido, pero no te preocupes, me encuentro en perfectas condiciones físicas y psíquicas. Hace apenas dos días fuimos atacados por un grupo de Instructores que localizaron mi aura neuronal. Aunque utilizamos un complejo sistema de camuflaje Sutra, Ícaro cree que tienen nueva tecnología para detectarme. Según parece, él no desprende ningún tipo de radiación mental, fruto de su entrenamiento, creo que esto ya te lo había dicho. Quién sabe, hay tantas cosas que no entiendo, mi vida.

Los Instructores no fueron problema, utilizamos una pantalla de mimetismo artificial de alta resolución y anulamos su sistema de visión. Tuvieron que abrir sus viseras ópticas para corregir su espectro con lo que utilizamos un camuflaje básico de mimetismo, el mismo que suelen utilizar ellos, para no ser detectados visualmente. Yo, personalmente y sin ayuda de mi hermano, me encargue de la misión en tierra y tan sólo perdí la posición dos veces, que no son muchas.

Debes darte cuenta que me enfrenté a un escuadrón que cuenta con treinta unidades de combate más o menos. Mientras yo efectuaba este ejercicio de distracción, Ícaro se encargaba de derribar una de las nodrizas, concretamente la que llevaba la acción del cristal insignia, (como entró en la nave en estado de alerta es todavía un misterio para mí). Dado que nos habían localizado Ícaro supuso, y con acierto, que la misión de caza y eliminación sería seguida al menos por dos nodrizas más, como apoyo o curiosidad, siendo por lo general la capitana una de ellas. Los cristales de navegación, en un caso así, permanecen abiertos, hermanándose unos con otros y, por tanto, si matas a la unidad orgánica de dirección hieres a todas las demás conectadas con la de mando.

El resultado fue de tres a cero, tan sólo escaparon los cuatro cruceros de la capitana con el maestro de la misión a bordo, un guerrero Sutra cuya pronunciación en nuestra lengua de su nombre sería Krant. Escapó sólo porque se encontraba la última en la conexión y su cristal ordenó en microsegundos la separación de los cuatro cruceros que forman el eje principal de las nodrizas de combate alfa.

No esperábamos un golpe tan grande, sin embargo, el resultado ha sido, aunque no haya caído la principal, satisfactorio. Las bajas, no lo sabemos con certeza, suponemos que de dos millones a dos millones y medio.

Cuando termine de descansar, borraremos esta base del mapa con una carga retardada y partiremos Dios sabe a dónde, a matar a unos cuantos más.

Si pudiera verte, aunque fuera de lejos unos segundos, sería el hombre más feliz del Universo.

Nos hemos movido por todo el planeta, y exceptuando en Lyon y Boston, no nos hemos cruzado con un ser vivo jamás. Creo recordar que en Europa Occidental había ya insectos y en algunos lugares ratas y pájaros, supongo que debido a la proximidad con la zona libre.

El jodido silencio puede conmigo. Esto no es una guerra de guerrillas, es lo más parecido a una guerra bilateral siempre en terreno enemigo, siempre en continua tensión y sobre todo en silencio, en un espantoso silencio.

Perdóname otra vez, nena, ya te había dicho que este no era un buen día.

Dales un abrazo a todos, y para tí el mejor y más fuerte beso del mundo... libre.

Os quiere: Juan

HISTORIA DE LAS GRANDES GUERRAS. "G - 2° Gran Guerra"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora