Capítulo 10

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La sala está desierta y el silencio reina, subo las escaleras, al estar frente al cuarto de mi hermano la curiosidad me invade y abro la puerta, pero él no está allí así que me preocupo, de inmediato corro hacia mi cuarto donde para mi tranquilidad lo encuentro dormido en mi cama, camino hasta él y acaricio su cabello haciendo que se despierte.

—Hola dormilón —sonrío y me siento a su lado.

—Espero que no te moleste que me haya quedado dormido aquí, es que no quería estar solo y en tu cuarto con tus cosas siento como si estuviera contigo.

—No te preocupes, me alegra que estés bien Alex y lamento lo ocurrido, todo fue mi culpa.

—Claro que no, no tenías idea de que podría pasar algo así cuando quisiste ir a la fiesta, pero ahora estoy seguro de que lo pensarás mejor antes de hacer tonterías —trata de sonreír —pero la persona que me secuestró dijo cosas como esas, me dijo que todo lo que hacía era para hacerte sufrir, que tenías la culpa y que pudo pasarme algo terrible, luego cuando se arrepintió de matarme me pidió que me cuidara, fue algo muy extraño, hasta me abrazó como si fuera alguien importante para él.

—¿Y como llegaste aquí?, ¿esa persona te trajo?

—Luego del abrazo no recuerdo nada, fue como cuando me fui a ver las historietas, desperté sintiéndome desorientado pero en lugar de estar en una especie de galpón me encontraba en un lugar lleno de césped, como el comienzo de un prado pero frente a una carretera, conocía ese lugar perfectamente y sabía que quedaba cerca de la casa pero me sentía tan desorientado que me fue imposible caminar, me senté en el césped y vi como los autos pasaban hasta que uno se detuvo, de el salió un señor con barba vestido de forma elegante, se quedó mirándome unos minutos y ofreció traerme a casa.

—¿Te conocía?

—No personalmente, me comentó que había visto muchos anuncios donde mencionaban mi desaparición y ofrecían una recompensa, él es profesor de criminología y psicología en el instituto científico San Lorenzo, había escuchado de mi caso, así que cuando me vio sentado en aquel prado decidió acercarse y para mi buena suerte ayudarme.

—Fue un muy buen golpe de suerte —lo abracé.

—Lo fue, el doctor Edmund Radley es muy importante y conocido en todo el campo de la criminología, se sintió ofendido cuando mi padre le quiso dar la recompensa, dijo que era suficiente con haber traído alegría a mi familia.

Mientras hablaba con Alex sentí un olor delicioso que venía de abajo y como ambos teníamos mucha hambre decidimos bajar hasta la cocina, pero ahí no había nada así que Alex y yo nos miramos extrañados.

—Estaba seguro de que alguien estaba cocinando, huele a hamburguesas.

Nos miramos al mismo tiempo y corrimos al patio donde mi padre estaba volteando hamburguesas en la parrilla, él nos sonrió y vi con gran felicidad que su semblante había cambiado bastante, se había afeitado y su cabello estaba perfectamente peinado, hasta sonreía, mi madre estaba sentada en una de las mesas con sombrilla picando los ingredientes para una especie de ensalada, también se veía mucho mejor pero al dedicarle una sonrisa en forma de saludo y ver como me ignoraba supe que todavía no me perdonaba.

—¿Tienen hambre chicos?, estoy haciendo la comida favorita de Alex.

—La mía, termino medio por favor —dije mientras me sentaba en otra mesa y Alex frente a mí.

—Yo la quiero bien cocida y con extra de queso —contestó mi hermano y volteó a verme pero hablando en voz baja para que solo yo escuchara —¿Ocurre algo con mamá?He notado que han estado distantes.

El gato y el ratónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora