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Dean bajo del coche seguido de Cas. El mas alto se paro frente a una tienda de musica. Luego de dudar algunos segundos entró, seguido de su ángel, comenzando a ver cd's. Dean no podía evitar mirar a Castiel, que se encontraba al otro lado de los estantes llenos de discos. Tan tranquilo, algo confundido, el jamás había entrado a lugares de este tipo.

- Escoge uno.- habló Dean, por primera vez en el día.

-¿Mmh? No, lo siento.- rechazó.

- Será un regalo, toma alguno que llame tu atención. Si no te gusta, lo guardarnos como recuerdo de tu primer disco.- Cas bajo su vista al suelo- tímido por la constante mirada de Dean- sonriendo inevitablemente.

-Bien.- aceptó. Comenzó a revólver entre géneros y géneros de cd's. La verdad, es que no sabía nada sobre música, pero Dean habia dicho que tomará cualquiera que llamará su atención.

Dean, dirigía miradas hacia Castiel, y este a se las devolvía de la misma manera. El de ojos verdes fue pillado y bajo su mirada al suelo con nerviosismo. Cas sonrió enternecido.

-¿Y si me recuerdas aquella lección sobre los humanos?- pregunto Cas sonriente y pícaro al mismo tiempo. Dean habia quedado algo sorprendido por tal propuesta del de ojos azules, pero aquello no era una mala idea. Se preguntaba donde había quedado aquella inocencia del ángel. Claro, hacia un mes cuando accidentamelte habían hecho un roce (no tan roce) de labios. A Dean le había gustado, Castiel no se opuso.

-¿La que te di hace semanas? - pregunto divertido su acompañante.

-La que me recuerdas todos los días.- alzó una de sus cejas. El ojiverde se dirigió hacia el ángel tomandolo de la mano mientras lo dirigia el baño de la tienda.

Castiel se encontraba en el regazo de Dean a orcajadas. Al terminar aquella fascinante sesión de besos, el ojiazul reposo su torso sobre el de Dean, dejando descansar su rostro en el hombro del más alto. Alzó una de sus manos y, delicada y tiernamente, rozó sus llemas con los labios del de ojos verdes. El baño de aquella tienda no era un lugar muy romántico, pero en ese momento era lo mejor.

-¿Te gustan?- preguntó soltando una pequeña risita.

-Me encantan.- dijo el ángel, se acercó tomando el rostro del humano entre sus manos y lo besó. Suspiró. Fue un suspiro lleno de paz y tranquilidad. Aquellos sentimientos eran provocados cuando Dean estaba cerca o tenía algún tipo de contacto con el, que a pesar de no ser la mejor persona en este mundo, le provocaba aquello y más.

-Quiero volver.- pidió Dean cerrando sus ojos. Al abrirlos, se encontraban en la habitación del bunker donde Castiel pasaba el tiempo por las noches mientras los hermanos dormían. Se recostaron en la cama, uno al lado del otro, tomados de las manos. Cas de vez en cuando hacia pregunta sobre los humanos, los sentimientos y algunos "por que" sobre esto. Dean le explicaba cada barbaridad que el angel preguntaba, inevitablemente riendo. Entre charlas, besos y caricias, volvieron a tumbarse chocando hombros.

Se dieron vuelta provocando un choque de miradas. No despegaron sus ojos ni un segundo, se miraron con ternura, se miraron transmitiendose aquella prioridad que tenian de salvarse el uno al otro. Lo hicieron como si aquel fuera el ultimo momento de sus vidas juntos.

-¡Castiel!- llamo una voz femenina golpeando fuertemente la puerta. Dean hizo un gesto de disgustacion rodando sus ojos. El nombrado se levanto y abrio la puerta de punta a punta, dejando ver a un Dean desparramado en la cama.

-¡Castiel! - le regaño el más alto levantándose de inmediato de la cama.

-¿Eres gay?- preguntó Meg confundida.

 Destiel |One Shots| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora