El invierno estaba más presente que nunca en Santiago y la mejor forma de hacérselo saber a sus habitantes era entregándoles una lluvia torrencial, de esas en las que todo el mundo prefiere estar en sus casas disfrutando de la calefacción, los sonidos y destellos que esta trae consigo.
La lluvia no tenía pinta de parar, pero se detuvo estrepitosamente en un sector de a lo menos veinte cuadras a la redonda, teniendo como centro la plaza principal de la ciudad. Las personas se extrañaron de este particular fenómeno y se dispusieron a hacer lo que es lógico. Cuando estaban en las calles no podían creer lo que estaban viendo.
Una maquina gigantesca estaba posada en dicha zona, a pesar de estar hecha de metal los rayos no le afectaban en lo más mínimo ya que en ningún momento mostraba signos de que fuese a caer. Irradiaba un calor que hacía pensar que el invierno había acabado mientras daba una sensación de que el sol te esperaba para abrazarte con sus rayos a pesar de la oscuridad que generaba esta monstruosidad.
Durante varios minutos lo único que se oía eran los ladridos de los perros vagos y los televisores de las casas. Las personas, paralizadas por el miedo, solo se limitaban a observar esta mole, pero dejaron de hacerlo en el momento en que esta comenzó a desprender un destello que hacía imposible mantener la vista en la máquina.
-Soy Rhael Koj, comandante de las fuerzas Thajlayanas- dijo una voz ronca, desgarrada, metálica, proveniente de la nave- deben abandonar este planeta porque ya no les pertenece.
La voz no solo la oyeron las personas que estaban en el lugar, toda la nación fue testigo debido a que intervinieron cada dispositivo de comunicación existente. En los monitores se podía apreciar un ser de dos brazos y una cabeza, cubierto en su totalidad por una especie de armadura de un material de apariencia extraña y con el cual, no se podía determinar quién era su portador.
-Aunque nos investimos de conquistadores, somos compasivos, por lo que, de acuerdo al nivel tecnológico que manejan, les daremos como plazo 20 años para abandonar la Tierra pacíficamente- la voz tomo un respiro y continuo-, una vez finalizado este periodo si aún no han dejado el planeta se considerara como una declaración de guerra, lo que ocasionara un ataque inminente- otro respiro y continuo-. Comuniquen esto a sus líderes y tomen sus resguardos, de lo contrario prepárense para la extinción.
Una vez finalizado el mensaje la nave dejo de destellar y desapareció. La lluvia volvió a caer.

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Ojos Negros
Ciencia FicciónLa raza humana necesita ayuda, pero para salvarse deberán elegir entre abandonar todo lo que conocen o confiar en una raza que se extinguió... hace 10000 años.