Destiel |One Shots|

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Hola Dean.

Lo siento. Siento haber hecho promesas y no cumplirlas. Lo siento si todo lo que esta por suceder te lastima, realmente no es mi intención hacerlo, pero ya no puedo. De todas las personas que conocí sólo tu me quisiste. Lo siento por haber dicho cosas que luego de esto parecerán que las dije en vano. Si te amé. Si sentía aquella extraña sensación por todo mi cuerpo cada vez que tu me tocabas, o cuando me decías cosas bonitas, o cuando simplemente me sonreias. Lo siento. Fuiste aquéllo a lo cual podía aferrarme cada vez que alguien me lastimaba. Pero luego ya no hubo necesidad de aferrarse, nadie me lastimaba contigo -al menos no frente a ti. Creo que también ese fue mi gran problema, guardé todo lo que sucedía a tus espaldas. Pero ya es demasiado tarde, el daño está hecho. Estuvo hecho hace mucho tiempo, tu sólo llegaste para extender las horas, segundos, y hacerlos más placenteros, para que pudiera disfrutarlos. Pero Dean, la goma no borra el bolígrafo. Por más que intentaste protegerme los insultos y el abuso seguían ahí y había cosas que jamás podrás borrar. Tenemos la oportunidad de hacer nuestro propio presente pero no de cambiar nuestro pasado. Lo que ocurrió allí quedará allí, para siempre. Y realmente agradezco tu esfuerzo por intentar repararme, pero jamas olvides que por intentar arreglar algo roto puedes cortarte, no podría soportarlo. No podría soportar la idea de que acabes mal, roto, lastimado y con cicatrices sólo por intentar reparar lo irreparable. Las cicatrices no se borran, te lo dice alguien que ha intentado arrancarselas con los dientes.

Lo siento Dean. Siento haberte fallado, siento no haber sido el novio que siempre quisiste. Lo siento por romper aquello que dije, si fuiste mi sostén en esta vida, sólo que yo decidí soltarme. Te estaré esperando. Jamás te olvidaré.

Siempre tuyo, Cas.

-Lo hiciste, ¡Sólo lo hiciste, maldita sea! -gritó Dean frente a la tumba.- ¡Me mentiste! ¡Te di todo de mi, hasta lo que no tenía. Te protegi de la misma manera en que protegía a Sam! ¿¡Al menos pensaste en el!? - el de ojos verdes calló de rodillas en aquel pedazo de tierra en el cual estaba sepultado su ángel, llorando desconsoladamente. Por que para Dean, Cas era un ángel. Creía que su novio era valiente, hasta aquel día.- Pero lo que más odio de todo esto- susurró una vez tirado en la tierra con lágrimas en los ojos- que a pesar de que te fuiste, a pesar de que me dejaste, sabes que te seguiré amando.

4 años después.

Dean se encontraba reprimiendo su sollozos en el baño de los hombres. Había pasado tiempo, pero dolía. Y si que lo hacía. Había tenido varias peleas con su pareja actual por ese mismo tema, creía que no podía superarlo. Ese era el problema, el de ojos verdes ya lo había superado, pero esa fecha... Dios, esa fecha dolía como nada en el mundo.

"¿¡Que sucedería si tu madre muriera!? ¡Llorarias cada maldito aniversario! ¡El fue muy importante para mi!" Le gritaba en alguna que otra pelea.

Dean salió hecho pedazos de los baños dirigiéndose hacia su departamento, no tomaría la siguiente clase, no podía. Caminó un par de cuadras.

-Lo siento.- chocó contra alguien.

-Creo que fue mi culpa.- respondió algo dudoso, preguntándose a sí mismo si así era como se decía. Oh Dios, no era posible. Dean levantó su vista encontrándose con unos hermosos ojos azules, aquellos hermosos ojos azules que había amado por años. Dio unos pasos hacia atrás y miró a la figura humana o al menos eso creía. Cabello desordenado, gabardina y unos hermosos ojos azules.

-¿Castiel? - se animó a decir luego de unos cuantos minutos en shock, Castiel sólo se había quedado parado viendo como el de ojos verdes se recomponia.-¿Eres tú? - sonrió.-Estabas muerto, tu te...- esta vez su sonrisa se desvaneció.

-Lo siento, ¿Te conozco?- preguntó algo confundido el muchacho.- y yo jamás he muerto, quizás me estas confundiendo con otro humano.

"Jamás te olvidaré." Recordó al instante.

-¿Si me conoces? ¿Estas de brom...? - A Dean no le importó la manera en que Castiel estaba vivo, sólo lo estaba y era algo que lo alegraba. Miró a los ojos a Castiel y podía notarlo, el no le recordaba.

-Lo siento, nunca te he visto en mis miles y millones de años de vida.- comentó apenado. ¿Qué estaba diciendo? Para el de ojos verdes lo que Castiel decía no tenía una mínima porción de coherencia, era lo suficientemente raro que el este vivo.-Dean.

-¿Me recuerdas? - sonrió de punta a punta.

-No, pero lo que soy me permite saber tu nombre.

-¿Qué estas diciendo?- se le escapó, esto debía ser un sueño, tantas incoherencias juntas...-¿Lo que eres?

-Soy un ángel del se...- fue interrumpido por una mano tapando su boca.

-Lo siento- un hombre de baja estatura y rubio apareció por detrás de Castiel.- mi amigo tiene ciertos problemas, ya sabes... cucu. Lo siento.- alejó a Castiel de allí dejando a un Dean confundido... Y con el corazón destrozado, por un momento creyó que lo sucedido hace años había sido una completa mentira, que quizás su suicido había sido una mentira para comenzar de cero. Sin embargo, jamás iba a descubrirlo, aquella figura que había sido su amado se había ido...

-Te lo repetí millones de veces antes de salir Castiel, no tienes que decirle a la gente que eres un ángel del señor.- lo regaño Gabriel.