Alexa
River me llevaba en su hombro, totalmente enfadado y directo a la piscina.
Mi misión del día había sido levantarlo, pero como que no era fácil hacerlo cuando un día antes se había desvelado.
En fin, había utilizado de todo y cuando digo de todo es de todo para poder levantarlo, pero nada, así que fui a la cocina por hielo y se los tiré encima. Al principio parecía buena idea.
¿Las consecuencias?
Era llevada a la piscina a las 7 de la mañana, cuando el agua está más helada. Porque mi hermano odiaba ser despertado y yo no había tomado la mejor opción para despertarlo, ahora supongo que debía aceptar las consecuencias, pero eso no quería decir que no pelearía un poco para evitarlo.
—River me voy a enfermar y eso no va a ser nada gracioso —Digo tratando de zafarme de su agarre.
—Eso te pasa —Dice simplemente, a lo lejos puedo escuchar las risas tanto de Jordán como de Lisanne.
Hijos de puta ellos me habían mandado a mí, juro que me las van a pagar. Dije en mi interior, solo me preparé para el golpe del agua helada que no tardó en llegar. Los estúpidos de mi hermana y mi primo me habían mandado al matadero y yo como buen cordero había ido.
—Eres un hijo de puta —Grite a todo pulmón mientras salía de la piscina totalmente empapada y temblando de frio.
—Y di que no te obligo a hacer el paseo por la vergüenza.
—Soy tu hermana menor —Grito y entro a la casa detrás de él. Podía escuchar aun las carcajadas de los estúpidos se escuchaban y quería tirarles algo en la cabeza.
—Bueno eso se me olvido cuando me despertaste tirándome una cubeta de hielos en la cabeza, enana.
—Vete a la mierda —Pase a su lado y subí a mi habitación corriendo, como siguiera así me iba a enfermar.
Me saqué la ropa y me metí debajo del agua caliente cosa que mi cuerpo agradeció infinitamente.
Después de un largo rato en la ducha deje que mi menta viajara a la noche anterior, realmente me la había pasado bien después del encuentro con Katy. Nathan había desaparecido después de que habíamos bailado juntos, quisiera poder haber dejado de pensar en el todo este tiempo, pero no podía, simplemente las palabras que me había dicho y estaba que moría, joder no quería pensar en el de esa forma, tenía novia y hasta hace un día no nos llevábamos bien, tal vez todo había sido por mi hermano y eso me removía todo dentro de mí.
Después de salir de la ducha y arreglarme estaba decidida a no hablarle a ninguno de esos tres idiotas, aun sentida frio y casi podía asegurar que me iba a enfermar en cualquier momento.
Cuando entre al comedor me lleve una gran sorpresa, tanto la familia de Dante como la familia de Katy (esta incluya a Nathan) estaban sentados a la mesa.
—Buenos días —Dije con el entrecejo fruncido y caminé hasta el asiento libre a un lado de Lisanne. Acepto que me sentía totalmente perdida y también enfadada con mi hermano por no haberme dicho que tendríamos visitas, de haber sabido pedía el desayuno en la habitación.
Apenas tome asiento sirvieron el desayuno e inmediatamente la mesa se llenó con una conversación de la familia y todas esas cosas simples y normales de la vida. Mientras tanto yo estaba picando mi comida, al ver a esta gente aquí juro que el estómago se me había revuelto.
Justo en este momento daría lo que fuera por tener un escape, si tan solo fuera lunes en vez de domingo me daría por bien servida. Pero no tenía que ser domingo.
Suspire mientras veo como las charlas siguen y justo en ese momento doy gracias al cielo a la persona que se acordó de mí.
Saqué le móvil y leí el mensaje rápidamente y sonreí.
Estoy aburrido así que voy por ti.
—Voy a salir, Riv —Digo interrumpiendo la conversación así mismo ganándome una mirada de reproche de mi hermano.
—¿A dónde?
—No lo sé, es con un amigo ¿puedo? —River se lo pensó por unos largos minutos que a mi punto de vista parecían horas.
—Está bien —señalo la puerta— Vete.
—Te adoro hermanito —Besé su mejilla repetidas veces—Gracias por entender— y salí corriendo.
En ningún momento mi mirada se cruzó con la de Nathan así que di gracias al cielo por ello y salí corriendo hasta la puerta para encontrarme a Carter estacionado en su auto.
—Hola —Dije cuando subí al auto—Te debo una del tamaño del planeta tierra.
—Bueno si tú lo dices —Sonreí cuando puso el auto en marcha y salimos de mi casa.
—¿Cuál es el plan?
—Bueno el plan es... hacer lo primero que se nos ocurra porque honestamente solo quiero escapar—dijo él.
—Muy bien pues no se ¿un café?
Carter estaba un poco raro y no quería meterme mucho en su vida, pero por algo me había llamado.
—Muy bien entonces un café —Carter sonrió y nos dirigimos al café más cercano que encontramos.
Una vez sentados y ya con los pedidos hechos el me comenzó a hablar un poco de todos sus amigos, y lo que significaban para el cada uno de ellos. También me platico lo que normalmente hace en sus vacaciones de verano y como siempre es con sus amigos.
A veces me gustaría tener una amistad como él la describen, unidos hasta el final de todo, siempre juntos a donde quiera que sea, yo tuve una amiga así Danielle, la recuerdo con mucho cariño porque fue una verdadera amiga en los tiempos de colegio.
—Es noche de fiesta —Dijo Carter de la nada.
—¿Qué?
—Esta noche nos vamos de fiesta —Sonrió como el gato de Alicia —Además que quiero probar una teoría —Él sonrió y sabía que si él sonreía así era una mala señal.
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Destino. Serie Arcuri #1
Roman pour AdolescentsNo puedes detener el tiempo, tampoco puedes cambiar el pasado. Pero puedes cambiar el futuro. O eso es lo que Alexa Arcuri pensó. Realmente no sabemos que es lo que nos lleva a tomar las decisiones, pero ninguna de ellas nos lleva a un camino incorr...