Destiel |One Shots|

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One shot dedicado a  Dash_herondale

A un par de minutos para llegar a su destino los Winchester se encontraban en medio de una pelea dentro del querido impala.

—Dean, no es lo que nosotros queremos, es lo que nos ordenan.—le repitió por enésima vez el menor a su hermano.

-Sam, no hay heridas, no sangre, no armas, suicidio. No es nuestro caso. - Sam frunció su ceño llegando a comprender la histeriques de su hermano. —¿Qué? — Dean miró de arriba a bajo a su hermano para luego volver su vista al camino.

—¿Esto es por Anna? La pelirroja. — Sam completó su habla pasándose la mano por su cabello.
—¿Qué? — cuestiono Dean confundido.

—Si.— afirmó — Por Dios, ¿Cómo pudiste enrollarte con alguien así, Dean? — pregunto el menor indignado.

—¡Hey!— hizo una pausa sin saber que decir.- Ruby no era una reina de todas formas.— se defendió. Dean dio vuelta en una esquina, así por fin entrando en la aclamada ciudad.

El menor rodó sus ojos quitándole importancia al asunto.

—El edificio no esta muy lejos, nos están esperando.— avisó a su hermano.

—Bien, vamos a perder tiempo. — dijo dándole un golpe al volante. El reloj marcaba las 8:30 am, el amanecer no había sido hacia mucho tiempo debido al invierno.

Al transitar las cuadras, Sam y Dean, quedaron completamente sorprendidos por lo pobladas y alborotadas que estaban las calles a pesar de la hora y la estación, como si nada los detuviera. Bajaron del negro impala parándose frente al edificio más alto de la ciudad. Entraron acomodando sus trajes, listos para lucir quienes eran... y perder el tiempo, según Dean. Pasaron directo al ascensor obviando todo tipo de miradas. Dentro del lugar todo era tan blanco y perfecto, olía a rosas al entrar, la gente vestía de manera prolija y similar, y a pesar de la cantidad de individuos, apenas se sentía un bullicio de voces.

—¿Y ustedes son?— los hermanos, antes de poner un pie encima del piso n 14 del edificio, fueron atacados por un hombre bastante viejo y malhumorado. Su gorra desgastada daba a entender que la llevaba consigo hacia unos buenos años, la falta de intensidad en los colores de sus ropas, el barro seco en sus botas dejaban bastante que desear.

—FBI.— respondieron sacando sus placas.

—Venimos por el "homicidio". — Dean suspiró pesadamente. El hombre levantó una de sus manos con una especie de boquitoki.

—El FBI ha llegado.— la voz rasposa del hombre hablo por el aparato sin quitar su mirada de los Winchester.

"Enseguida voy." Se oyó del otro lado, la voz misteriosa parecía cansada. "¡No, Anna! Te dije que no..." y el aparato comenzó con su habitual sonido.

—Estará aquí en unos segundo.—  los tres individuos se quedaron de pie. El anciano no le quitaba los ojos de encima a los hermanos. Dean resoplo, si bien no estaba cansado de esperara, estaba cansado de mirar la barbuda y descuidada cara de aquel anciano que no para de mirarlos de mala manera.

—Gracias, Bobby. Yo me encargare de ahora en mas.— la voz de un hombre se oyó detrás del tal “Bobby”. Una vez que el anciano se retiro dejo al descubierto al dueño de la voz. Un hombre unos centímetros mas bajo que Dean, pero una cabeza por debajo de Sam, se paro frente a ellos. Acomodo su negro traje, reacomodando la beige gabardina en su brazo derecho. Sus hermosos ojos azules brillaron como faroles iluminando a los Winchester. El mayor de los federales recorrió con la mirada al encargado de aquel piso.—Soy Castiel…— extendió su mano hacia Dean, la cual el ojivere acepto. Sam miro al encargado en busca de un apellido o algún tipo de nombre formal.— Solo Castiel.— respondió a la mirada del menor.— supongo que querrán ver la habitación, síganme.— les indico a los oficiales con un gesto. Sin preguntar nombres, ni pedir muestras de placas comenzó a caminar con los hermanos detrás. La mirada de Dean caía incontrolablemente en el trasero del, ahora nombrado Castiel, encargado. Sam golpeo a su hermano en el estomago para evitar la desconcentración del mayor.