Capítulo 1

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Corría. Era lo único que no paraba de hacer en los últimos 2 meses aproximadamente. Esos monstruos me perseguían por todos lados y no llevaba la cuenta de cuantos había matado hasta ahora. A veces me preguntaba si sería una asesina por hacer eso pero creo que lo hacía solamente para sobrevivir. Era todo lo que importaba ahora.
Y estaba sola. Cuando todo esto empezó estaba en mi casa con mi hermano cuando empezamos a escuchar gritos y gemidos que venían de la calle, ahí nos dimos cuenta que había empezado. Nos encerramos en el sótano con llave y rezábamos para que nuestra familia estuviera bien. Pero como dicen, todo llega a su fin. Los gemidos también se escuchaban adentro de la casa y uno de los monstruos derribó la puerta como si fuera de papel. Mi hermano mató a esa cosa y los dos salimos corriendo. Fue el último momento en que lo vi.
Luego de eso estuve sola. Yo y mi cuchillo éramos los mejores aliados.
Un ruido me sacó de mis pensamientos. Una de esas cosas se estaba aproximando hacia mi pero lo peor fue que no estaba solo. Otros tres me rodeaban y yo como muy torpe que soy derribé mi cuchillo cuando traté de salir corriendo lo cual era en vano por que estaba en un bosque.
Pero algo me sorprendió. Cuando estaba tirada en el piso a menos de 1 metro de los monstruos, cuando ya había asumido que ese era mi fin, una flecha despistó a los caminantes y ellos fueron tras ella. Entonces vi a un hombre que podía ser confundido tranquilamente como uno de ellos que se acercaba a mi. Me estaba apuntando con su ballesta silenciosamente.
-¿Viva o muerta?-dijo casi en un susurro. Por ese comentario me di cuenta que mi aspecto no debería de ser tan diferente al de el. Antes me hubiese ofendido pero ahora veo que nada de eso importa.
-Lamentablemente.-dije como pude con la respiración entrecortada. El relajó su fuerte brazo mirándome extrañado. Supongo que le parecía raro que una niña de 15 años hubiese sobrevivido a todo esto sola.-Viva.
Me extendió su brazo para que yo lo tomara y yo dudosamente lo hice. El todavía me miraba con el ceño fruncido lo cual me molestaba mucho.
Nos quedamos así mucho tiempo no se exactamente cuanto.
-¿Estás en un campamento?-me preguntó. Su voz era ronca y te brindaba confianza.
-No. Estoy sola.-dije levantando las manos. El había vuelto a levantar su ballesta hacia mi lo que al parecer no se cansaría nunca de hacer y dábamos vueltas en círculos lentamente a una distancia moderada.
-¿Cuantos caminantes has matado?-me preguntó pensativo. Que pregunta mas idiota. Como si en estos tiempos nadie haya matado a nada.
-Los suficientes como para llenar un estadio.-respondí.
-¿Has matado a alguien?-me volvió a preguntar ya molestándome un poco. Miré para todos lados. Esto era una perdida de tiempo. Podía venir una horda y no tendríamos escapatoria y sería la culpa de este tarado y sus preguntas.
Negué con la cabeza y el bajó su arma. Al parecer ya había entrado en confianza conmigo porque se acercó a mi muy lentamente y me agarró del brazo.
-Ven conmigo pero si intentas algo lo vas a lamentar.
Yo asentí. Este si que estaba loco. Primero con sus preguntas y ahora me estaba arrastrando por el medio del bosque llevándome a quien sabe donde. Me dejé llevar por el con la idea de ver mas personas vivas y no muertas.
Caminamos al rededor de una hora sin hablar. En el camino matamos a dos caminantes y el se resistía a soltarme de la mano.
Llegamos al final del bosque y pude divisar una granja de madera blanca a lo lejos.
Cuando llegamos un hombre se nos acercó mirándonos extrañamente.
-Daryl ¿quien es?-le preguntó al hombre que me llevaba. Genial ahora sabía su nombre.
Daryl me miró y yo sabía porque. No le había dicho mi nombre así que técnicamente no sabía quien era, supuse que yo tenía que hablar ahora.
-María.-respondí estrechándole la mano al nuevo hombre. El la tomó extraño. Yo solamente sonreía pero sabía que esto se estaba volviendo una situación realmente extraña.
-Rick.-dijo el hombre.
Pasó una eternidad hasta que un chico asiático se nos acercó corriendo agitadamente. Rick lo miró y por su cara pude saber que tenía una idea.
-Glenn. Llévate a María a dentro dale agua-le dijo Rick al asiático, Glenn, repasando mi aspecto y luego agregó-y ropa de Beth.
Yo asentí. Supuse que ellos tendrían que hablar de que iban a hacer conmigo pero la verdad era que ellos no podían decidir mi destino y si era necesario iba a huir. Mejor sola que mal acompañada. Seguí a ese tal Glenn solo por respeto ya que ellos estaban arriba de los 30 años. Y yo apenas tenía la mitad.
Caminamos unos 100 metros hasta llegar a la casa y todos los que estaban al rededor me miraban como si estuviera desnuda y eso me incomodaba demasiado.
Por suerte antes de que saliera del bosque con Daryl agarré mi cuchillo así que si alguien se pasaba conmigo la pasaría mal.
Entramos a la casa y en la cocina estaban un señor de unos 60 años, una chica de pelo rubio que se llamaba Beth, otra de pelo marrón por debajo de la cara que luego me enteré que se llamaba Maggie y una que me dijeron que era la esposa de Rick, Lori.
Nos sentamos en una sala de estar donde todos los demás estaban en silencio y seguramente les pasaban miles de preguntas para hacerme pero nadie se animaba.
Un chico de más o menos mi edad con un sombrero de policía entró corriendo y se sentó al lado de Lori.
Me miró extrañado y yo no sabía si presentarme o no.
-Carl, quiero que conozcas a María.-le dijo Lori, así que supuse que era su hijo.
-Soy Carl, Carl Grimes.-me dijo sonriendo y estrechándome la mano. Estuve dudando en responder durante 5 segundos hasta que al final accedí. No sería malo tener algún amigo en estos tiempos.
-María.
Me enderecé en mi asiento sin saber que hacer exactamente. Estaba esperando a que alguno pregunte algo o por lo menos diga algo así salía de una vez por todas de esta situación tan incómoda.
-¿Perdiste a alguien?-preguntó de repente Carl. Todos lo miraron sorprendidos incluso yo, Lori le reprendió algo en voz baja que no llegué a escuchar. La verdad era que no me molestaba que preguntara eso ya que en estos días todos habíamos perdido a alguien.
-Si, a mi hermano.-respondí. El asintió y me puso una mano en mi hombro. Yo sonreí sin saber que más hacer.
El señor viejo, que al parecer se llamaba Hershel, volvió con Beth con una pila de ropa. Se aproximaron hacia mi y el miró extraño la mano de Carl sobre mi hombro y acto seguido el la sacó al darse cuenta.
-María, ven.-me llamó Beth. Yo asentí y la seguí por un pasillo que daba a un cuarto y al lado había un baño.-Aquí te puedes asear y cambiar.
Le agradecí, tomé las prendas que me ofrecía y entré al baño.
Prendí el agua y me di cuenta de que salía caliente. Hacía un montón de tiempo que no probaba nada como eso y se sentía muy bien.
Ya ni me acordaba de que color era mi pelo hasta que vi que se asomaba la cabellera rubia por detrás de toda esa mugre. Tampoco me acordaba cuando una persona había sido tan bueno como ellos lo estaban siendo ahora. Eran como una familia pero no estaba segura de que si yo pudiera participar de ella. Todos me miraban mal, excepto ese chico Carl. El era amable conmigo.
Luego de asearme por completo y quedar como nueva, me cambié con las ropas que me había dado Beth que por suerte me quedaban a la perfección.
Me sequé como pude el pelo con la toalla y luego salí del baño decidida a dar la cara e irme. Sería solo una carga más para ellos.
En el pasillo me encontré con una señora de pelo gris que se llamaba Carol y por lo que me habían contado anteriormente había perdido a su hija Sophia y ahora la estaban buscando. No me podía ni imaginar el dolor que estaría sintiendo ella ahora mismo.
-María.-llamó mi atención Rick que estaba en la cocina con las demás personas. Yo miré a su dirección sin saber que decir.
-Rick. Podemos hablar un segundo?-le dije dirigiéndome a la puerta de la casa y sentándome en las escaleras. El asintió algo confundido y me siguió.
Cuando se sentó a mi lado mi cabeza daba vueltas y no sabía muy bien por donde empezar.
-Quería decirte que gracias por todo lo que hicieron por mi. Y que antes del atardecer me voy pero muchas gracias, en verdad.
Rick no respondió nada. Sin embargo miró para adelante como si estuviera meditando algo con sus manos entrelazadas una con otra abajo de su mentón.
-Sabes no quedan muchas personas vivas en este planeta. Y creo que se cuando alguien vale la pena. Eres una de esas personas María. Eres valiente e inteligente y no hay muchas niñas de tu edad que hayan sobrevivido a esto. Por eso quiero pedirte por favor que te quedes.
Me quedé pasmada por su respuesta. Para ser sincera yo creí que ellos me iban a echar en cuanto tuvieran la oportunidad. Todas esas cosas que el había dicho sobre mi, yo no pensaba lo mismo. Mi hermano podría estar muerto por mi culpa y eso no me hacía ni valiente ni inteligente.
-No quiero ser una carga para ustedes. Prefiero seguir por mi cuenta como venía haciendo antes.
Traté de que sonara lo más gentil que pude pero parecía que no estuviera agradecida por todo lo que ellos habían hecho por mi.
-La decisión está en tus manos. Pero déjame decirte algo. Este grupo te necesita.
Eso era completamente mentira. Les iría muy bien sin mi y el lo sabía pero solamente lo decía para quedar bien seguro. No creo que a el grupo le haría falta una niña de quince años que no sabe hacer nada.
Yo me limité a sonreírle y vi como se alejaba por adentro de la casa.
Me levanté decidida a irme en silencio sin molestar a nadie cuando alguien me agarró del brazo para que me detuviera. Me giré a ver quien era el misterioso. Nunca había hablado con el pero estaba segura de quien era. Shane era como la mano derecha de Rick, el segundo al mando.
-¿Te vas?-me preguntó mirando a la nada. Yo asentí mirando para abajo y esperando a que el me soltara pero no lo hizo por unos largos 5 segundos.-Ten.
Puso en mis manos una pistola de metal bastante pesada. No podía aceptar esto. No sabía como usarla y estaba segura de que ellos la necesitaban mas que yo.
-N..no se como usarla.-admití. El me miró por un instante. Luego me soltó e me dejó ir con el arma todavía en mis manos.
Estaba caminando en dirección a la ruta cuando sentí que unos pasos seguían mi caminar. Pensé que era un caminante así que lo dejé estar y caminé lo más lento posible para disimular que yo estaba ahí. Pero estaba equivocada. Los pasos subieron de velocidad y un chico con sombrero marrón de policía se poso delante de mi impidiendo mi avance. Traté de esquivarlo pero el me detuvo agarrando mi brazo.
-¿Piensas dejarnos?
-No quiero ser una carga más. Ya perdieron a Sophia, no quiero ser un obstáculo.
Carl suspiró y relajó la mano que tenía agarrada mi brazo pero no lo soltó lo cual me molestó por que no me dejaba seguir mi camino.
-Sophia era débil. Alguien lo tiene que admitir. No eres como ella.
La verdad era que el no me conocía en absoluto y que yo tampoco conocía a esa tal Sophia así que no podía decir nada sobre ella pero el decía todo sobre mi.
El bajó la vista hacia mi mano que sostenía la pistola que Shane me había dado. La mantuvo unos segundos ahí pero luego volvió la vista hacia mi cara.
-¿Sabes usarla?-me preguntó seriamente. Yo negué y miré al suelo queriendo irme y terminar con esta tonta discusión. Sin embargo yo sabía que el no se iba a dar por vencido.
-Ven. Quiero enseñarte algo.-dijo caminando hacia un árbol cercano. Yo lo seguí solamente para que mostrara su punto y me dejara en paz.
Se paró delante del árbol y dibujó con una piedra un círculo en el a la altura de nuestras cabezas.
Luego se volvió hacia mi, me tomó del brazo delicadamente, no como la había hecho Daryl, y nos puso a 3 metros del árbol.
-Alza tu brazo.-me indicó-ahora toma la pistola entre tus manos.
Hice lo que me dijo pero todavía no sabía por que se estaba esforzando en hacer esto.
-Cárgala.-cargué la pistola con una bala y luego volví a la posición que estaba.
El se alejó de mi y me miró divertido.
-¿Que?-pregunté.
-No es así. Es así...-dijo acercándose a mi y colocando mi brazo como debía. Luego tomó mi mano y puso el dedo del medio sobre el gatillo y lo presionó ligeramente.-Ahora la bala está lista para salir.
Yo asentí y coloqué mi ojo bien para poder ver mi objetivo.
Disparé y la bala quedó justo en el medio del círculo.
Miré a Carl con una ceja levantada. El se quedó impresionado pero luego notó la distancia que había entre nosotros y los dos dimos un paso atrás.
-¿Y? ¿Lo hice bien?-le pregunté con una mano en la cadera intentando disimular mis mejillas rosas por el incómodo momento que habíamos pasado recién.
-Si. Muy bien.-lo dijo sinceramente y ahí comprendí que el también estaba avergonzado un poco.-Si te quedas puedo enseñarte algo más.
Carl era un buen chico y cada vez me convencía más en que debía quedarme. Yo de verdad quería hacerlo. Quería ser parte de alguna familia si así se podía llamar. Y ellos lo eran.
-Ahora sabes disparar. Y tengo que admitir que tienes muy buena puntería. Nos vas a ser de mucha ayuda, Mary.-dijo acercándose a mi lentamente. Yo me sorprendí ante mi nuevo apodo.-Si es que puedo llamarte así.
Estaba muy cerca mío y eso me incomodaba demasiado. Yo asentí y luego escuchamos a Lori llamando a Carl.
Fuimos para donde se encontraba Lori y al final había interrumpido nuestro momento sin importancia solamente para llamarnos a comer.
Todos se sentaron al rededor de la mesa y vi que había muchas personas mas que yo no conocía.
Una chica rubia que se llamaba Andre, un hombre que se llamaba T-dog, un señor que se llamaba Dale y bueno, todos los demás.
Rick se sentó en la cabecera de la mesa con Shane y Hershel a su costado. Yo me senté junto a Daryl y Maggie. Al frente tenía a Glenn y a Carl.
Todos empezaron a comer desaforadamente. En cambio yo esperé. No quería quitarles la comida ya que yo no había hecho nada para ganármela. En estos tiempos era así. Si no luchas, mueres.
Daryl me vio que estaba dudando si comer o no y con todas las manos llenas de comida se dirigió a mi.
-Come. Está buenísimo.
Yo sonreí pero tampoco me convencía de hacerlo.
-No tengo tanto hambre.-mentí. Me estaba muriendo de hambre por dentro.
-Veo que te quedas.-dijo levantando la voz Rick. Todos dirigieron la mirada hacia mi, lo cual yo odiaba que las personas hicieran eso.
-Si no es molestia.
Rick me sonrió y luego negó con la cabeza y luego siguió comiendo.
Todos comían en silencio y muy rápido. Yo empecé a comer lentamente sin saber que decir o hacer luego de esto. Podía ir a dar una vuelta para inspeccionar el lugar y así también avisar si viene algún caminante o alguna horda.
-Estaba pensando en salir a buscar provisiones.-dijo Glenn de repente y algo serio. Yo lo miré con ganas de ir también pero seguramente no confiaban en mi lo necesario como para darme una tarea tan importante. Y estaba segura que Rick creía que tenía algún otro grupo y que estaba esperando para atacar. Pero todo eso no era cierto y yo no sabía como demostrarle que no era así.
-Conozco un supermercado cerca. Te puedo acompañar.-le respondió Maggie mirando q Hershel para pedirle permiso. Rick asintió y todos nos levantamos ya que habíamos terminado de comer.
Yo ayudé a Lori a lavar los platos y así entrar más en confianza con la esposa del sheriff. Pero también descubrí que es una mujer muy agradable y tiene ese instinto maternal que me hacía sentir como si fuera su hija o como si me conociera de toda la vida y eso era muy reconfortante.
Luego de eso ya que Dale estaba haciendo guardia y Rick estaba libre me acerqué a el para hablar. Pero me di cuenta de que estaba conversando con Daryl así que traté de irme para que pudieran estar solos pero me vieron y me llamaron.
-¿Necesitabas algo?-me preguntó Rick acercándose a mi con Daryl con las manos en los bolsillos.
Yo asentí aunque no estaba segura de qué necesitaba.
-Quería saber si podía hacer algo por ustedes. Ya saben, como salir a recorrer o hacer guardia. O buscar a Sophia por ejemplo.
Rick miró para todos los costados y luego buscó a Daryl con la mirada como si esperara su aprobación.
-Te puedo mostrar el lugar. Y puedes
ayudar a Hershel con el ganado.-respondió Daryl por Rick.
Yo asentí pero me sentía decepcionada. Esperaba que me diera algo más importante para hacer.
Me di la vuelta buscando a Shane y lo vi hablando con Dale pero de una forma media agresiva.
Shane parecía ser la clase de persona que tenía problemas con todo el mundo y Dale era un viejo que defendía sus opiniones, lo cual yo veía muy valiente.
En un grupo tan pequeño como este se llegan a conocer a las personas realmente y empiezan a ponerles etiquetas. Si, como en la secundaria según me habían dicho a mí.
Llamé a Shane en voz alta y el se dio vuelta preocupado pero luego se acercó a mí.
-Gracias.-le dije entregando la pistola que me había dado. El me miró sorprendido. Me agarró la mano y la puso al costado de mi cuerpo. Yo no entendía lo que estaba haciendo así que solamente esperé a que digiera algo.
-La necesitas más que yo.-fue todo lo que me dijo.
Yo me fui pensando en por que quería que me la guardara. Pero ninguna respuesta me venía a la mente.
Seguí caminando hasta encontrarme cara a cara con el motor home de Dale frente a mi.
Entré con cuidado y me subí al techo donde estaba el para hacerle compañía y de paso vigilábamos el lugar.
El se volteó a mi confuso y luego siguió mirando al rededor. Me senté a su lado e hice lo mismo que el.
Dale era una persona curiosa pero lo que más lo caracterizaba era que defendía sus pensamientos sin que le importara lo que la gente pensara de ellos. También era muy cercano a Andrea pero ella no le prestaba mucha atención lo que me parecía fuera de lugar. Ella no entendía todo lo que el hacía por ella y sin embargo el seguía apoyándola.
Yo quisiera tener a alguien como el.
Escuchamos unos pasos adentro del motorhome y cuando nos dimos vuelta vimos la cara de Andrea subiendo al techo.
Se sentó con nosotros y luego de eso me quedé profundamente dormida.


















Hola a todos! Esta es mi primera novela, espero que les guste. Carl es un poco más grande que en la serie. Voy a seguir el hilo de la serie pero también quiero ser original y crear mi propia historia.
Gracias por leer!

"Survive"-The walking dead. Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora