Miércoles 18:32...
Tania
Había acompañado a Ruth a una de las habitaciones de la casa para ponernos los bañadores.
- ¡Cielos! Me encanta tu trikini – Exclamó mientras me miraba en un enorme espejo.
- Gracias Ruth, tu bikini tampoco está mal – Sonreí a su reflejo. Mientras señalaba su bikini plateado y negro.
Cogimos nuestras toallas y bajamos las escaleras, para encontrarnos a Derek y Max esperándonos sentados en uno de los sofás. Derek parecía sorprendido de algo que Max le contaba pero al vernos llegar cambiaron notablemente de tema.
- Y hablando de las princesas de Roma... - Dijo Max levantándose.
Ya llevaba su bañador color lima bastante ajustado para mi parecer. Derek también llevaba un bañador, pero el suyo era más ancho y de color azul metálico.
- Lo bueno se hace esperar, no es así? – Preguntó Ruth abriendo la puerta que daba a la piscina.
- Con tal de verte así... esperaría lo que hiciera falta – Me susurró Derek, poniendo su brazo por mis hombros y perdiéndose el labio inferior.
Le di un corto beso como recompensa por su bonito comentario antes de seguir a Ruth y Max al exterior.
- Si eso "bueno" de lo que hablas eres tú, me temo que tendré que llamar a atención al cliente para quejarme.
- Max, no seas imbécil – Le espetó Ruth dejando su toalla sobre una de las macas de mimbre.
Era realmente precioso. El suelo era de madera oscura y en el centro se encontraba una alargada piscina. A la derecha se encontraba una mesa de cristal con un par de sillas y a la izquierda las macas de mimbre.
Dejamos todas nuestras cosas sobre las macas y no tardamos en acercarnos a la piscina.
Ruth se acercó al bordillo y metió el dedo gordo del pie en el agua, no tardó en sacarlo.
- ¡Que fría! – Hizo ver que temblaba.
- ¡Calla gallina! – Se burló Max acercándose a ella y echándola a un lado para tocar el agua.
- ¡A mí no me mandes a callar Nofollador! – Me llevé la mano a la boca al oír el apodo que Ruth le había puesto a su primo y empecé a reír.
- Ruth - Max la llamó fingiendo enfado e intentó cogerla pero ella se escabulló y terminó subiéndose encima de él.
Max rio y con Ruth a sus espaldas saltó al agua. No tardaron en salir con cara de congelados.
- ¡Dioooos! – Chilló Ruth abrazándose a sí misma.
- Eres una exagerada – Rio Max golpeándole el hombro juguetón.
- Vamos Tania, salta. No está tan fría, solo un poco – Me animó.
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☁DETRÁS DE LA TORMENTA☁
Novela JuvenilEs increíble, como en tan solo 200 metros, tu vida puede dar un giro de 180 grados y llevarse por delante a la dulce niña de ojos verdes, derrumbándola en el instante. Pocas personas son capaces de ayudarte en un momento así. Pero algunas pueden h...