Como niños

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19:03 ...

Tania

 - ¿Así que vives aquí?

 - Si, bueno - Responde Derek, rebuscando las llaves del piso en su bolsillo trasero del vaquero - Cuando estoy lo bastante sobrio como para llegar... Este lugar está muy alejado...

Abre la puerta. Me quedo alucinando delante de un duplex no muy grande pero perfectamente decorado. La verdad es que no me sorprende después de haber visto la casa de sus padres. Un salón acogedor, con un sofá de tres plazas en forma de "L", nos da la bienvenida a su hogar. 

Tras mostrarme parte de la casa sigo alucinando a colores. Es un piso de dos habitaciones un salón comedor y una pequeña cocina. Lo que más me ha asombrado a sido una azotea llena de flores preciosas. Es el típico lugar en el que me pasaría la mayor parte del día contemplando el cielo y el paisaje puesto que no se ve mucha ciudad.

 - ¿Vives solo en este piso tan grande? - Pregunto con curiosidad.

 - No, pero como si lo hiciera. Mi compañero apenas viene dos noches al mes a dormir, siempre se queda en casa de alguna pava...

 - Vaya...

Yo no podría convivir con alguien a quien a penas veo. Con razón la mayoría de veces duerme en casa de sus padres, se debe sentir solo en este piso. Sigue estando deprimido, pero parece que de vez en cuando una sonrisa asoma, dándome así la esperanza de lograr lo que Nora me ha pedido.

 - Te importaría prestarme algo de ropa... - Si me quedo un rato más, necesito estar cómoda y mis baqueros ajustados, no son muy cómodos que digamos.

 - Claro, un momento ahora vuelvo...

Observo como sube los escalones del piso y desaparece de mi vista. Sin poder evitarlo la curiosidad me puede y recorro la planta baja a paso ligero observando cada detalle del lugar.

Puesto que no ha vuelto tras acabar mi tour por la planta baja, subo las escaleras y entro en la primera puerta que encuentro en su busca.

Me sorprende nada más entrar un enorme cuadro, que casi toca el suelo. En el se aprecia un universo golpeado de colores. Tras repasarlo un par de veces, observo que no está muy ordenado. Un espejo esta por colgar. Las cortinas impide que entre luz, así que sin ningún permiso las corro para apreciar un poco más la estancia. Una única cama muy amplia vestida de azul se encuentra en la esquina izquierda del dormitorio. <¿Será esta la habitación de Derek?>

 - ¿Se puede saber que haces aquí husmeando? - Al girarme observo como Derek entra en la habitación y me entrega una sudadera gris y unos pantalones cortos de chándal. 

 - Perdón... - Digo avergonzada.

 - No importa, solo reza para que mi compañero no regrese mientras te estés cambiando... - La sonrisa de antes aparece de nuevo.

 - Enseguida vuelvo voy a por un vaso de agua, quieres?

 - No, gracias...

Tras entornar la puerta oigo como desciende las escaleras.

Desdoblo la sudadera y me la pongo. Me quito los vaqueros y tras colocarlos en una silla, me pongo los pantalones de chándal.

La ropa que me ha prestado me queda grande así que me remango un poco las mangas de la sudadera.

 - No tienes porqué quedarte... - Dice Derek sentándose en la silla junto a mis vaqueros.

 - No importa, no tengo nada mejor que hacer que vigilarte. 

☁DETRÁS DE LA TORMENTA☁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora