Es increíble, como en tan solo 200 metros, tu vida puede dar un giro de 180 grados y llevarse por delante a la dulce niña de ojos verdes, derrumbándola en el instante.
Pocas personas son capaces de ayudarte en un momento así. Pero algunas pueden h...
El trayecto se ha hecho más corto de lo que esperaba. En menos de cinco minutos nos encontramos a unos 40 Km de la residencia Worthon. El aire cada vez es más frío. Derek acelera y yo me abrazo más a su espalda como un auto reflejo por la fría brisa, al estar ten pegada a él noto como se tensa y se relaja a la vez. Frena un poco y vuelve a arrancar. Frena, arranca, frena...
- Quieres conducir bien! - Le chillo.
- Tenemos que parar!
- ¿Qué? - No pienso arriesgarme a quedar aquí tirada. <¿Ahora quiere ir a tomar un té?>.
- Que tenemos que...! - Empieza a decir, pero el motor de la moto hace un sonido, que aunque no tenga mucha experiencia sé que no significa nada bueno – Mierda!
El motor no arranca y Derek se baja, para empujar la moto y a mí, fuera de la carretera. < Con lo que debes pesar... Gooordaaa>. Se quita el casco y lo tira al suelo con ganas.
- Joder! – Chillo, está claro que he pegado un salto por el susto.
- Perdón, pero no llegas hoy a clase – Su expresión ha cambiado y ahora me empiezo a enfadar yo. Se está riendo?
- Estás de broma? – Estamos en medio de la nada, me toma el pelo. Únicamente hay otra moto aparcada y un bar.
En vez de responderme únicamente se ríe. No hago caso de sus estrategias para sacarme de quicio y me agacho. Me fijo en lo compleja que es la moto y que si él no la arregla dudo que yo lo haga... Empiezo a toquetear cables y tubos, noto su mirada puesta en mí. <Sabes que te está mirando el culo?> No! Madre mía, si lo está haciendo.<¿Pero de que va?>
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- Podrías dejar de mirarme el culo!
- ¿Perdona? – Esta vez sí que lo ha hecho y no lo ha ocultado.
- Me vas a negar que no lo acabas de hacer?
- Está bieeee... Puede que esta vez sí que me haya fijado... Pues la verdad, no está nada mal... - Sonríe pícaramente. Se queda sin hacer nada unos minutos más, sin quitarme los ojos de encima.
- ¿Quieres dejar de contemplar mi trasero y arreglar la puñetera moto? – Digo irónica.
- Está bieeeen... - Me quita una especie de llave que he quitado de algún lado y no he colocado en ningún lado <Porque no sabes dónde va!> Cierto, no se dónde va y no quiero romper su moto después de que se ha ofrecido a llevarme...
