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Dean habia decaído y Cas estaba más  preocupado que nunca. Esta vez, no se comportaba de manera agresiva para alejar a los demás. Dean estaba triste y ni Sam ni Castiel sabían por qué. Habían llegado a la conclusión de que podría haber tomado conciencia de algo que hizo mientras era un demonio, pero lo sucedido en ese tiempo sólo lo sabían él y Crowley. De vez en cuando salía con sus ojos rojos de la habitación, a veces no daba un pie fuera de esta o estaba el suficiente tiempo fuera como para preocupar a los muchachos.
Castiel le insistía para salir juntos y lo lograba pero no importaba cuanto se esforzaba mientras él parloteaba, Dean se limitaba a sonreír de vez en cuando. Por las noches se acostaba en su habitación sin decir nada a nadie y permanecía allí hasta que alguna pesadilla lo atormentaba y se introducía en la cama de Castiel. Éste, sabiendo ya de estos malos sueños, rodeaba su cuello con sus brazos y lo acercaba a sí mismo sin ánimos de soltarlo.
Sin intentar poner celoso a Cas, sin ir a bares y pasando por alto cientos de casos, tomó valor y no esperó a que una pesadilla lo asechara como un lobo a una pequeña oveja perdida en el bosque de Morfeo. Se adelantó y treinta minutos después de recosto a su lado abrazandolo por la espalda. Dean se removió pero acarició el dorso de las manos de Castiel con su áspera palma derecha. Dos noches después, Castiel volvió a pegarse a Dean por las noches de la misma manera. Al tercer día, giró sobre su propio cuerpo y dejó un pequeño beso en la frente de este; la cuarta noche se despidió con un beso en la nariz. El quinto día hizo que Castiel no pegara un ojo por un buen rato. Dean había  besado sus labios y había dado media vuelta para dormir otra vez. Claro, no sólo en el ángel había obtenido ese impacto. Del otro lado, él también sonreía como idiota.
Estaba asustado, por supuesto, pero no de la misma manera en la que lo había estado días anteriores. A la mañana siguiente, permaneció casi dos horas sentado en el borde de su cama. Estaba más confundido que nunca, sentía tantas cosas. Las pesadillas y lo que últimamente estaba pasando con Castiel eran dos trenes a punto de chocar, sino lo habían hecho ya. Desde que había comenzado a aparecer en su habitación sus noches era me placenteras. Por desgracia, tarde o temprano las pesadillas aparecían. Dean dormía hasta donde su cuerpo se lo permitía, el problema era que Cas no. Solía levantarse a una hora relativamente temprana, sin contar a que hora el despertaba pero perdía tiempo admirando a Dean dormir. Cada una de las facciones de su rostro le parecían extravagantes con cualquier gesto, en todas sus formas. Entre las nueve de la mañana y la una de la tarde todo lo que su subconsciente guardaba se le venía encima involuntariamente. La peor parte era el final, se mostraban las muertes de Sam y Castiel, frente a sus ojos. Gritaban que todo era culpa suya mientras se desangraban, colgados de una Cruz, furiosos y dolidos al mismo tiempo. Castiel pedía por Dios mientras que Sam intentaba con todas sus fuerzas atraer a su madre. Cada día lo empezaba con esa imagen en su mente, no tenía toda la suerte de su lado.
—¿Qué es lo que te atormenta por las noches, Dean? —estaban tomados de las manos, mirando el techo de la habitación. Intentó responder pero no salían palabras de su boca. Rendido, ante la posibilidad de conseguir una respuesta, se acercó a el dispuesto a dormir.
—Las personas mueren, Cas. Los monstruos mueren. Los ángeles, los demonios, tu y yo. Los juguetes de rompen, las armas se quedan sin balas, los cuchillos sin filo. Todo se acaba y aprendí a aceptar eso —. Hizo una pausa —. Sólo que no soportaría la idea de que todo se acabara y estar para verlo. Que sea mi culpa y...
—No creo que sea tu culpa —. Tomó asiento a su lado, separándose de él. Castiel había aprendido mucho en el último tiempo y percibía la verdadera intención en sus palabras —. Se que tines miedo de perdernos y que eso sea tu culpa pero...
—Tengo miedo de perderlos y aún seguir aquí —. Paseó sus ojos sobre los de el, cada célula del ángel le parecía tan especial y única, aún cuando miles y millones cumplían la misma función.
Castiel no sabía que decir, en su lugar, unió sus labios, los cuales provocaron una explosión dentro de si. Una explosión que Dean había sentido una vez en su vida y el jamás había experimentado. Castiel tomó su camisa acercandolo hacía si. Lo quería así, para siempre, lo quería a su lado.
—Por favor, no pienses en eso...— susurró en sus labios.
Aún más, Dean lo tomó por la cintura para estrechar sus cuerpos y poner sus labios en contacto otra vez. Sintió esa sensación extraña en su estómago tanto en el primero, como en el segundo y todos los besos que siguieron durante la noche.  Se acariciaron de todas las formas posibles, con palabras, con las yemas de sus dedos y sus ojos. Quisieron que la noche durara lo suficiente para disfrutar cada sensación y grabar cada palabra en el corazón del otro. Y, por primera vez, uno de sus deseos fueron escuchados. Agradeció a Dios y a los ángeles que, después de tratar con ellos cara a cara, sabía que existían. Sobre todo a aquel que tenía entre sus brazos, que aquella noche lo había librado de todo mal y pesadilla habida y por haber en su vida.


SOY RE FAN DE DEAN DAD Y CAS BIEN MIMOSOS CONSOLANDOLO PERDON AHRE por que gritaba (?
Creo que es la primera vez que escribo un os y no se lo nuestro a mi mejor amiga para que verifique trama, ortografia, redacción, todo ahr
Siento que me salió bien pohetah. Tenía pensado hacerlo más largo peeeeeero noc, las circunstancias me ievaron hasta ese punto final y si la forzaba más iba a quedar re chota:v  tengo muchas ganas de hablar hoy noc no por que. Creo que pasaron dos semanas de mi último os, es un avance. De publicar cada dos-tres meses a publicar dos con dos semanas de por medio me siento orgullosa (?
Seguro no van a leer ni nada pero higuhal ahre
Besito en la kola❤❤❤

 Destiel |One Shots| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora