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-¡Castiel, baja ahora mismo, iremos por un helado! - gritó mi padre desde abajo.

-Tranquilo, Dean. No iré a ningún lado. - le hablé y acaricie su mano, la cual estaba extendida sobre mi mesa de té. Escuché los pasos de mi padre cada vez más cerca.

-Cas, cariño, tenemos que irnos. - papá entró por la puerta de mi habitación y se acercó a nosotros.

-No, quiero. Estoy bien aquí. - niego con mi cabeza mientras frunzo el ceño. Dean me miró asustado, seguro esta pensando en que voy a dejarlo, últimamente han intentado separarnos.

-Pero tomaremos un helado. Puedes pedir el de sabor a fresa, tu favorito.

-¡No! - lo detuve. -Chuck - lo llamé por su nombre -¿Cuántas veces más tendré que decirte que Dean siempre ocupa ese lugar? Vas a lastimarlo. - volví a acariciar la mano de mi amigo. -Tranquilo, Dean. Papá tiene poca memoria, el no quería lastimarte. - Dean suspiró aliviado. A el le agrada mi padre.

-Hijo, por favor, ven conmigo. - la expresión de su rostro cambió, parecía...¿asustado? Papá tomó mi mano y comenzó a tironear de esta. -Vamos al parque, a donde tu quieras. Quiero pasar tiempo con mi hijo favorito. -me suplicó.

-¿A dónde yo quiera? -me interese- ¿Y podremos llevar a Dean?

-Dean por esta vez tiene que quedarse, pero le traeremos un regalo. - lo mire, aún seguía sentado a mi lado. Había veces, segundos después de tomar las pastillas que papá dice que sirven para dormir, en las que el desaparecía. ESB Ñrubio, sus ojos verdes son lo que más me gusta de el. Asintió con su cabeza.

-Dean dice que está bien.

Afloje todos mis músculos y salí de mi habitación de la mano de papá. Bajamos por las escaleras y nos subimos al auto.

-Quiero ir al parque. - papá quitó la vista del camino para mirarme por un par de segundos. -¿No iremos al parque, verdad? ¡Bajame! ¡bajame! ¡bajame! ¡bajame! - comencé a gritar.

-Cas, es por tu bien. No tienes siete años. - seguí gritando mientras que me tapaba los oídos.

-¡Lo único que quieren es separarme de Dean! - papá continuó conduciendo sin importar mi berrinche. Llegamos al maldito infierno. Hospital psiquiátrico estatal de Austin decía un pequeño cartel.

-Sólo iremos a visitar a mamá buena, ¿esta bien?

- Últimamente mamá buena está actuando como mamá mala. - bajé del coche sin decir nada. Entramos recorriendo un par de pasillos hasta llegar a la pequeña cueva de mamá buena.

- Hola, Cas. - me dijo al entrar, me sente en una silla frente a su escritorio.

- Sólo Dean puede llamarme así. - no dijo nada. Después de una media hora hablando mamá me hizo salir del lugar haciendo entrar a papá en mi lugar. Apoyé mi oído contra la puerta.

- Chuck, debes considerar mi oferta.

- Lo se, Ellen. Pero es Castiel de quien estas hablando.

- En poco tiempo cumplirá su mayoría de edad y no puede seguir actuando como si fuera una niña de cinco años. Se me acabaron los recursos, he hecho hasta lo imposible para intentar curar a Castiel sin separarlo de ti.

Vuelvo donde papá me había dejado. Sale por la puerta y me sonríe, se sienta a mi lado. Mamá buena se apoyó contra el marco de la puerta. Papá pasó su mano derecha por mi espalda en forma de caricia. Lo miré serio.

-No van a separarme de el.

 Destiel |One Shots| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora