Una sonrisa se forma en mi cara al ver a Liam acercarse. Me levanto del banco en el que he estado esperando y le doy un abrazo cuando llega a mi altura:
- ¿Qué tal ayer con tus alumnos? ¿Les cansaste demasiado? –digo sonriendo. Él comienza a reírse.
- Lo suficiente para que sus padres me lo agradezcan –dice encogiéndose de hombros y guiñándome un ojo- Bueno, dime… ¿De qué es de lo que querías hablarme?
Había llamado a Liam esa misma mañana para contarle lo del chico de pelo rizado: Harry. Necesitaba hablar con alguien sobre él. Y no confiaba en nadie, excepto en él.
Una extraña sensación se aloja en mi cuerpo cada vez que pienso en ese chico. Una sensación que no consigo interpretar.
- ¿Lucy? –me dice Liam comenzando a impacientarse.
- Eh… sí. Verás… -comienzo a contarle todo a Liam. Desde el día que le vi en el hospital, hasta ayer cuando apareció en mi casa diciendo conocerme. Pasando por la conversación que tuvieron mi hermano y él- ¿Tú que piensas, Liam?
- La verdad es que es muy extraño… ¿Por qué no pruebas a hablar con tu hermano?
- Ya lo hice. Pero, como siempre, se las arregla para esquivar mis preguntas y no responderlas… Me oculta algo. Toda mi familia lo hace. El problema es que no sé el qué, Liam…
- ¿Y por qué no pruebas a hablar con el chico de ayer? -yo niego con la cabeza.
- No. Algo en mi interior me asusta. Algo relacionado con él –entierro mi cara entre mis manos. Notando un dolor de cabeza incrementar cada vez más.
- Pues entonces creo que lo mejor será que te intentes olvidar de ese chico… -me dice Liam. Entonces noto sus brazos rodeándome- ¿Sabes que siempre puedes contar conmigo, verdad? –me susurra cerca del oído.
- Eres la única persona en quién confío. La única que me ayuda y me intenta comprender…
Nos quedamos un corto periodo de tiempo así hasta que me separo de Liam, de repente algo incómoda por la cercanía de él. Hasta ese momento no había sido consciente de lo que podría parecer si alguien nos veía. Y, lo más extraño de todo era que no me importaba que lo pensaran. Es más, me gustaba.
- Eh… creo que será mejor que me vaya… -digo algo sonrojada sin saber por qué.
- ¿Por qué tienes que irte ya? Podríamos… ir a dar un paseo. Te invito a un helado –me dice Liam levantándose. Yo dudo un instante hasta que finalmente, asiento.
Nos vamos a una tienda y Liam pide dos helados de vainilla: uno para él y otro para mí. Mientras caminamos por el parque y hablamos, nos vamos comiendo el helado:
- Eh, Lucy, ¿te apetece que mañana vayamos al cine? –me pregunta Liam sonriendo. Yo me lo pienso un instante y después asiento.
- Estaría genial, pero me pago yo mi entrada –digo frunciendo el ceño.
- Mmm… bueno, ya veremos.
- La pago yo, Liam. No hay más que hablar –digo riéndome. Seguimos hablando durante bastante tiempo más. Hasta que miro el reloj de mi móvil- Bueno, creo que ya es hora de irme. Tengo frío y ya está anocheciendo. Será mejor que acelere para irme a casa –digo acercándome a él. Le doy un abrazo y sonrío.
- Te puedo llevar a casa, Lucy –dice Liam agarrándome de la muñeca para evitar que me aleje.
- No hace falta. Estoy cerca de casa, ya lo sabes.
